
Vol. 12/ Núm. 2 2025 pág. 929
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i2.964
Colonización por microorganismos resistentes en UCI:
factores de riesgo y efectividad de las medidas de contención
Colonization by resistant microorganisms in the ICU: risk factors and effectiveness of
containment measures
Ángel Orlando Díaz Pincay
ang.nk71@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-4054-5078
Hospital General del Norte de Guayaquil IESS los Ceibos
Guayaquil – Ecuador
Karla del Rocío Moreno Álvarez
drakarla.moreno@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-3570-8810
Hospital general del Norte de Guayaquil IESS Los Ceibos
Guayaquil – Ecuador
Mayra Guadalupe Peña Solís
lupitapena1994@gmail.com
https://orcid.org/0009-0003-1757-5863
Hospital general del Norte de Guayaquil IESS Los Ceibos
Guayaquil – Ecuador
Daniel Isaac Oñate Álvarez
daniel.o1984d@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-8106-0773
Hospital general del Norte de Guayaquil IESS Los Ceibos
Guayaquil – Ecuador
Perla Michelle Rodríguez Dueñas
perla.rodriguez@cu.ucsg.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-8517-8286
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Guayaquil-Ecuador
Artículo recibido: 10 marzo 2025 - Aceptado para publicación: 20 abril 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar
RESUMEN
Evaluamos la carga de colonización por microorganismos multirresistentes (MMR) y la
efectividad de un paquete de contención en la unidad de cuidados intensivos polivalente (20
camas) de un hospital público de Guayaquil durante 2024. Se desarrolló un estudio de cohorte
prospectiva: todos los pacientes admitidos fueron tamizados con hisopados de vigilancia al
ingreso y semanalmente; se documentaron variables demográficas, clínicas y de exposición a
antimicrobianos. La colonización inicial fue del 38 % (157/412 pacientes) y la incidencia
acumulada alcanzó el 52 % al día 14. Los patógenos predominantes fueron Klebsiella pneumoniae
productora de BLEE (45 %), Acinetobacter baumannii resistente a carbapenémicos (36 %), y

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Pseudomonas aeruginosa multirresistente (9 %). Tras ajuste multivariable, los factores
independientemente asociados fueron estancia hospitalaria previa > 72 h (OR 2,8; IC 95 % 1,7-
4,4), ventilación mecánica > 48 h (OR 2,3; 1,4-3,6), uso de carbapenémicos > 7 días (OR 2,1;
1,3-3,3) y aspiración abierta de secreciones (OR 1,9; 1,1-3,1). La implementación de un paquete
de contención (precauciones de contacto estrictas, higiene corporal diaria con clorhexidina al 2
%, optimización de la limpieza ambiental y reforzamiento del programa de administración de
antimicrobianos) redujo las nuevas colonizaciones en un 28 % (RR 0,72; 0,58-0,89) y las
infecciones asociadas en un 31 % (RR 0,69; 0,50-0,95) en seis meses. La mortalidad a 30 días
entre colonizados fue 14 %. Nuestros hallazgos confirman la elevada carga de MMR en la UCI
local y demuestran que las intervenciones combinadas disminuyen significativamente su
transmisión.
Palabras clave: colonización, multirresistencia, cuidados intensivos, factores de riesgo,
contención
ABSTRACT
We assessed the burden of multidrug-resistant microorganism (MDRO) colonization and the
effectiveness of a containment bundle in a 20-bed polyvalent intensive care unit of a public
hospital in Guayaquil during 2024. A prospective cohort study was conducted: every admitted
patient underwent surveillance swabs on admission and weekly thereafter; demographic, clinical
and antimicrobial-exposure variables were recorded. Baseline colonization prevalence was 38 %
(157/412 patients) and the cumulative incidence reached 52 % by day 14. Predominant pathogens
were extended-spectrum β-lactamase–producing Klebsiella pneumoniae (45 %), carbapenem-
resistant Acinetobacter baumannii (36 %) and multidrug-resistant Pseudomonas aeruginosa (9
%). After multivariable adjustment, independent risk factors included prior hospital stay > 72 h
(OR 2.8; 95 % CI 1.7–4.4), mechanical ventilation > 48 h (OR 2.3; 1.4–3.6), carbapenem use > 7
days (OR 2.1; 1.3–3.3) and open suctioning of secretions (OR 1.9; 1.1–3.1). Implementation of a
containment bundle—strict contact precautions, daily 2 % chlorhexidine bathing, enhanced
environmental cleaning, and strengthened antimicrobial stewardship—reduced new colonizations
by 28 % (RR 0.72; 0.58–0.89) and related infections by 31 % (RR 0.69; 0.50–0.95) over six
months. Thirty-day mortality among colonized patients was 14 %. These findings confirm the
high MDRO burden in this local ICU and demonstrate that combined interventions significantly
curb transmission.
Keywords: colonization, multidrug resistance, intensive care, risk factors, containment
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Vol. 12/ Núm. 2 2025 pág. 931
INTRODUCCIÓN
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) se ha consolidado como una emergencia
sanitaria mundial: en 2019 estuvo asociada a 4,95 millones de muertes y las proyecciones indican
que, de no mediar intervenciones efectivas, la cifra podría superar los 8 millones anuales en 2050,
con un impacto económico catastrófico, particularmente en los países de ingresos bajos y medios
(Murray et al., 2022). Las unidades de cuidados intensivos (UCI) concentran la mayor carga de
esta problemática debido a la gravedad de los pacientes, la frecuencia de procedimientos invasivos
y el uso sostenido de antibióticos de amplio espectro. Estudios multicéntricos recientes evidencian
que la colonización por microorganismos multirresistentes (MMR) en UCI de América Latina
alcanza una prevalencia media del 13,8 %, superando las cifras de Norteamérica y Europa
Occidental, con tasas particularmente elevadas para Acinetobacter baumannii resistente a
carbapenémicos y Klebsiella pneumoniae productora de BLEE (Rosenthal et al., 2023).
Ecuador no es ajeno a esta realidad. Informes del Ministerio de Salud Pública y de
organismos internacionales señalan deficiencias históricas en los programas de prevención y
control de infecciones (PCI), escasa disponibilidad de recursos para vigilancia microbiológica y
brechas en la implementación efectiva de la estrategia “Una sola salud”. Guayaquil—epicentro
económico y eje portuario del país—concentra la mayoría de hospitales de tercer nivel y, por su
alta complejidad, reporta brotes recurrentes de MMR, con predominio de enterobacterias
productoras de carbapenemasas y no fermentadores resistentes. Durante la última década, la
ciudad ha enfrentado además crisis epidemiológicas (por ejemplo, la pandemia de COVID-19)
que tensionaron los sistemas de PCI y favorecieron la expansión de cepas pan-resistentes en las
UCI.
La colonización, entendida como la presencia de patógenos en sitios anatómicos sin
manifestación clínica, constituye el primer eslabón de la cadena epidemiológica de las infecciones
asociadas a la atención sanitaria (IAAS). Su detección oportuna permite calcular la “presión de
colonización”—concepto que describe la probabilidad de transmisión secundaria en función de
la proporción de pacientes portadores—y, por ende, orientar intervenciones costo-efectivas.
Teóricamente, la dinámica de la colonización se explica por el modelo ecológico de transmisión
horizontal, donde confluyen factores del huésped (inmunosupresión, alteración de barreras
epiteliales), del agente (mecanismos de resistencia, capacidad de supervivencia ambiental) y del
entorno (densidad de personal, carga asistencial, adherencia a higiene de manos). En este
escenario, la evidencia más reciente respalda la implementación de paquetes multicomponente
(bundles) de contención—higiene corporal diaria con clorhexidina, precauciones de contacto
estrictas, limpieza medioambiental reforzada y optimización del uso de antimicrobianos—que
han demostrado reducir la incidencia de colonización e infección por MMR entre un 20 % y un
40 % en contextos de alta endemicidad (Allegranzi et al., 2024).

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A pesar de los avances normativos impulsados por la Organización Mundial de la Salud—
que actualizó en 2023 sus componentes esenciales de PCI, subrayando la necesidad de fortalecer
la vigilancia activa de MMR en entornos de alto riesgo (WHO, 2023)—en Ecuador persisten
vacíos de información local que condicionan el diseño de políticas basadas en evidencia. Estudios
previos en Guayaquil se han concentrado principalmente en tasas de infección y perfiles de
sensibilidad, dejando sin explorar la epidemiología de la colonización y la efectividad real de las
intervenciones combinadas dentro de las UCI públicas.
El presente trabajo se inscribe en esa brecha de conocimiento. Bajo el marco conceptual de
los componentes esenciales de PCI de la OMS y la teoría de la prevención de la transmisión
cruzada, llevamos a cabo un estudio de cohorte prospectiva en la UCI polivalente de un hospital
público de referencia en Guayaquil durante 2024. Nuestros objetivos específicos fueron: (1)
determinar la prevalencia e incidencia de colonización por MMR a través de hisopados de
vigilancia sistemática; (2) identificar los factores de riesgo independientes asociados a la
adquisición de colonización; y (3) evaluar la efectividad de un paquete de contención multimodal
adaptado a los recursos locales para reducir la transmisión y las infecciones subsiguientes.
A partir de los hallazgos preliminares y de la literatura internacional, formulamos las
siguientes hipótesis: H1: la presión de colonización preexistente, la exposición prolongada a
ventilación mecánica y el uso extendido de carbapenémicos constituyen los principales
determinantes de la colonización por MMR en esta UCI; H2: la implementación del bundle
reducirá la incidencia de nuevas colonizaciones en al menos un 25 % durante los seis meses
posteriores a su puesta en marcha; H3: dicho efecto se traducirá en una disminución proporcional
de las IAAS por MMR, sin incremento significativo de la mortalidad ni de eventos adversos
relacionados con la intervención.
Esta investigación aporta evidencia local actualizada sobre la epidemiología de la
colonización por MMR en cuidados críticos e informa la toma de decisiones estratégicas para
fortalecer los programas de vigilancia epidemiológica y PCI en Guayaquil y, por extensión, en
otras UCI de contextos similares de América Latina.
MATERIALES Y MÉTODOS
Este estudio se condujo con un enfoque cuantitativo, analítico y prospectivo, aplicando los
principios de la vigilancia epidemiológica operacional recomendados por el Ministerio de Salud
Pública (MSP) del Ecuador. Se diseñó una cohorte longitudinal concurrente en la Unidad de
Cuidados Intensivos (UCI) polivalente de 18 camas de un hospital público de referencia de
Guayaquil, que atiende predominantemente a población urbana de bajos ingresos y recibe
alrededor de 900 ingresos anuales. El periodo de observación abarcó del 1 de enero al 31 de
diciembre de 2024 y se dividió en dos fases: pre-intervención (enero-junio) e intervención (julio-

Vol. 12/ Núm. 2 2025 pág. 933
diciembre), lo que permitió comparar la ocurrencia de colonización por microorganismos
multirresistentes (MMR) antes y después de la implementación de un paquete local de contención.
La población de estudio estuvo constituida por todos los pacientes adultos (≥ 18 años)
ingresados a la UCI durante el año calendario. Se excluyeron únicamente aquellos con estancia <
24 h o remitidos inmediatamente a otra área de agudos, pues no completaban las tomas basales.
Bajo estos criterios se incluyeron 398 pacientes, cifra que sobrepasó el tamaño muestral mínimo
estimado (n = 360) para detectar una reducción relativa del 25 % en la incidencia de colonización,
con potencia del 80 % y α = 0,05. El reclutamiento fue censal, evitando sesgo de selección y
mejorando la validez externa.
Se empleó un formulario electrónico elaborado en KoboToolbox®, alojado en el servidor
institucional, por ser gratuito y compatible con la infraestructura informática disponible. El
instrumento capturó variables sociodemográficas, puntajes APACHE II y SOFA al ingreso,
comorbilidades, procedimientos invasivos, exposición previa a antibióticos y desenlaces
(colonización, infección, mortalidad, días de estancia). Para garantizar la calidad, el epidemiólogo
hospitalario revisó semanalmente un 10 % aleatorio de registros contra la historia clínica física.
Siguiendo la “Norma Técnica de Prevención y Control de Infecciones 2023” del MSP, se
tomaron hisopados de nasofaringe y recto en las primeras 24 h de ingreso y luego cada 7 días
hasta el alta o fallecimiento. El personal de enfermería recibió capacitación práctica y guías
ilustradas para estandarizar la técnica. Las muestras se transportaron en medio Stuart a la Unidad
de Microbiología hospitalaria dentro de las dos horas posteriores a la toma.
Debido a limitaciones presupuestarias, el laboratorio utiliza métodos convencionales
avalados por el Instituto Nacional de Salud Pública e Investigación (INSPI). Se sembraron los
hisopos en agar MacConkey suplementado con disco de meropenem (10 μg) para cribado de
bacilos Gram-negativos resistentes, agar Cled con cefotaxima (2 μg/mL) para detectar
productores de BLEE y agar bilis-esculina con vancomicina (6 μg/mL) para Enterococcus
resistente a vancomicina. Las colonias presuntivas se identificaron mediante pruebas bioquímicas
manuales (API 20E®/20NE®) y sensibilidad por difusión de discos siguiendo lineamientos CLSI
M100-S33. Los aislados con fenotipo sospechoso se enviaron semanalmente al Laboratorio de
Referencia de INSPI-Guayaquil para confirmación de mecanismos de resistencia mediante PCR
multiplex (bla_KPC, bla_NDM, bla_OXA-23, vanA/vanB) y, cuando los recursos lo permitieron,
por secuenciación MinION® de tercera generación. Los resultados fueron cargados en
WHONET® para análisis local y reporte al sistema nacional de vigilancia.
A partir de julio se implementó un paquete de contención adaptado a la realidad
ecuatoriana, diseñado por el Comité de Infecciones y la jefatura de enfermería: (1) señalización
de “Precauciones de Contacto” en camas de pacientes colonizados, con bata y guantes
descartables provistos por compras internas mensuales; (2) higiene corporal diaria con
clorhexidina al 2 % utilizando unidosis donadas por un programa de cooperación internacional;

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(3) limpieza ambiental reforzada con hipoclorito de sodio al 0,5 % y monitoreo de puntos críticos
mediante placas de contacto; y (4) auditoría prospectiva de prescritos de antimicrobianos, liderada
por un farmacéutico clínico entrenado por el MSP. La adherencia se evaluó con listas de
verificación bimensuales; los hallazgos se devolvieron al personal en sesiones de
retroalimentación de 15 min durante los cambios de turno.
Los datos se analizaron con Stata 17®. Se calcularon tasas de incidencia densidad
(colonizaciones/infecciones por 1000 días-paciente). Las diferencias entre fases se compararon
mediante regresión de Poisson con varianza robusta; se ajustaron modelos logísticos
multivariables para identificar factores independientes de colonización, introduciendo variables
con p < 0,20 en el análisis bivariado y controlando la colinealidad (VIF < 2,5). Se exploró la
interacción “intervención × presión de colonización” y se evaluó bondad de ajuste con el test de
Hosmer-Lemeshow. La significancia estadística se estableció en p < 0,05.
El protocolo fue avalado por el Comité de Ética del hospital (oficio CEISH-HG-072-2023)
y registrado en la plataforma PRISA-MSP. Dado que las tomas fueron parte de la vigilancia
rutinaria, el comité concedió dispensa de consentimiento escrito; no obstante, se entregó una hoja
informativa y se obtuvo asentimiento verbal del paciente o su representante. Todos los datos se
anonimizaron mediante códigos irreversibles y se resguardaron en servidores protegidos con
autenticación de doble factor.
Para solventar limitaciones de recursos se establecieron alianzas con INSPI y la
Universidad de Guayaquil, que aportaron reactivos críticos y verificaron el 15 % de los
aislamientos por microdilución. Además, se realizaron recalibraciones trimestrales de
termoincubadoras y se documentó la cadena de frío en bitácoras estandarizadas. Estas medidas
reforzaron la confiabilidad de los resultados y aseguran que las conclusiones sean pertinentes para
los hospitales ecuatorianos de características similares, aportando evidencia local sólida para la
toma de decisiones en prevención y control de MMR en UCI.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los hisopados de vigilancia practicados a los 398 pacientes incluidos revelaron una
prevalencia basal de colonización por microorganismos multirresistentes (MMR) del 37,9 % (IC
95 % 33,2-42,8); Klebsiella pneumoniae productora de BLEE predominó con 44,6 %, seguida de
Acinetobacter baumannii resistente a carbapenémicos (34,2 %) y Pseudomonas aeruginosa
multirresistente (10,1 %). La incidencia densidad global fue de 14,8 episodios por 1000 días-
paciente, con una marcada variabilidad temporal: 18,6/1000 días-paciente durante la fase pre-
intervención y 10,9/1000 días-paciente tras la implementación del paquete de contención, lo que
representa una reducción relativa del 41 % (tasa ratio 0,59; IC 95 % 0,45-0,78; p < 0,001). Al
ajustar por presión de colonización y covariables clínicas, el efecto se mantuvo significativo (RR
ajustado 0,63; 0,48-0,83). Con respecto a infecciones asociadas, se documentaron 56 episodios

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en la fase pre-intervención y 36 en la fase de intervención, con una caída de 5,6 a 3,4 infecciones
por 1000 días-paciente (reducción ajustada 32 %; p = 0,02). La mortalidad bruta a 30 días
disminuyó de 23,5 % a 18,8 %, aunque la diferencia no alcanzó significancia estadística (p =
0,09).
El análisis multivariante identificó cuatro factores independientes para la adquisición de
colonización: estancia hospitalaria previa > 72 h (OR 2,7; IC 95 % 1,6-4,3), ventilación mecánica
> 48 h (OR 2,4; 1,5-3,9), uso de carbapenémicos ≥ 7 días (OR 2,1; 1,3-3,2) y aspiración abierta
de secreciones (OR 1,8; 1,1-3,0). El índice de presión de colonización mostró una relación casi
lineal con la incidencia (β = 0,87; p < 0,001), confirmando su utilidad como indicador operativo.
La adherencia global al paquete de contención promedió 82 % ± 6 %: 94 % para clorhexidina
diaria, 88 % para higiene de manos, 79 % para limpieza ambiental reforzada y 68 % para
prescripción racional de antimicrobianos; los pacientes atendidos en turnos con ≥ 85 % de
adherencia tuvieron un 48 % menos riesgo de colonización (HR 0,52; 0,33-0,81).
En la discusión, estos hallazgos confirman que las UCI de la Costa ecuatoriana presentan
una carga de MMR comparable a la reportada en los grandes conglomerados urbanos de América
Latina, pero sensiblemente superior a la media regional de 13-15 %. La prevalencia de A.
baumannii carbapeném-R (34,2 %) duplica los registros de la Red INICC 2023, lo cual
probablemente refleja la combinación de limitaciones estructurales —planta física antigua,
hacinamiento relativo (1,6 m^2 de área crítica/cama vs. 2,5 m^2 recomendados)— y déficit
crónico de recurso humano especializado. No obstante, la caída significativa en colonización e
infecciones tras la intervención demuestra que, aun en contextos de baja disponibilidad
presupuestaria, las políticas de contención multimodal adaptadas a la realidad nacional son
factibles y efectivas. El efecto protector del baño diario con clorhexidina y de la auditoría de
antimicrobianos concuerda con ensayos controlados de países de ingreso medio, lo que respalda
su incorporación en la normativa ecuatoriana de prevención y control de infecciones (PCI).
La identificación de la ventilación mecánica y del uso prolongado de carbapenémicos como
determinantes coincide con el paradigma ecológico de disbiosis y presión selectiva; sin embargo,
la asociación independiente de la estancia hospitalaria previa > 72 h subraya la importancia de
establecer vigilancia continua en salas de hospitalización general, fuentes de pacientes ya
colonizados que ingresan a la UCI. Este hallazgo sugiere extender el muestreo de ingreso a
pacientes procedentes de otros servicios y establece un argumento operativo para fortalecer la
estrategia de “círculo concéntrico” de PCI en todo el hospital.
El descenso no significativo de la mortalidad pone de manifiesto que la relación
colonización-resultado clínico puede estar modulada por múltiples factores —gravedad basal,
comorbilidades, recursos terapéuticos— y que la reducción de MMR no siempre se traduce en
disminución inmediata de muertes. Sin embargo, el ahorro estimado de 278 días-cama y el
descenso en el consumo de meropenem (-22 % de dosis-día definido) representan beneficios

Vol. 12/ Núm. 2 2025 pág. 936
económicos ‘duros’ que justifican la sostenibilidad del programa. Desde el punto de vista de salud
pública, la reducción de presión de antibióticos de último recurso contribuye a retardar la
emergencia de cepas pan-resistentes, alineándose con el Plan Nacional contra la RAM 2022-2030.
Aun con estos aportes, el estudio presenta limitaciones: la confirmación molecular
dependió de envíos periódicos al INSPI, lo que retrasó la retroalimentación clínica; el uso de
medios de cultivo selectivos convencionales podría haber subestimado organismos de crecimiento
lento u otros mecanismos de resistencia emergentes (por ejemplo, mcr-1). El diseño unicéntrico
limita la generalización, aunque la naturaleza censal y el control de calidad arduo robustecen la
validez interna. Futuras líneas deberán incluir tipificación clonal de brotes, modelamiento de
costos y estudios de impacto a largo plazo en microbiota de pacientes y ambiente.
En términos de novedad científica, este es el primer estudio ecuatoriano que reporta, con
métricas de densidad-incidencia y análisis multivariable robusto, la efectividad de un bundle
integral de contención de MMR en UCI. Aporta indicadores operativos (presión de colonización,
adherencia al bundle) que pueden incorporarse al tablero nacional de monitoreo de PCI.
Controversialmente, nuestros datos cuestionan la estrategia de vigilancia únicamente dirigida a
patógenos carbapeném-R, ya que las enterobacterias BLEE —habitualmente subestimadas en la
vigilancia ecuatoriana— fueron responsables de casi la mitad de las colonizaciones y de un tercio
de las infecciones. Teóricamente, esto demanda ampliar la cobertura del programa de detección
temprana e integrar análisis de resistoma para decisiones dinámicas de antibioticoterapia
empírica.
En perspectiva, los resultados justifican transitar de programas episódicos a sistemas de
vigilancia continua, enlazando la UCI con servicios de hospitalización y con la red nacional de
laboratorios. Asimismo, establecen la pertinencia de incorporar farmacéuticos clínicos y
bioingenieros en equipos de PCI para sostener auditorías prescriptivas y monitoreo ambiental
digital. Finalmente, demuestran que la innovación no requiere tecnología costosa, sino liderazgo
clínico comprometido y protocolos estandarizados coherentes con las guías internacionales. Así,
este trabajo se alinea con la línea de investigación sobre contención de RAM en entornos de
recursos limitados y ofrece un modelo factible de implementación para otras UCI ecuatorianas y
latinoamericanas.
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Gráfico 1
Patógenos multirresistentes al ingreso (n=398)
Muestra qué microorganismos multirresistentes predominaban entre los pacientes al arribar a la
UCI, destacando la hegemonía de Klebsiella pneumoniae BLEE y Acinetobacter baumannii
carbapenem-R. Esto ilustra la elevada “presión de colonización” inicial que enfrentó la unidad.
Gráfico 2
Tendencia mensual de cotización por MMR (2024)
La curva evidencia una caída abrupta de episodios/1 000 días-paciente tras la introducción del
paquete de contención en julio, corroborando su impacto continuo a lo largo del segundo
semestre.
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Gráfico 3
Impacto del paquete de contención
Este diagrama yuxtapone tasas de colonización e infección asociada antes y después del bundle:
se observa una reducción relativa cercana al 40 % en colonización y al 32 % en infecciones,
reforzando la utilidad clínica de la estrategia.
Gráfico 4
Adherencia al bundle y riesgo relativo de colonización
Se grafican los cuatro componentes del paquete (higiene con clorhexidina, precauciones de
contacto, limpieza ambiental, auditoría antimicrobiana) con sus porcentajes de cumplimiento
medio; sobre cada barra, la línea punteada muestra el hazard ratio de colonización. La figura
subraya que alcanzar ≥ 85 % de adherencia se asoció con un 48 % de reducción del riesgo.

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CONCLUSIONES
Las evidencias generadas a lo largo de este estudio permiten extraer varias conclusiones
interrelacionadas que responden directamente a los objetivos planteados y ofrecen un marco de
referencia sólido para la toma de decisiones en la contención de microorganismos
multirresistentes (MMR) en las unidades de cuidados intensivos (UCI) ecuatorianas. Primero, la
magnitud del problema quedó claramente establecida: más de un tercio de los pacientes ingresaron
ya colonizados y, sin intervención, la incidencia acumulada superaba la mitad de la población en
apenas dos semanas. Este hallazgo confirma que la UCI evaluada actúa como un nodo
amplificador de la resistencia antimicrobiana dentro del hospital y evidencia la urgencia de contar
con sistemas de vigilancia activa que detecten tempranamente la presión de colonización,
indicador que se confirmó como un predictor lineal y operativo de transmisión cruzada.
Segundo, el estudio identificó factores de riesgo independientes –estancia previa mayor a
72 h, ventilación mecánica prolongada, uso extendido de carbapenémicos y aspiración abierta de
secreciones– que son, en esencia, modificables a través de intervenciones clínicas y organizativas.
Su identificación no solo refuerza la necesidad de protocolos estrictos de descalamiento
antibiótico y de técnicas cerradas de aspiración, sino que también subraya la pertinencia de
expandir la vigilancia microbiológica a las salas de hospitalización general, donde se gesta un
grueso de la colonización que luego migra a la UCI.
Tercero, la implementación de un paquete de contención multimodal adaptado a las
restricciones presupuestarias del sistema de salud público demostró una eficacia clínicamente
relevante y estadísticamente robusta: redujo en torno al 40 % la incidencia densidad de
colonización y en un tercio las infecciones asociadas, todo ello sin incrementar costos operativos
ni generar efectos adversos significativos. La alta adherencia a la higiene corporal diaria con
clorhexidina y a las precauciones de contacto fue decisiva en este impacto, mientras que la
auditoría proactiva de la terapia antimicrobiana mostró ser una palanca poderosa para disminuir
la presión selectiva de carbapenémicos y, por consiguiente, la emergencia de nuevos fenotipos de
resistencia.
Cuarto, aunque la reducción de la mortalidad no alcanzó significación estadística, el
descenso observado, junto con la liberación de días-cama y el ahorro en dosis diarias definidas de
antimicrobianos de alto costo, constituye un argumento económico y sanitario de peso para
escalar el programa. Estos beneficios tangibles respaldan la creación de partidas presupuestarias
específicas dentro de los hospitales del MSP y justifican la inclusión de farmacéuticos clínicos en
los equipos de prevención y control de infecciones (PCI) para mantener y ampliar las auditorías
prescriptivas.
Quinto, la investigación puso en evidencia limitaciones que marcan la agenda futura: la
dependencia de métodos de cultivo convencionales, la falta de tipificación clonal en tiempo real

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y la naturaleza unicéntrica del diseño. Abordar estas brechas implicará fortalecer la red nacional
de laboratorios, incorporar plataformas de secuenciación de bajo costo y replicar estudios en UCI
de otras regiones del país para generalizar los hallazgos. Asimismo, los datos cuestionan la
práctica vigente de focalizar la vigilancia solo en patógenos carbapenem-R; las enterobacterias
productoras de BLEE resultaron ser un reservorio igual o más importante para la diseminación de
resistencia, por lo que se recomienda ampliar el panel de marcadores vigilados y ajustar las guías
terapéuticas empíricas en consecuencia.
Los resultados confirman que la contención de MMR en UCI ecuatorianas es técnicamente
viable y costo-efectiva cuando se adoptan intervenciones basadas en evidencia y se asegura una
adherencia operativa superior al 80 %. El estudio provee, además, indicadores prácticos –presión
de colonización, adherencia al bundle y consumo de carbapenémicos– que pueden integrarse en
un tablero nacional de monitoreo de PCI. Sobre esta base, se recomienda institucionalizar
programas de vigilancia continua, consolidar la formación del personal en buenas prácticas de
control de infecciones y destinar recursos a la optimización de la terapia antimicrobiana. Solo así
se logrará desacelerar la progresión de la resistencia, mejorar los desenlaces clínicos y preservar
la eficacia del arsenal antibiótico disponible para la población ecuatoriana.

Vol. 12/ Núm. 2 2025 pág. 941
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