Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1400
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i4.1752
Turismo pos-COVID y circulación de dólares físicos con
enfoque en liquidez costera vs ingresos turísticos
Post-COVID tourism and circulation of physical dollars with a focus on coastal
liquidity vs. tourism revenue
Carlos Alberto Bastidas Vaca
cbastidasv@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-4076-9677
Universidad Estatal de Milagro
Ecuador – Milagro
Evelin del Cisne Arteaga Arcentales
earteagaa@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-1565-8342
Universidad Estatal de Milagro
Ecuador - Milagro
Walter Mario Franco Vera
wfrancov@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-1204-4038
Universidad Estatal de Milagro
Ecuador – Milagro
Artículo recibido: 18 octubre 2025 -Aceptado para publicación: 28 noviembre 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.
RESUMEN
La investigación analiza el impacto del turismo pos-COVID-19 en la circulación de dólares físicos
y la liquidez económica en las zonas costeras del Ecuador durante el periodo 2021-2024. Mediante
un enfoque cuantitativo-descriptivo, se examinaron datos del Banco Central del Ecuador,
SENPLADES y el Ministerio de Turismo. Los resultados muestran una recuperación progresiva
del turismo, especialmente en Manabí, Santa Elena y Esmeraldas, acompañada por un incremento
en el uso de efectivo debido a la informalidad y baja bancarización. Se concluye que el turismo
ha contribuido a dinamizar la economía costera, aunque persisten brechas estructurales que
limitan la inclusión financiera y la digitalización. El estudio propone fortalecer las políticas
públicas orientadas al equilibrio entre la liquidez física y la inclusión financiera sostenible.
Palabras clave: turismo pos-COVID, circulación de dólares, liquidez costera, ingresos
turísticos, planificación territorial
ABSTRACT
The research analyses the impact of post-COVID-19 tourism on the circulation of physical dollars
and economic liquidity in Ecuador's coastal areas during the period 2021-2024. Using a
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1401
quantitative-descriptive approach, data from the Central Bank of Ecuador, SENPLADES and the
Ministry of Tourism were examined. The results show a gradual recovery in tourism, especially
in Manabí, Santa Elena and Esmeraldas, accompanied by an increase in the use of cash due to
informality and low banking penetration. It concludes that tourism has contributed to boosting the
coastal economy, although structural gaps that limit financial inclusion and digitalisation remain.
The study proposes strengthening public policies aimed at balancing physical liquidity and
sustainable financial inclusion.
Keywords: post-COVID tourism, dollar circulation, coastal liquidity, tourism revenue,
territorial planning
Todo el contenido de la Revista Científica Internacional Arandu UTIC publicado en este sitio está disponible bajo
licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
quantitative-descriptive approach, data from the Central Bank of Ecuador, SENPLADES and the
Ministry of Tourism were examined. The results show a gradual recovery in tourism, especially
in Manabí, Santa Elena and Esmeraldas, accompanied by an increase in the use of cash due to
informality and low banking penetration. It concludes that tourism has contributed to boosting the
coastal economy, although structural gaps that limit financial inclusion and digitalisation remain.
The study proposes strengthening public policies aimed at balancing physical liquidity and
sustainable financial inclusion.
Keywords: post-COVID tourism, dollar circulation, coastal liquidity, tourism revenue,
territorial planning
Todo el contenido de la Revista Científica Internacional Arandu UTIC publicado en este sitio está disponible bajo
licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1402
INTRODUCCIÓN
La pandemia de COVID-19 representó uno de los acontecimientos económicos y sociales
más disruptivos del siglo XXI, cuyas repercusiones transformaron profundamente la dinámica del
turismo global y regional. Las restricciones de movilidad, el cierre de fronteras y el confinamiento
prolongado generaron una crisis sin precedentes en la industria turística, considerada hasta
entonces uno de los principales motores del crecimiento económico mundial. Según estimaciones
de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el número de llegadas internacionales se redujo
en más del 70% durante 2020, afectando directamente a los países cuya estructura productiva
dependía del turismo receptivo y de los servicios asociados a esta actividad.
En el caso de Ecuador, el impacto fue particularmente severo en el sector turístico,
considerado un pilar esencial para la generación de ingresos y empleo en provincias costeras como
Manabí, Santa Elena y Esmeraldas (García & Paredes, 2022). Estas regiones concentran gran
parte de la oferta hotelera y gastronómica del país, así como comunidades que dependen casi
exclusivamente del turismo estacional. La abrupta paralización de actividades provocó el cierre
de negocios, pérdida de empleos, contracción de la demanda interna y una disminución notable
del flujo de divisas, afectando de manera directa la economía local y regional.
No obstante, a partir de 2021, la reapertura progresiva de fronteras y la flexibilización de
las medidas sanitarias impulsaron una reactivación gradual del turismo nacional e internacional,
reconfigurando los patrones de movilidad, consumo y medios de pago (Sánchez-Rivero et al.,
2023). Esta etapa de recuperación, conocida como turismo pos-COVID, se caracteriza por un
incremento del turismo interno, una preferencia creciente por destinos naturales, rurales y de baja
densidad poblacional, así como por una tendencia sostenida al uso del dinero en efectivo como
medio predominante de transacción (Cárdenas & Ruiz, 2022).
El turismo pos-COVID en Ecuador también ha sido impulsado por factores socioculturales.
La búsqueda de seguridad sanitaria, el deseo de reconexión con la naturaleza y la necesidad de
bienestar emocional llevaron a los viajeros a priorizar destinos costeros y rurales, donde la
interacción social es limitada y el contacto con espacios abiertos resulta más seguro. Esto dio
lugar a nuevas formas de turismo comunitario y responsable, en las que las comunidades locales
adquirieron un rol protagónico en la gestión de servicios, alojamiento y gastronomía. De esta
manera, el turismo se convirtió no solo en un mecanismo de reactivación económica, sino en un
vehículo de resiliencia territorial y de fortalecimiento de las identidades locales.
En el contexto de la dolarización ecuatoriana, la circulación de dólares físicos ha adquirido
relevancia como indicador de liquidez y estabilidad territorial (Rivera & López, 2023). A
diferencia de otras economías latinoamericanas, Ecuador no dispone de política monetaria propia,
por lo que la cantidad de efectivo en circulación constituye una variable clave para medir la
disponibilidad de recursos y la confianza en la economía. No obstante, la alta informalidad y los
INTRODUCCIÓN
La pandemia de COVID-19 representó uno de los acontecimientos económicos y sociales
más disruptivos del siglo XXI, cuyas repercusiones transformaron profundamente la dinámica del
turismo global y regional. Las restricciones de movilidad, el cierre de fronteras y el confinamiento
prolongado generaron una crisis sin precedentes en la industria turística, considerada hasta
entonces uno de los principales motores del crecimiento económico mundial. Según estimaciones
de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el número de llegadas internacionales se redujo
en más del 70% durante 2020, afectando directamente a los países cuya estructura productiva
dependía del turismo receptivo y de los servicios asociados a esta actividad.
En el caso de Ecuador, el impacto fue particularmente severo en el sector turístico,
considerado un pilar esencial para la generación de ingresos y empleo en provincias costeras como
Manabí, Santa Elena y Esmeraldas (García & Paredes, 2022). Estas regiones concentran gran
parte de la oferta hotelera y gastronómica del país, así como comunidades que dependen casi
exclusivamente del turismo estacional. La abrupta paralización de actividades provocó el cierre
de negocios, pérdida de empleos, contracción de la demanda interna y una disminución notable
del flujo de divisas, afectando de manera directa la economía local y regional.
No obstante, a partir de 2021, la reapertura progresiva de fronteras y la flexibilización de
las medidas sanitarias impulsaron una reactivación gradual del turismo nacional e internacional,
reconfigurando los patrones de movilidad, consumo y medios de pago (Sánchez-Rivero et al.,
2023). Esta etapa de recuperación, conocida como turismo pos-COVID, se caracteriza por un
incremento del turismo interno, una preferencia creciente por destinos naturales, rurales y de baja
densidad poblacional, así como por una tendencia sostenida al uso del dinero en efectivo como
medio predominante de transacción (Cárdenas & Ruiz, 2022).
El turismo pos-COVID en Ecuador también ha sido impulsado por factores socioculturales.
La búsqueda de seguridad sanitaria, el deseo de reconexión con la naturaleza y la necesidad de
bienestar emocional llevaron a los viajeros a priorizar destinos costeros y rurales, donde la
interacción social es limitada y el contacto con espacios abiertos resulta más seguro. Esto dio
lugar a nuevas formas de turismo comunitario y responsable, en las que las comunidades locales
adquirieron un rol protagónico en la gestión de servicios, alojamiento y gastronomía. De esta
manera, el turismo se convirtió no solo en un mecanismo de reactivación económica, sino en un
vehículo de resiliencia territorial y de fortalecimiento de las identidades locales.
En el contexto de la dolarización ecuatoriana, la circulación de dólares físicos ha adquirido
relevancia como indicador de liquidez y estabilidad territorial (Rivera & López, 2023). A
diferencia de otras economías latinoamericanas, Ecuador no dispone de política monetaria propia,
por lo que la cantidad de efectivo en circulación constituye una variable clave para medir la
disponibilidad de recursos y la confianza en la economía. No obstante, la alta informalidad y los
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1403
bajos niveles de bancarización han propiciado la consolidación de una economía paralela difícil
de cuantificar, aunque esencial para comprender los procesos de recuperación económica
pospandemia (Rojas & Pérez, 2021).
La persistencia del uso del efectivo está vinculada, en gran medida, con la estructura
socioeconómica de las provincias costeras, donde predominan microempresas familiares,
comercio ambulante y empleo informal. Estudios recientes señalan que la circulación de efectivo
guarda una relación directa con la resiliencia del comercio informal y con la limitada penetración
de los medios digitales de pago en sectores rurales o turísticos (Mendoza et al., 2023; Ramos
Pérez, 2021). En estos espacios, el dinero físico continúa siendo sinónimo de confianza,
inmediatez y autonomía, especialmente ante las dificultades de acceso a la banca formal o la
inestabilidad de las plataformas digitales.
Al mismo tiempo, la reactivación turística ha evidenciado profundas brechas estructurales
en términos de inclusión financiera, digitalización y equidad territorial (Barrado, 2024). Aunque
la pandemia aceleró la adopción de medios de pago electrónicos y plataformas digitales en
América Latina, su implementación efectiva en comunidades rurales y turísticas sigue siendo
limitada. Esta desigualdad tecnológica perpetúa la dependencia del efectivo y restringe la
formalización de los flujos económicos. Según Pérez-Cepeda y Cordero (2022), la falta de
infraestructura digital y la desconfianza hacia las instituciones financieras son factores que
obstaculizan la transición hacia una economía más moderna y transparente.
En Ecuador, esta situación se ve acentuada por la desconfianza histórica hacia las
instituciones bancarias, herencia de la crisis financiera de finales de los años noventa, así como
por la insuficiente cobertura de cajeros automáticos, sucursales y puntos de pago en zonas
periféricas. Estas limitaciones reducen las oportunidades de ahorro, crédito y formalización del
comercio, generando un círculo de dependencia del efectivo que, aunque dinamiza la economía
local, dificulta la medición del crecimiento real (Palomo Ortega, 2021; Vega & Viteri, 2023).
El papel del efectivo en la reactivación económica pos-COVID no se limita al ámbito del
consumo. En contextos como el ecuatoriano, el dólar físico también cumple funciones de
estabilidad psicológica y de referencia simbólica: representa seguridad en tiempos de
incertidumbre y autonomía frente a los sistemas financieros formales. La recuperación de la
confianza en el efectivo ha sido tan significativa que, según observaciones de campo, la demanda
de billetes de baja denominación aumentó de forma sostenida durante 2022 y 2023, coincidiendo
con la reapertura turística.
Desde una perspectiva territorial, las provincias costeras muestran comportamientos
heterogéneos. En Manabí, el turismo de naturaleza y gastronomía se consolidó como motor de la
recuperación local; en Santa Elena, el turismo de playa y segunda residencia atrajo a viajeros
nacionales con alto poder adquisitivo; y en Esmeraldas, el turismo comunitario afrodescendiente
y de aventura permitió reactivar circuitos económicos previamente marginados. Estos procesos
bajos niveles de bancarización han propiciado la consolidación de una economía paralela difícil
de cuantificar, aunque esencial para comprender los procesos de recuperación económica
pospandemia (Rojas & Pérez, 2021).
La persistencia del uso del efectivo está vinculada, en gran medida, con la estructura
socioeconómica de las provincias costeras, donde predominan microempresas familiares,
comercio ambulante y empleo informal. Estudios recientes señalan que la circulación de efectivo
guarda una relación directa con la resiliencia del comercio informal y con la limitada penetración
de los medios digitales de pago en sectores rurales o turísticos (Mendoza et al., 2023; Ramos
Pérez, 2021). En estos espacios, el dinero físico continúa siendo sinónimo de confianza,
inmediatez y autonomía, especialmente ante las dificultades de acceso a la banca formal o la
inestabilidad de las plataformas digitales.
Al mismo tiempo, la reactivación turística ha evidenciado profundas brechas estructurales
en términos de inclusión financiera, digitalización y equidad territorial (Barrado, 2024). Aunque
la pandemia aceleró la adopción de medios de pago electrónicos y plataformas digitales en
América Latina, su implementación efectiva en comunidades rurales y turísticas sigue siendo
limitada. Esta desigualdad tecnológica perpetúa la dependencia del efectivo y restringe la
formalización de los flujos económicos. Según Pérez-Cepeda y Cordero (2022), la falta de
infraestructura digital y la desconfianza hacia las instituciones financieras son factores que
obstaculizan la transición hacia una economía más moderna y transparente.
En Ecuador, esta situación se ve acentuada por la desconfianza histórica hacia las
instituciones bancarias, herencia de la crisis financiera de finales de los años noventa, así como
por la insuficiente cobertura de cajeros automáticos, sucursales y puntos de pago en zonas
periféricas. Estas limitaciones reducen las oportunidades de ahorro, crédito y formalización del
comercio, generando un círculo de dependencia del efectivo que, aunque dinamiza la economía
local, dificulta la medición del crecimiento real (Palomo Ortega, 2021; Vega & Viteri, 2023).
El papel del efectivo en la reactivación económica pos-COVID no se limita al ámbito del
consumo. En contextos como el ecuatoriano, el dólar físico también cumple funciones de
estabilidad psicológica y de referencia simbólica: representa seguridad en tiempos de
incertidumbre y autonomía frente a los sistemas financieros formales. La recuperación de la
confianza en el efectivo ha sido tan significativa que, según observaciones de campo, la demanda
de billetes de baja denominación aumentó de forma sostenida durante 2022 y 2023, coincidiendo
con la reapertura turística.
Desde una perspectiva territorial, las provincias costeras muestran comportamientos
heterogéneos. En Manabí, el turismo de naturaleza y gastronomía se consolidó como motor de la
recuperación local; en Santa Elena, el turismo de playa y segunda residencia atrajo a viajeros
nacionales con alto poder adquisitivo; y en Esmeraldas, el turismo comunitario afrodescendiente
y de aventura permitió reactivar circuitos económicos previamente marginados. Estos procesos
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reflejan la diversidad productiva de la región costera y la manera en que la circulación de efectivo
sostiene economías locales donde la digitalización financiera aún no se consolida plenamente.
No obstante, la dualidad entre el avance digital y la persistencia del efectivo plantea nuevos
retos para la política pública. Si bien la digitalización financiera promueve la transparencia y
reduce los costos de transacción, no puede implementarse eficazmente sin infraestructura,
conectividad y educación financiera. De igual modo, la dependencia del efectivo, aunque
funcional en el corto plazo, perpetúa la informalidad y limita la capacidad estatal para recaudar
impuestos o medir la productividad territorial.
Por ello, la comprensión de las interacciones entre turismo, liquidez y circulación monetaria
se vuelve esencial para diseñar estrategias de desarrollo sostenible. En esta línea, Rivera y López
(2023) destacan que el análisis del flujo de dólares físicos permite identificar la relación entre
turismo, gasto público y disponibilidad monetaria, brindando una lectura más completa sobre la
dinámica territorial de la liquidez.
En este marco, el presente estudio tiene como objetivo analizar la relación entre turismo
pos-COVID, circulación de dólares físicos y liquidez económica en la región costera ecuatoriana,
utilizando fuentes estadísticas oficiales y herramientas comparativas de análisis cuantitativo. El
propósito es generar evidencia empírica que contribuya a comprender el papel del efectivo en la
reactivación económica y en la sostenibilidad territorial.
El enfoque metodológico adoptado permitirá identificar correlaciones entre ingresos
turísticos, gasto público y disponibilidad monetaria, aportando elementos para la formulación de
políticas públicas integradas que promuevan la digitalización financiera, la formalización del
comercio y el fortalecimiento comunitario. Además, pretende ofrecer un diagnóstico que combine
el análisis económico con la comprensión social de los territorios, considerando factores
culturales, institucionales y tecnológicos.
En última instancia, este trabajo busca aportar una reflexión crítica sobre la dualidad entre
el progreso digital y la persistencia del efectivo, una tensión que configura el futuro económico
de las zonas costeras ecuatorianas y que determina su capacidad para transitar hacia modelos más
resilientes, inclusivos y sostenibles (López-Guzmán et al., 2023; Pantoja & Molina, 2024).
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio adoptó un enfoque cuantitativo, descriptivo y territorial, centrado en las
provincias de Manabí, Santa Elena y Esmeraldas. Se emplearon fuentes secundarias provenientes
del Banco Central del Ecuador, SENPLADES, el Ministerio de Turismo y el INEC. Se
construyeron series temporales que abarcan el periodo 2020–2024, analizando indicadores como
ingresos turísticos anuales, gasto público, circulación monetaria y nivel de bancarización. Los
datos fueron procesados en Microsoft Excel, utilizando herramientas estadísticas básicas para
calcular tasas de crecimiento, índices de liquidez y variaciones porcentuales. Además, se aplicó
reflejan la diversidad productiva de la región costera y la manera en que la circulación de efectivo
sostiene economías locales donde la digitalización financiera aún no se consolida plenamente.
No obstante, la dualidad entre el avance digital y la persistencia del efectivo plantea nuevos
retos para la política pública. Si bien la digitalización financiera promueve la transparencia y
reduce los costos de transacción, no puede implementarse eficazmente sin infraestructura,
conectividad y educación financiera. De igual modo, la dependencia del efectivo, aunque
funcional en el corto plazo, perpetúa la informalidad y limita la capacidad estatal para recaudar
impuestos o medir la productividad territorial.
Por ello, la comprensión de las interacciones entre turismo, liquidez y circulación monetaria
se vuelve esencial para diseñar estrategias de desarrollo sostenible. En esta línea, Rivera y López
(2023) destacan que el análisis del flujo de dólares físicos permite identificar la relación entre
turismo, gasto público y disponibilidad monetaria, brindando una lectura más completa sobre la
dinámica territorial de la liquidez.
En este marco, el presente estudio tiene como objetivo analizar la relación entre turismo
pos-COVID, circulación de dólares físicos y liquidez económica en la región costera ecuatoriana,
utilizando fuentes estadísticas oficiales y herramientas comparativas de análisis cuantitativo. El
propósito es generar evidencia empírica que contribuya a comprender el papel del efectivo en la
reactivación económica y en la sostenibilidad territorial.
El enfoque metodológico adoptado permitirá identificar correlaciones entre ingresos
turísticos, gasto público y disponibilidad monetaria, aportando elementos para la formulación de
políticas públicas integradas que promuevan la digitalización financiera, la formalización del
comercio y el fortalecimiento comunitario. Además, pretende ofrecer un diagnóstico que combine
el análisis económico con la comprensión social de los territorios, considerando factores
culturales, institucionales y tecnológicos.
En última instancia, este trabajo busca aportar una reflexión crítica sobre la dualidad entre
el progreso digital y la persistencia del efectivo, una tensión que configura el futuro económico
de las zonas costeras ecuatorianas y que determina su capacidad para transitar hacia modelos más
resilientes, inclusivos y sostenibles (López-Guzmán et al., 2023; Pantoja & Molina, 2024).
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio adoptó un enfoque cuantitativo, descriptivo y territorial, centrado en las
provincias de Manabí, Santa Elena y Esmeraldas. Se emplearon fuentes secundarias provenientes
del Banco Central del Ecuador, SENPLADES, el Ministerio de Turismo y el INEC. Se
construyeron series temporales que abarcan el periodo 2020–2024, analizando indicadores como
ingresos turísticos anuales, gasto público, circulación monetaria y nivel de bancarización. Los
datos fueron procesados en Microsoft Excel, utilizando herramientas estadísticas básicas para
calcular tasas de crecimiento, índices de liquidez y variaciones porcentuales. Además, se aplicó
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1405
un análisis comparativo interprovincial y una matriz FODA para identificar las fortalezas,
debilidades, oportunidades y amenazas del sistema turístico costero.
La metodología permitió establecer correlaciones entre el gasto público y la liquidez
costera, evidenciando la relación entre el turismo y la disponibilidad de efectivo. La triangulación
de fuentes garantiza la confiabilidad de los resultados, complementando el análisis económico
con interpretaciones sociales y territoriales. Asimismo, se consideraron las limitaciones derivadas
de la falta de datos desagregados por cantón y del subregistro de transacciones informales. El
enfoque metodológico permitió, por tanto, vincular las variables económicas con las políticas
públicas y las condiciones sociales de las zonas estudiadas, aportando una visión integral sobre la
resiliencia financiera en la era pos-COVID.
Tabla 1
Evolución de los ingresos turísticos por provincia (2020–2024) y tendencia
Provincia Ingresos turísticos (USD
millones)
Crecimiento 2020–2024
(%) Tendencia
Manabí 400 → 900 125% Alta recuperación
Santa
Elena 250 → 560 124% Recuperación
moderada
Esmeraldas 180 → 310 72% Crecimiento
limitado
Los ingresos turísticos muestran un crecimiento sostenido entre 2020 y 2024, siendo
Manabí la provincia con mayor recuperación económica. El aumento del turismo nacional, junto
con la inversión en infraestructura y campañas de promoción, consolidó su liderazgo. Sin
embargo, la recuperación no fue homogénea: Esmeraldas experimentó una expansión más lenta,
atribuida a la falta de conectividad aérea y a la limitada promoción internacional. Estas diferencias
reflejan disparidades estructurales entre las provincias costeras, donde la gestión institucional y
la capacidad de inversión pública son factores decisivos para el dinamismo del turismo y la
estabilidad de la liquidez territorial.
Tabla 2
Evolución de la circulación de dólares y del índice de liquidez (2020–2024)
Año Circulación de dólares (millones
USD)
Índice de liquidez
(%)
Variación anual
(%)
2020 210 12.7 –
2021 258 14.0 +10.2
2022 305 15.3 +9.3
2024 400 16.9 +10.5
La circulación de dólares físicos creció proporcionalmente al repunte del turismo. Las
transacciones en efectivo siguen predominando en áreas con baja bancarización y limitada
digitalización. Este fenómeno favorece la liquidez inmediata, pero reduce la trazabilidad de los
flujos económicos, afectando la recaudación fiscal y la planificación financiera. La tendencia
un análisis comparativo interprovincial y una matriz FODA para identificar las fortalezas,
debilidades, oportunidades y amenazas del sistema turístico costero.
La metodología permitió establecer correlaciones entre el gasto público y la liquidez
costera, evidenciando la relación entre el turismo y la disponibilidad de efectivo. La triangulación
de fuentes garantiza la confiabilidad de los resultados, complementando el análisis económico
con interpretaciones sociales y territoriales. Asimismo, se consideraron las limitaciones derivadas
de la falta de datos desagregados por cantón y del subregistro de transacciones informales. El
enfoque metodológico permitió, por tanto, vincular las variables económicas con las políticas
públicas y las condiciones sociales de las zonas estudiadas, aportando una visión integral sobre la
resiliencia financiera en la era pos-COVID.
Tabla 1
Evolución de los ingresos turísticos por provincia (2020–2024) y tendencia
Provincia Ingresos turísticos (USD
millones)
Crecimiento 2020–2024
(%) Tendencia
Manabí 400 → 900 125% Alta recuperación
Santa
Elena 250 → 560 124% Recuperación
moderada
Esmeraldas 180 → 310 72% Crecimiento
limitado
Los ingresos turísticos muestran un crecimiento sostenido entre 2020 y 2024, siendo
Manabí la provincia con mayor recuperación económica. El aumento del turismo nacional, junto
con la inversión en infraestructura y campañas de promoción, consolidó su liderazgo. Sin
embargo, la recuperación no fue homogénea: Esmeraldas experimentó una expansión más lenta,
atribuida a la falta de conectividad aérea y a la limitada promoción internacional. Estas diferencias
reflejan disparidades estructurales entre las provincias costeras, donde la gestión institucional y
la capacidad de inversión pública son factores decisivos para el dinamismo del turismo y la
estabilidad de la liquidez territorial.
Tabla 2
Evolución de la circulación de dólares y del índice de liquidez (2020–2024)
Año Circulación de dólares (millones
USD)
Índice de liquidez
(%)
Variación anual
(%)
2020 210 12.7 –
2021 258 14.0 +10.2
2022 305 15.3 +9.3
2024 400 16.9 +10.5
La circulación de dólares físicos creció proporcionalmente al repunte del turismo. Las
transacciones en efectivo siguen predominando en áreas con baja bancarización y limitada
digitalización. Este fenómeno favorece la liquidez inmediata, pero reduce la trazabilidad de los
flujos económicos, afectando la recaudación fiscal y la planificación financiera. La tendencia
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1406
ascendente del índice de liquidez refleja un proceso de recuperación monetaria sostenida,
impulsada por el turismo interno y las remesas. Sin embargo, persiste la dependencia del efectivo
como base del sistema transaccional, lo cual plantea retos para la formalización económica y la
inclusión financiera.
Tabla 3
Gasto público turístico e impacto en liquidez (2021–2023)
Año Gasto público turístico (millones USD) Incremento (%) Impacto en liquidez
2021 35 75% Moderado
2022 50 43% Significativo
2023 65 30% Alto
El gasto público turístico aumentó progresivamente entre 2021 y 2023, lo que evidencia
una política activa de reactivación económica. La inversión estatal generó un efecto multiplicador
sobre la liquidez costera, fortaleciendo los sectores hotelero, gastronómico y artesanal. No
obstante, los beneficios fueron territorialmente desiguales, concentrándose en polos turísticos
consolidados como Salinas o Manta. Las provincias con menor infraestructura o promoción
recibieron un menor impacto. El análisis confirma que la eficiencia del gasto depende de la
coordinación entre el gobierno central, los municipios y los actores privados, además de la
necesidad de criterios equitativos de asignación de recursos.
Tabla 4
Relación entre liquidez, bancarización y empleo turístico (2020–2024)
Año Índice de
liquidez (%)
Nivel de
bancarización (%)
Empleo turístico
(miles de personas)
Variación anual
empleo (%)
2020 12.7 41 68 –
2021 14.0 42 74 +8.8
2022 15.3 44 81 +9.4
2023 16.1 46 89 +9.8
2024 16.9 49 97 +9.0
El análisis integrado de los indicadores evidencia una recuperación sostenida del turismo
costero ecuatoriano entre 2020 y 2024, con una correlación positiva entre el crecimiento de los
ingresos turísticos, la circulación de dólares físicos y el aumento del empleo. Manabí lidera el
proceso de recuperación, impulsada por su diversificación productiva y su posicionamiento en el
turismo gastronómico y comunitario. En Santa Elena, el flujo de visitantes se reactivó gracias al
turismo interno y al retorno de eventos culturales, mientras que Esmeraldas mantiene una
recuperación parcial por factores estructurales como la inseguridad y la débil conectividad
terrestre.
ascendente del índice de liquidez refleja un proceso de recuperación monetaria sostenida,
impulsada por el turismo interno y las remesas. Sin embargo, persiste la dependencia del efectivo
como base del sistema transaccional, lo cual plantea retos para la formalización económica y la
inclusión financiera.
Tabla 3
Gasto público turístico e impacto en liquidez (2021–2023)
Año Gasto público turístico (millones USD) Incremento (%) Impacto en liquidez
2021 35 75% Moderado
2022 50 43% Significativo
2023 65 30% Alto
El gasto público turístico aumentó progresivamente entre 2021 y 2023, lo que evidencia
una política activa de reactivación económica. La inversión estatal generó un efecto multiplicador
sobre la liquidez costera, fortaleciendo los sectores hotelero, gastronómico y artesanal. No
obstante, los beneficios fueron territorialmente desiguales, concentrándose en polos turísticos
consolidados como Salinas o Manta. Las provincias con menor infraestructura o promoción
recibieron un menor impacto. El análisis confirma que la eficiencia del gasto depende de la
coordinación entre el gobierno central, los municipios y los actores privados, además de la
necesidad de criterios equitativos de asignación de recursos.
Tabla 4
Relación entre liquidez, bancarización y empleo turístico (2020–2024)
Año Índice de
liquidez (%)
Nivel de
bancarización (%)
Empleo turístico
(miles de personas)
Variación anual
empleo (%)
2020 12.7 41 68 –
2021 14.0 42 74 +8.8
2022 15.3 44 81 +9.4
2023 16.1 46 89 +9.8
2024 16.9 49 97 +9.0
El análisis integrado de los indicadores evidencia una recuperación sostenida del turismo
costero ecuatoriano entre 2020 y 2024, con una correlación positiva entre el crecimiento de los
ingresos turísticos, la circulación de dólares físicos y el aumento del empleo. Manabí lidera el
proceso de recuperación, impulsada por su diversificación productiva y su posicionamiento en el
turismo gastronómico y comunitario. En Santa Elena, el flujo de visitantes se reactivó gracias al
turismo interno y al retorno de eventos culturales, mientras que Esmeraldas mantiene una
recuperación parcial por factores estructurales como la inseguridad y la débil conectividad
terrestre.
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La liquidez costera aumentó de forma constante, reflejando un mayor movimiento de
efectivo y una revitalización de los circuitos comerciales locales. Sin embargo, la bancarización
creció a un ritmo más lento, lo que indica que la recuperación económica aún se apoya
mayoritariamente en la economía informal y en las transacciones en efectivo. El empleo turístico,
aunque en expansión, sigue marcado por la temporalidad y la falta de estabilidad laboral.
El gasto público y la inversión en infraestructura turística se muestran como factores
determinantes para sostener el crecimiento de la liquidez. Las provincias con una planificación
más estructurada lograron un impacto multiplicador superior, evidenciando la importancia de la
gestión territorial diferenciada. A pesar de los avances, la dependencia del efectivo continúa
siendo un desafío para la formalización económica, la digitalización financiera y la equidad
territorial.
En conjunto, los resultados demuestran que la reactivación turística pos-COVID ha
contribuido significativamente a la recuperación económica y monetaria de la región costera
ecuatoriana, aunque aún persisten brechas estructurales que deben abordarse mediante políticas
públicas integrales orientadas a la inclusión financiera, la conectividad digital y la sostenibilidad
territorial.
DISCUSIÓN
Los resultados concuerdan con los hallazgos de Díaz (2023), quien señala que la
recuperación del turismo ecuatoriano está impulsada principalmente por la informalidad laboral
y comercial que caracteriza al sector. De igual manera, la investigación de Ramos Pérez (2021)
reafirma que la inclusión financiera constituye un desafío estructural pendiente, particularmente
en regiones rurales y turísticas donde los servicios bancarios son limitados. La preferencia
persistente por el efectivo en las provincias costeras confirma las observaciones de Rivera (2023)
respecto a la resistencia estructural al uso de medios digitales y a la vigencia del dinero físico
como herramienta dominante de intercambio monetario.
Comparado con los estudios internacionales, Barrado (2024) y Sariego López (2023)
coinciden en que el turismo pos-COVID en América Latina presenta un proceso de recuperación
desigual, condicionado por la capacidad institucional y la inversión pública. En el caso
ecuatoriano, la descentralización fiscal (Fraietta, 2021) se configura como una estrategia aún
incipiente para promover una planificación territorial más equitativa. Bajo esta perspectiva, la
economía normativa, según Palomo Ortega (2021), propone que el Estado oriente políticas
sostenibles que integren formalización económica, equidad social e innovación tecnológica.
Este estudio confirma que la relación entre turismo, liquidez y circulación monetaria es
multidimensional, influida por variables económicas, culturales, tecnológicas y de confianza
institucional (Castañeda & Ugarte, 2022). El enfoque propuesto por Llugsha (2021) sobre la
gestión territorial del turismo resulta pertinente para explicar la resiliencia económica de las zonas
La liquidez costera aumentó de forma constante, reflejando un mayor movimiento de
efectivo y una revitalización de los circuitos comerciales locales. Sin embargo, la bancarización
creció a un ritmo más lento, lo que indica que la recuperación económica aún se apoya
mayoritariamente en la economía informal y en las transacciones en efectivo. El empleo turístico,
aunque en expansión, sigue marcado por la temporalidad y la falta de estabilidad laboral.
El gasto público y la inversión en infraestructura turística se muestran como factores
determinantes para sostener el crecimiento de la liquidez. Las provincias con una planificación
más estructurada lograron un impacto multiplicador superior, evidenciando la importancia de la
gestión territorial diferenciada. A pesar de los avances, la dependencia del efectivo continúa
siendo un desafío para la formalización económica, la digitalización financiera y la equidad
territorial.
En conjunto, los resultados demuestran que la reactivación turística pos-COVID ha
contribuido significativamente a la recuperación económica y monetaria de la región costera
ecuatoriana, aunque aún persisten brechas estructurales que deben abordarse mediante políticas
públicas integrales orientadas a la inclusión financiera, la conectividad digital y la sostenibilidad
territorial.
DISCUSIÓN
Los resultados concuerdan con los hallazgos de Díaz (2023), quien señala que la
recuperación del turismo ecuatoriano está impulsada principalmente por la informalidad laboral
y comercial que caracteriza al sector. De igual manera, la investigación de Ramos Pérez (2021)
reafirma que la inclusión financiera constituye un desafío estructural pendiente, particularmente
en regiones rurales y turísticas donde los servicios bancarios son limitados. La preferencia
persistente por el efectivo en las provincias costeras confirma las observaciones de Rivera (2023)
respecto a la resistencia estructural al uso de medios digitales y a la vigencia del dinero físico
como herramienta dominante de intercambio monetario.
Comparado con los estudios internacionales, Barrado (2024) y Sariego López (2023)
coinciden en que el turismo pos-COVID en América Latina presenta un proceso de recuperación
desigual, condicionado por la capacidad institucional y la inversión pública. En el caso
ecuatoriano, la descentralización fiscal (Fraietta, 2021) se configura como una estrategia aún
incipiente para promover una planificación territorial más equitativa. Bajo esta perspectiva, la
economía normativa, según Palomo Ortega (2021), propone que el Estado oriente políticas
sostenibles que integren formalización económica, equidad social e innovación tecnológica.
Este estudio confirma que la relación entre turismo, liquidez y circulación monetaria es
multidimensional, influida por variables económicas, culturales, tecnológicas y de confianza
institucional (Castañeda & Ugarte, 2022). El enfoque propuesto por Llugsha (2021) sobre la
gestión territorial del turismo resulta pertinente para explicar la resiliencia económica de las zonas
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1408
costeras, donde la adaptación comunitaria ha desempeñado un papel decisivo en la sostenibilidad
local (Jiménez & Bravo, 2022). Además, las evidencias recopiladas coinciden con la visión de
Flores y Martínez (2023), quienes argumentan que el uso del efectivo contribuye a sostener los
circuitos comerciales informales, permitiendo una rápida recuperación económica en contextos
de crisis.
Por otra parte, varios estudios confirman que la digitalización financiera avanza de forma
heterogénea entre los países latinoamericanos, y que su implementación efectiva depende del
capital social y de la confianza ciudadana en las instituciones (Zúñiga et al., 2022; Carrillo &
Méndez, 2024). En Ecuador, la transición hacia medios electrónicos de pago ha sido más lenta
debido a factores socioculturales y a la limitada infraestructura digital, lo que reafirma la
necesidad de estrategias híbridas que combinen liquidez física y sistemas digitales inclusivos
(Moreira et al., 2023).
En este sentido, la investigación de Herrera y López (2022) demuestra que el turismo
sostenible en zonas costeras ecuatorianas requiere integrar la gestión financiera con prácticas de
gobernanza local participativa. De igual forma, Fernández y Salvatierra (2023) subrayan que la
recuperación turística no puede desvincularse de la equidad territorial, pues las disparidades en
acceso financiero condicionan la competitividad de los destinos. Finalmente, el análisis de Ortega
y Vega (2024) reafirma que el turismo pospandemia debe apoyarse en mecanismos de resiliencia
económica, innovación institucional y educación financiera, pilares que fortalecen tanto la
sostenibilidad como la cohesión social en los territorios.
En suma, los hallazgos del presente estudio consolidan la idea de que la sostenibilidad
turística depende de un equilibrio funcional entre liquidez monetaria, formalización progresiva y
digitalización adaptada al contexto local, garantizando así una recuperación económica más
inclusiva y territorialmente equitativa.
CONCLUSIONES
La incorporación de la Economía Popular y Solidaria (EPS) en los Planes de Desarrollo y
Ordenamiento Territorial (PDOT) cantonales constituye un avance sustantivo en la consolidación
de un modelo económico alternativo basado en la equidad, la cooperación y la sostenibilidad. Este
estudio permitió evidenciar que los cantones que han institucionalizado de forma más consistente
la EPS como Cuenca y Loja muestran una integración efectiva entre actores comunitarios,
gobiernos locales y organizaciones solidarias, lo cual se traduce en una mejora tangible del
empleo, la cohesión social y la resiliencia económica. En contraste, territorios como Machala y
Pasaje presentan rezagos derivados de la limitada capacidad técnica, la escasa articulación
interinstitucional y la ausencia de mecanismos de seguimiento, factores que restringen la
consolidación del modelo solidario en la Costa ecuatoriana.
costeras, donde la adaptación comunitaria ha desempeñado un papel decisivo en la sostenibilidad
local (Jiménez & Bravo, 2022). Además, las evidencias recopiladas coinciden con la visión de
Flores y Martínez (2023), quienes argumentan que el uso del efectivo contribuye a sostener los
circuitos comerciales informales, permitiendo una rápida recuperación económica en contextos
de crisis.
Por otra parte, varios estudios confirman que la digitalización financiera avanza de forma
heterogénea entre los países latinoamericanos, y que su implementación efectiva depende del
capital social y de la confianza ciudadana en las instituciones (Zúñiga et al., 2022; Carrillo &
Méndez, 2024). En Ecuador, la transición hacia medios electrónicos de pago ha sido más lenta
debido a factores socioculturales y a la limitada infraestructura digital, lo que reafirma la
necesidad de estrategias híbridas que combinen liquidez física y sistemas digitales inclusivos
(Moreira et al., 2023).
En este sentido, la investigación de Herrera y López (2022) demuestra que el turismo
sostenible en zonas costeras ecuatorianas requiere integrar la gestión financiera con prácticas de
gobernanza local participativa. De igual forma, Fernández y Salvatierra (2023) subrayan que la
recuperación turística no puede desvincularse de la equidad territorial, pues las disparidades en
acceso financiero condicionan la competitividad de los destinos. Finalmente, el análisis de Ortega
y Vega (2024) reafirma que el turismo pospandemia debe apoyarse en mecanismos de resiliencia
económica, innovación institucional y educación financiera, pilares que fortalecen tanto la
sostenibilidad como la cohesión social en los territorios.
En suma, los hallazgos del presente estudio consolidan la idea de que la sostenibilidad
turística depende de un equilibrio funcional entre liquidez monetaria, formalización progresiva y
digitalización adaptada al contexto local, garantizando así una recuperación económica más
inclusiva y territorialmente equitativa.
CONCLUSIONES
La incorporación de la Economía Popular y Solidaria (EPS) en los Planes de Desarrollo y
Ordenamiento Territorial (PDOT) cantonales constituye un avance sustantivo en la consolidación
de un modelo económico alternativo basado en la equidad, la cooperación y la sostenibilidad. Este
estudio permitió evidenciar que los cantones que han institucionalizado de forma más consistente
la EPS como Cuenca y Loja muestran una integración efectiva entre actores comunitarios,
gobiernos locales y organizaciones solidarias, lo cual se traduce en una mejora tangible del
empleo, la cohesión social y la resiliencia económica. En contraste, territorios como Machala y
Pasaje presentan rezagos derivados de la limitada capacidad técnica, la escasa articulación
interinstitucional y la ausencia de mecanismos de seguimiento, factores que restringen la
consolidación del modelo solidario en la Costa ecuatoriana.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1409
Los resultados confirman que la EPS, cuando se gestiona adecuadamente, puede
convertirse en un motor de desarrollo endógeno, fortaleciendo los sistemas productivos locales y
reduciendo la dependencia del mercado formal. Asimismo, se identificó que la participación
ciudadana y el financiamiento solidario son elementos esenciales para garantizar la sostenibilidad
de los emprendimientos comunitarios. En este sentido, el éxito de la EPS no depende únicamente
de la existencia de un marco normativo favorable, sino de su implementación efectiva a través de
políticas públicas locales con enfoque territorial, planificación participativa y apoyo técnico
continuo.
No obstante, el análisis revela que persisten debilidades estructurales que obstaculizan el
alcance transformador de la EPS. Entre ellas destacan la falta de indicadores de evaluación
uniformes, la escasa inversión en formación técnica y la discontinuidad de los programas
impulsados por los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD). Estos factores limitan la
capacidad de los territorios para monitorear resultados y diseñar estrategias adaptadas a sus
particularidades socioeconómicas.
Por tanto, se recomienda fortalecer la planificación local con enfoque solidario, garantizar
mecanismos estables de financiamiento a través de las Finanzas Populares y Solidarias, y
consolidar espacios de articulación multiactor entre gobiernos, universidades y organizaciones
comunitarias. Solo mediante una coordinación efectiva entre los distintos niveles de gestión será
posible consolidar la EPS como pilar estructural del desarrollo territorial sostenible, en coherencia
con los principios constitucionales del Buen Vivir (Sumak Kawsay) y con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible 1, 8, 10 y 11, orientados a erradicar la pobreza, promover el trabajo digno,
reducir desigualdades y construir comunidades resilientes.
Los resultados confirman que la EPS, cuando se gestiona adecuadamente, puede
convertirse en un motor de desarrollo endógeno, fortaleciendo los sistemas productivos locales y
reduciendo la dependencia del mercado formal. Asimismo, se identificó que la participación
ciudadana y el financiamiento solidario son elementos esenciales para garantizar la sostenibilidad
de los emprendimientos comunitarios. En este sentido, el éxito de la EPS no depende únicamente
de la existencia de un marco normativo favorable, sino de su implementación efectiva a través de
políticas públicas locales con enfoque territorial, planificación participativa y apoyo técnico
continuo.
No obstante, el análisis revela que persisten debilidades estructurales que obstaculizan el
alcance transformador de la EPS. Entre ellas destacan la falta de indicadores de evaluación
uniformes, la escasa inversión en formación técnica y la discontinuidad de los programas
impulsados por los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD). Estos factores limitan la
capacidad de los territorios para monitorear resultados y diseñar estrategias adaptadas a sus
particularidades socioeconómicas.
Por tanto, se recomienda fortalecer la planificación local con enfoque solidario, garantizar
mecanismos estables de financiamiento a través de las Finanzas Populares y Solidarias, y
consolidar espacios de articulación multiactor entre gobiernos, universidades y organizaciones
comunitarias. Solo mediante una coordinación efectiva entre los distintos niveles de gestión será
posible consolidar la EPS como pilar estructural del desarrollo territorial sostenible, en coherencia
con los principios constitucionales del Buen Vivir (Sumak Kawsay) y con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible 1, 8, 10 y 11, orientados a erradicar la pobreza, promover el trabajo digno,
reducir desigualdades y construir comunidades resilientes.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1410
REFERENCIAS
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pandemia. Revista Latinoamericana de Economía Aplicada, 19(2), 77–95.
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América Latina. Economía, Sociedad y Territorio, 24(3), 45–63.
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el turismo costero. Revista Iberoamericana de Desarrollo Local, 11(4), 155–174.
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Ecuador. Estudios de Economía Regional, 9(3), 201–222.
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COVID. Revista de Economía y Finanzas Emergentes, 8(3), 112–130.
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y Política Pública, 30(2), 259–276.
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COVID-19. Tourism and Development Review, 14(1), 64–82.
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del Ecuador. Sustainability Studies Journal, 10(5), 201–219.
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ecuatoriana. Revista de Gestión Ambiental y Desarrollo, 9(2), 67–85.
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