Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1389
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i4.1751
Pagos digitales y gestión óptima de efectivo en zonas urbanas:
un análisis desde el modelo Baumol-Tobin
Digital payments and optimal cash management in urban areas: an analysis based on
the Baumol-Tobin model
Walter Mario Franco Vera
wfrancov@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-1204-4038
Universidad Estatal de Milagro
Milagro – Ecuador
Evelin del Cisne Arteaga Arcentales
earteagaa@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-1565-8342
Universidad Estatal de Milagro
Milagro – Ecuador
Carlos Alberto Bastidas Vaca
cbastidasv@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-4076-9677
Universidad Estatal de Milagro
Milagro – Ecuador
Artículo recibido: 18 septiembre 2025 -Aceptado para publicación: 28 octubre 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.
RESUMEN
El estudio examina la coexistencia entre el uso de efectivo y la adopción de pagos digitales en
zonas urbanas de Ecuador, aplicando el modelo de Baumol-Tobin para explicar cómo los agentes
económicos buscan minimizar los costos totales de transacción y oportunidad. La digitalización
de los medios de pago ha reducido significativamente el costo de mantener liquidez, favoreciendo
la eficiencia en las operaciones financieras y la inclusión económica. A partir de fuentes del Banco
Central del Ecuador, el Banco Mundial y estudios recientes, se evidencia una tendencia sostenida
hacia la sustitución del efectivo por instrumentos digitales, especialmente en sectores con alta
conectividad y educación financiera. No obstante, la desconfianza tecnológica y las brechas de
acceso limitan la transición. Se concluye que la modernización del sistema de pagos requiere
fortalecer la interoperabilidad, la educación financiera y la infraestructura digital como pilares
para la estabilidad y la eficiencia monetaria.
Palabras clave: pagos digitales, inclusión financiera, eficiencia económica, modelo
baumol-tobin, liquidez
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1390
ABSTRACT
The study examines the coexistence of cash use and the adoption of digital payments in urban
areas of Ecuador, applying the Baumol-Tobin model to explain how economic agents seek to
minimise total transaction and opportunity costs. The digitisation of payment methods has
significantly reduced the cost of maintaining liquidity, promoting efficiency in financial
operations and economic inclusion. Sources from the Central Bank of Ecuador, the World Bank
and recent studies show a sustained trend towards the replacement of cash with digital
instruments, especially in sectors with high connectivity and financial education. However,
technological mistrust and access gaps limit the transition. It is concluded that the modernisation
of the payment system requires strengthening interoperability, financial education and digital
infrastructure as pillars for monetary stability and efficiency.
Keywords: digital payments, financial inclusion, economic efficiency, baumol-tobin
model, liquidity
Todo el contenido de la Revista Científica Internacional Arandu UTIC publicado en este sitio está disponible bajo
licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
ABSTRACT
The study examines the coexistence of cash use and the adoption of digital payments in urban
areas of Ecuador, applying the Baumol-Tobin model to explain how economic agents seek to
minimise total transaction and opportunity costs. The digitisation of payment methods has
significantly reduced the cost of maintaining liquidity, promoting efficiency in financial
operations and economic inclusion. Sources from the Central Bank of Ecuador, the World Bank
and recent studies show a sustained trend towards the replacement of cash with digital
instruments, especially in sectors with high connectivity and financial education. However,
technological mistrust and access gaps limit the transition. It is concluded that the modernisation
of the payment system requires strengthening interoperability, financial education and digital
infrastructure as pillars for monetary stability and efficiency.
Keywords: digital payments, financial inclusion, economic efficiency, baumol-tobin
model, liquidity
Todo el contenido de la Revista Científica Internacional Arandu UTIC publicado en este sitio está disponible bajo
licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1391
INTRODUCCIÓN
El análisis de la demanda de dinero ha ocupado un lugar central en la teoría económica
moderna, al constituir un vínculo fundamental entre las decisiones microeconómicas de los
agentes y la estabilidad macroeconómica. Tradicionalmente, esta demanda se explica mediante el
equilibrio entre la liquidez necesaria para realizar transacciones y el costo de oportunidad
asociado a mantener activos que no generan rendimiento. En este marco, el modelo de Baumol
(1952) y Tobin (1956) introdujo un enfoque de inventario según el cual los individuos deciden
cuánto efectivo conservar en función de los costos fijos de reposición y de la tasa de interés
vigente. Cuanto menores sean los costos de conversión o más accesible el sistema financiero,
menor será el saldo óptimo de efectivo que los agentes mantendrán.
Con el avance tecnológico, los fundamentos de este modelo han adquirido nuevas
dimensiones. La digitalización de los medios de pago incluidas las billeteras electrónicas, las
transferencias instantáneas y los códigos QR ha reducido drásticamente los costos de transacción,
transformando los patrones de uso del dinero y la estructura de la liquidez en las economías
urbanas (Humphrey, Pulley, & Vesala, 1996). En contextos de creciente conectividad, el efectivo
deja de ser el instrumento dominante, dando paso a sistemas electrónicos que amplían la
trazabilidad y la eficiencia monetaria (Bagnall et al., 2016).
La evidencia empírica reciente sugiere que la sustitución del efectivo no implica su
eliminación, sino una reconfiguración funcional en la que los medios digitales asumen un papel
complementario en la gestión de liquidez (Wang & Wolman, 2016). Las economías con mayor
penetración de pagos electrónicos exhiben menor volatilidad en la demanda monetaria y una
mayor correlación entre transacciones digitales y productividad (Alvarez & Lippi, 2009). No
obstante, este proceso de modernización está condicionado por la infraestructura tecnológica, la
educación financiera y la confianza de los usuarios en los sistemas digitales (Suri & Jack, 2016).
En América Latina, la adopción de medios de pago electrónicos ha avanzado de manera
desigual. Países como Chile y Brasil muestran niveles de digitalización cercanos a los estándares
de la OCDE, mientras que economías más pequeñas enfrentan desafíos asociados a la
informalidad y a la brecha de conectividad (Banco Mundial, 2023). En el caso de Ecuador, la
dolarización ha proporcionado un entorno estable en términos de precios y política monetaria,
pero ha limitado la capacidad del Estado para incidir directamente sobre la oferta de dinero. Ello
hace que la eficiencia en el uso y circulación del efectivo cobre especial relevancia como variable
de estabilidad macroeconómica (Banco Central del Ecuador [BCE], 2023).
Diversos estudios han señalado que la infraestructura de pagos y la bancarización inciden
directamente en el equilibrio de la demanda monetaria. Carstensen (2006) y Dreger y Wolters
(2013), a través de modelos de cointegración aplicados al área del euro, demostraron que la
inclusión de variables de innovación financiera mejora la estabilidad de las funciones de demanda
INTRODUCCIÓN
El análisis de la demanda de dinero ha ocupado un lugar central en la teoría económica
moderna, al constituir un vínculo fundamental entre las decisiones microeconómicas de los
agentes y la estabilidad macroeconómica. Tradicionalmente, esta demanda se explica mediante el
equilibrio entre la liquidez necesaria para realizar transacciones y el costo de oportunidad
asociado a mantener activos que no generan rendimiento. En este marco, el modelo de Baumol
(1952) y Tobin (1956) introdujo un enfoque de inventario según el cual los individuos deciden
cuánto efectivo conservar en función de los costos fijos de reposición y de la tasa de interés
vigente. Cuanto menores sean los costos de conversión o más accesible el sistema financiero,
menor será el saldo óptimo de efectivo que los agentes mantendrán.
Con el avance tecnológico, los fundamentos de este modelo han adquirido nuevas
dimensiones. La digitalización de los medios de pago incluidas las billeteras electrónicas, las
transferencias instantáneas y los códigos QR ha reducido drásticamente los costos de transacción,
transformando los patrones de uso del dinero y la estructura de la liquidez en las economías
urbanas (Humphrey, Pulley, & Vesala, 1996). En contextos de creciente conectividad, el efectivo
deja de ser el instrumento dominante, dando paso a sistemas electrónicos que amplían la
trazabilidad y la eficiencia monetaria (Bagnall et al., 2016).
La evidencia empírica reciente sugiere que la sustitución del efectivo no implica su
eliminación, sino una reconfiguración funcional en la que los medios digitales asumen un papel
complementario en la gestión de liquidez (Wang & Wolman, 2016). Las economías con mayor
penetración de pagos electrónicos exhiben menor volatilidad en la demanda monetaria y una
mayor correlación entre transacciones digitales y productividad (Alvarez & Lippi, 2009). No
obstante, este proceso de modernización está condicionado por la infraestructura tecnológica, la
educación financiera y la confianza de los usuarios en los sistemas digitales (Suri & Jack, 2016).
En América Latina, la adopción de medios de pago electrónicos ha avanzado de manera
desigual. Países como Chile y Brasil muestran niveles de digitalización cercanos a los estándares
de la OCDE, mientras que economías más pequeñas enfrentan desafíos asociados a la
informalidad y a la brecha de conectividad (Banco Mundial, 2023). En el caso de Ecuador, la
dolarización ha proporcionado un entorno estable en términos de precios y política monetaria,
pero ha limitado la capacidad del Estado para incidir directamente sobre la oferta de dinero. Ello
hace que la eficiencia en el uso y circulación del efectivo cobre especial relevancia como variable
de estabilidad macroeconómica (Banco Central del Ecuador [BCE], 2023).
Diversos estudios han señalado que la infraestructura de pagos y la bancarización inciden
directamente en el equilibrio de la demanda monetaria. Carstensen (2006) y Dreger y Wolters
(2013), a través de modelos de cointegración aplicados al área del euro, demostraron que la
inclusión de variables de innovación financiera mejora la estabilidad de las funciones de demanda
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1392
de dinero. En el ámbito latinoamericano, investigaciones recientes confirman que la expansión de
las fintech y la interoperabilidad entre bancos y plataformas digitales fortalecen la transmisión
monetaria y reducen la dependencia del efectivo (Consultative Group to Assist the Poor [CGAP],
2020).
A nivel microeconómico, el comportamiento de los usuarios muestra patrones
heterogéneos. En áreas urbanas con alta densidad de comercios, la frecuencia y el valor promedio
de las transacciones favorecen los pagos electrónicos, mientras que en sectores informales o
rurales persiste el uso del efectivo (Klee, 2008). La percepción de seguridad y la disponibilidad
de dispositivos son determinantes críticos en la elección del medio de pago. Estudios del Banco
de Pagos Internacionales (Bank for International Settlements [BIS], 2021) destacan que la
confianza en la autenticación digital y en la protección de datos personales constituye el principal
impulsor de la adopción sostenible de pagos digitales.
En este contexto, la economía ecuatoriana enfrenta un doble reto: mejorar la eficiencia en
la circulación monetaria y reducir las fricciones derivadas del uso intensivo de efectivo. Las
estadísticas del BCE (2023) muestran que las operaciones electrónicas se triplicaron entre 2019 y
2023, pero el efectivo aún representa una fracción sustancial del total de transacciones diarias.
Esta coexistencia refleja tanto avances tecnológicos como resistencias culturales, derivadas de la
preferencia por medios tangibles y del bajo nivel de alfabetización digital.
El presente artículo busca aportar evidencia empírica y conceptual para comprender cómo
los pagos digitales están reconfigurando la demanda de dinero en Ecuador bajo la lógica del
modelo Baumol-Tobin. Se propone analizar la relación entre liquidez, costo de transacción e
innovación, considerando la interacción entre factores macroeconómicos (inflación, ingreso, tasa
de interés) y estructurales (infraestructura de pagos, inclusión financiera). El estudio combina
información estadística del BCE e INEC con literatura indexada en Scopus y Web of Science,
integrando enfoques de economía monetaria, innovación tecnológica y política pública.
Desde una perspectiva aplicada, los hallazgos pretenden orientar estrategias para la
modernización del sistema de pagos ecuatoriano, fortaleciendo la interoperabilidad, la educación
financiera y la confianza digital como pilares para un ecosistema financiero inclusivo.
Comprender la dinámica entre efectivo y pagos digitales no solo permite explicar la evolución
reciente de la demanda de dinero, sino también formular políticas que promuevan la eficiencia
monetaria, la transparencia y la estabilidad económica a largo plazo.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio adopta un enfoque cualitativo-descriptivo con alcance analítico-sintético,
orientado a examinar los determinantes contemporáneos de la demanda de dinero y la transición
hacia medios de pago digitales en Ecuador. Se siguieron lineamientos de revisión narrativa
sistematizada, adecuados para integrar evidencia conceptual, empírica y de política pública sin
de dinero. En el ámbito latinoamericano, investigaciones recientes confirman que la expansión de
las fintech y la interoperabilidad entre bancos y plataformas digitales fortalecen la transmisión
monetaria y reducen la dependencia del efectivo (Consultative Group to Assist the Poor [CGAP],
2020).
A nivel microeconómico, el comportamiento de los usuarios muestra patrones
heterogéneos. En áreas urbanas con alta densidad de comercios, la frecuencia y el valor promedio
de las transacciones favorecen los pagos electrónicos, mientras que en sectores informales o
rurales persiste el uso del efectivo (Klee, 2008). La percepción de seguridad y la disponibilidad
de dispositivos son determinantes críticos en la elección del medio de pago. Estudios del Banco
de Pagos Internacionales (Bank for International Settlements [BIS], 2021) destacan que la
confianza en la autenticación digital y en la protección de datos personales constituye el principal
impulsor de la adopción sostenible de pagos digitales.
En este contexto, la economía ecuatoriana enfrenta un doble reto: mejorar la eficiencia en
la circulación monetaria y reducir las fricciones derivadas del uso intensivo de efectivo. Las
estadísticas del BCE (2023) muestran que las operaciones electrónicas se triplicaron entre 2019 y
2023, pero el efectivo aún representa una fracción sustancial del total de transacciones diarias.
Esta coexistencia refleja tanto avances tecnológicos como resistencias culturales, derivadas de la
preferencia por medios tangibles y del bajo nivel de alfabetización digital.
El presente artículo busca aportar evidencia empírica y conceptual para comprender cómo
los pagos digitales están reconfigurando la demanda de dinero en Ecuador bajo la lógica del
modelo Baumol-Tobin. Se propone analizar la relación entre liquidez, costo de transacción e
innovación, considerando la interacción entre factores macroeconómicos (inflación, ingreso, tasa
de interés) y estructurales (infraestructura de pagos, inclusión financiera). El estudio combina
información estadística del BCE e INEC con literatura indexada en Scopus y Web of Science,
integrando enfoques de economía monetaria, innovación tecnológica y política pública.
Desde una perspectiva aplicada, los hallazgos pretenden orientar estrategias para la
modernización del sistema de pagos ecuatoriano, fortaleciendo la interoperabilidad, la educación
financiera y la confianza digital como pilares para un ecosistema financiero inclusivo.
Comprender la dinámica entre efectivo y pagos digitales no solo permite explicar la evolución
reciente de la demanda de dinero, sino también formular políticas que promuevan la eficiencia
monetaria, la transparencia y la estabilidad económica a largo plazo.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio adopta un enfoque cualitativo-descriptivo con alcance analítico-sintético,
orientado a examinar los determinantes contemporáneos de la demanda de dinero y la transición
hacia medios de pago digitales en Ecuador. Se siguieron lineamientos de revisión narrativa
sistematizada, adecuados para integrar evidencia conceptual, empírica y de política pública sin
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1393
restringirse a diseños estadísticos específicos (Snyder, 2019). Este tipo de revisión permite
identificar patrones teóricos y relaciones causales emergentes a partir de literatura académica y
fuentes oficiales.
La búsqueda bibliográfica se efectuó entre enero y octubre de 2024 en bases de datos
Scopus, Web of Science y EconLit, complementada con informes institucionales del Banco
Central del Ecuador (BCE), el Banco Mundial y el Banco de Pagos Internacionales (BIS). Se
aplicaron combinaciones booleanas en inglés y español, tales como “money demand”, “digital
payments”, “cash substitution”, “Baumol-Tobin model” y “financial inclusion in Ecuador”.
Los criterios de inclusión abarcaron: (i) publicaciones con revisión por pares y DOI activo,
(ii) evidencia empírica o analítica sobre demanda de dinero, innovación financiera o pagos
electrónicos, y (iii) pertinencia para economías dolarizadas o en desarrollo. Se excluyeron
documentos duplicados, no arbitrados o sin trazabilidad metodológica.
La información se organizó en matrices temáticas que sintetizan los ejes del estudio: (1)
determinantes teóricos de la demanda monetaria; (2) evolución sectorial de pagos digitales; (3)
brechas urbano-rurales en inclusión financiera; y (4) políticas de modernización del sistema de
pagos. El proceso siguió los principios de trazabilidad y transparencia propuestos por Page et al.
(2021) en las guías PRISMA 2020, adaptadas al contexto narrativo.
La síntesis analítica se fundamentó en la triangulación entre fuentes teóricas, estadísticas y
documentales, buscando inferir implicaciones prácticas para la política económica y la gestión de
liquidez. No se estimaron modelos econométricos, dado que el objetivo principal fue comprender
la lógica estructural del cambio en los patrones de liquidez y su relación con la transformación
digital del sistema financiero.
RESULTADOS
Los resultados se estructuran en cuatro tablas que sintetizan los principales hallazgos
relacionados con la demanda de dinero, la digitalización de pagos, las brechas de inclusión
financiera y las políticas de modernización del sistema de pagos en Ecuador. El análisis integra
información de fuentes oficiales (Banco Central del Ecuador [BCE], Instituto Nacional de
Estadística y Censos [INEC]) y estudios recientes sobre innovación financiera, interoperabilidad
y hábitos de uso de efectivo.
Tabla 1
Determinantes teóricos de la demanda de dinero según el modelo Baumol–Tobin
Determinante Definición / Indicador Signo esperado en el
sector agrícola
Signo esperado en
el sector servicios
Ingreso (Y) Nivel de producción o
ventas + (alta estacionalidad) + (mayor estabilidad)
restringirse a diseños estadísticos específicos (Snyder, 2019). Este tipo de revisión permite
identificar patrones teóricos y relaciones causales emergentes a partir de literatura académica y
fuentes oficiales.
La búsqueda bibliográfica se efectuó entre enero y octubre de 2024 en bases de datos
Scopus, Web of Science y EconLit, complementada con informes institucionales del Banco
Central del Ecuador (BCE), el Banco Mundial y el Banco de Pagos Internacionales (BIS). Se
aplicaron combinaciones booleanas en inglés y español, tales como “money demand”, “digital
payments”, “cash substitution”, “Baumol-Tobin model” y “financial inclusion in Ecuador”.
Los criterios de inclusión abarcaron: (i) publicaciones con revisión por pares y DOI activo,
(ii) evidencia empírica o analítica sobre demanda de dinero, innovación financiera o pagos
electrónicos, y (iii) pertinencia para economías dolarizadas o en desarrollo. Se excluyeron
documentos duplicados, no arbitrados o sin trazabilidad metodológica.
La información se organizó en matrices temáticas que sintetizan los ejes del estudio: (1)
determinantes teóricos de la demanda monetaria; (2) evolución sectorial de pagos digitales; (3)
brechas urbano-rurales en inclusión financiera; y (4) políticas de modernización del sistema de
pagos. El proceso siguió los principios de trazabilidad y transparencia propuestos por Page et al.
(2021) en las guías PRISMA 2020, adaptadas al contexto narrativo.
La síntesis analítica se fundamentó en la triangulación entre fuentes teóricas, estadísticas y
documentales, buscando inferir implicaciones prácticas para la política económica y la gestión de
liquidez. No se estimaron modelos econométricos, dado que el objetivo principal fue comprender
la lógica estructural del cambio en los patrones de liquidez y su relación con la transformación
digital del sistema financiero.
RESULTADOS
Los resultados se estructuran en cuatro tablas que sintetizan los principales hallazgos
relacionados con la demanda de dinero, la digitalización de pagos, las brechas de inclusión
financiera y las políticas de modernización del sistema de pagos en Ecuador. El análisis integra
información de fuentes oficiales (Banco Central del Ecuador [BCE], Instituto Nacional de
Estadística y Censos [INEC]) y estudios recientes sobre innovación financiera, interoperabilidad
y hábitos de uso de efectivo.
Tabla 1
Determinantes teóricos de la demanda de dinero según el modelo Baumol–Tobin
Determinante Definición / Indicador Signo esperado en el
sector agrícola
Signo esperado en
el sector servicios
Ingreso (Y) Nivel de producción o
ventas + (alta estacionalidad) + (mayor estabilidad)
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1394
Inflación (P) Variación general de
precios
+ (mayor demanda
nominal de efectivo)
+ (ajuste nominal
hacia pagos
digitales)
Tasa de interés
(i)
Costo de oportunidad
de mantener efectivo
− (si existen
alternativas de ahorro
formal)
− (fortalece el uso de
pagos digitales)
Tecnología de
pagos
Adopción de QR, POS,
billeteras móviles
− (menor uso de
efectivo)
− (alta adopción
tecnológica)
Riesgo y
expectativas
Incertidumbre de
ingresos o precios + (reserva precautoria)
+/− (según
condiciones del
mercado)
Los resultados teóricos confirman que el ingreso y la inflación mantienen una relación directa con
la demanda de saldos transaccionales, mientras que la tasa de interés y la adopción tecnológica
ejercen un efecto negativo. En sectores urbanos de servicios, el acceso a infraestructura digital y
la bancarización aceleran la sustitución del efectivo, reduciendo el costo total de liquidez
conforme a la lógica del modelo de Baumol y Tobin. En cambio, el sector agrícola conserva
mayor demanda precautoria, debido a la estacionalidad de ingresos, baja conectividad y limitada
confianza en los canales digitales (Alvarez & Lippi, 2009; Wang & Wolman, 2016; BCE, 2023).
Tabla 2
Evidencia sectorial 2015–2023 (Ecuador): participación en el PIB, empresas y operaciones
electrónicas
Indicador Sector servicios Sector agrícola Fuente
Participación en PIB
(2023) 59,7 % 7,6 % BCE
(2023)
Empresas activas (2022–
2023)
603,5k → 612,2k
(+1,5%) 39,0k → 39,2k (+0,5%) INEC
(2023)
Ventas registradas (2022–
2023)
USD 51,7 → 57,9 mil
millones (+12%)
USD 14,3 → 15,3 mil
millones (+7%)
INEC
(2023)
Operaciones electrónicas
(2019–2023) Se triplican Bajo crecimiento relativo BCE
(2023)
Los datos oficiales confirman que el sector servicios presenta un crecimiento sostenido en
digitalización y transacciones electrónicas, reflejando su alta densidad tecnológica y
concentración urbana. En contraste, el sector agrícola mantiene patrones tradicionales de efectivo,
condicionados por barreras de acceso y menor penetración de servicios financieros. Este contraste
revela una dualidad estructural que limita la eficiencia agregada de la demanda monetaria. La
Inflación (P) Variación general de
precios
+ (mayor demanda
nominal de efectivo)
+ (ajuste nominal
hacia pagos
digitales)
Tasa de interés
(i)
Costo de oportunidad
de mantener efectivo
− (si existen
alternativas de ahorro
formal)
− (fortalece el uso de
pagos digitales)
Tecnología de
pagos
Adopción de QR, POS,
billeteras móviles
− (menor uso de
efectivo)
− (alta adopción
tecnológica)
Riesgo y
expectativas
Incertidumbre de
ingresos o precios + (reserva precautoria)
+/− (según
condiciones del
mercado)
Los resultados teóricos confirman que el ingreso y la inflación mantienen una relación directa con
la demanda de saldos transaccionales, mientras que la tasa de interés y la adopción tecnológica
ejercen un efecto negativo. En sectores urbanos de servicios, el acceso a infraestructura digital y
la bancarización aceleran la sustitución del efectivo, reduciendo el costo total de liquidez
conforme a la lógica del modelo de Baumol y Tobin. En cambio, el sector agrícola conserva
mayor demanda precautoria, debido a la estacionalidad de ingresos, baja conectividad y limitada
confianza en los canales digitales (Alvarez & Lippi, 2009; Wang & Wolman, 2016; BCE, 2023).
Tabla 2
Evidencia sectorial 2015–2023 (Ecuador): participación en el PIB, empresas y operaciones
electrónicas
Indicador Sector servicios Sector agrícola Fuente
Participación en PIB
(2023) 59,7 % 7,6 % BCE
(2023)
Empresas activas (2022–
2023)
603,5k → 612,2k
(+1,5%) 39,0k → 39,2k (+0,5%) INEC
(2023)
Ventas registradas (2022–
2023)
USD 51,7 → 57,9 mil
millones (+12%)
USD 14,3 → 15,3 mil
millones (+7%)
INEC
(2023)
Operaciones electrónicas
(2019–2023) Se triplican Bajo crecimiento relativo BCE
(2023)
Los datos oficiales confirman que el sector servicios presenta un crecimiento sostenido en
digitalización y transacciones electrónicas, reflejando su alta densidad tecnológica y
concentración urbana. En contraste, el sector agrícola mantiene patrones tradicionales de efectivo,
condicionados por barreras de acceso y menor penetración de servicios financieros. Este contraste
revela una dualidad estructural que limita la eficiencia agregada de la demanda monetaria. La
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1395
expansión de la economía digital en servicios contribuye a una reducción del efectivo óptimo
promedio, reforzando los hallazgos teóricos del modelo de Baumol–Tobin sobre la disminución
de costos de transacción ante innovaciones tecnológicas (Humphrey et al., 1996; Dreger &
Wolters, 2013).
Tabla 3
Acceso financiero y preferencias de pago: brechas urbano–rurales y sectoriales (2023)
Dimensión Agrícola Servicios Fuente
Nivel de
bancarización
38 % (brecha rural
significativa)
82 % (alta inclusión
urbana) RFD (2023)
Preferencia de
pago Efectivo predominante Mixto, con auge
digital
Visa (2023); BCE
(2023)
Acceso a crédito Restricciones por
garantías Oferta formal amplia Asomif (2023)
Riesgo principal Climático y de precio Cibernético y
tecnológico
Banco Mundial
(2023)
La comparación muestra una correlación directa entre el grado de urbanización y la
adopción de medios digitales. En áreas rurales, la falta de conectividad, la baja educación
financiera y la desconfianza en las plataformas digitales sostienen el uso de efectivo. En cambio,
en los entornos urbanos, la frecuencia de pagos de bajo monto y la interoperabilidad entre redes
financieras consolidan el uso de tarjetas y billeteras electrónicas. Este fenómeno refleja que la
demanda de dinero en Ecuador no responde únicamente a variables macroeconómicas, sino a
determinantes institucionales y sociotecnológicos. La política pública debe enfocarse en la
expansión de infraestructura de telecomunicaciones y en programas de alfabetización digital para
reducir las brechas de acceso.
Tabla 4
Palancas de política y métricas de seguimiento (horizonte 2025–2027)
Área estratégica Medida prioritaria Indicador de éxito Riesgo y mitigación
Interoperabilidad Estándares QR y APIs
abiertas
% de comercios
interoperables ↑
Fragmentación → guía
técnica BCE
Protección y UX Autenticación robusta
y soporte digital
Reclamos ↓,
satisfacción ↑
Fricciones tecnológicas
→ educación financiera
Crédito verde
rural
Financiamiento con
garantía estatal
Productividad ↑,
inclusión ↑
Riesgo climático →
seguros de cobertura
Educación
financiera
Programas digitales
rurales y urbanos
% población
alfabetizada ↑
Brecha generacional →
tutores comunitarios
expansión de la economía digital en servicios contribuye a una reducción del efectivo óptimo
promedio, reforzando los hallazgos teóricos del modelo de Baumol–Tobin sobre la disminución
de costos de transacción ante innovaciones tecnológicas (Humphrey et al., 1996; Dreger &
Wolters, 2013).
Tabla 3
Acceso financiero y preferencias de pago: brechas urbano–rurales y sectoriales (2023)
Dimensión Agrícola Servicios Fuente
Nivel de
bancarización
38 % (brecha rural
significativa)
82 % (alta inclusión
urbana) RFD (2023)
Preferencia de
pago Efectivo predominante Mixto, con auge
digital
Visa (2023); BCE
(2023)
Acceso a crédito Restricciones por
garantías Oferta formal amplia Asomif (2023)
Riesgo principal Climático y de precio Cibernético y
tecnológico
Banco Mundial
(2023)
La comparación muestra una correlación directa entre el grado de urbanización y la
adopción de medios digitales. En áreas rurales, la falta de conectividad, la baja educación
financiera y la desconfianza en las plataformas digitales sostienen el uso de efectivo. En cambio,
en los entornos urbanos, la frecuencia de pagos de bajo monto y la interoperabilidad entre redes
financieras consolidan el uso de tarjetas y billeteras electrónicas. Este fenómeno refleja que la
demanda de dinero en Ecuador no responde únicamente a variables macroeconómicas, sino a
determinantes institucionales y sociotecnológicos. La política pública debe enfocarse en la
expansión de infraestructura de telecomunicaciones y en programas de alfabetización digital para
reducir las brechas de acceso.
Tabla 4
Palancas de política y métricas de seguimiento (horizonte 2025–2027)
Área estratégica Medida prioritaria Indicador de éxito Riesgo y mitigación
Interoperabilidad Estándares QR y APIs
abiertas
% de comercios
interoperables ↑
Fragmentación → guía
técnica BCE
Protección y UX Autenticación robusta
y soporte digital
Reclamos ↓,
satisfacción ↑
Fricciones tecnológicas
→ educación financiera
Crédito verde
rural
Financiamiento con
garantía estatal
Productividad ↑,
inclusión ↑
Riesgo climático →
seguros de cobertura
Educación
financiera
Programas digitales
rurales y urbanos
% población
alfabetizada ↑
Brecha generacional →
tutores comunitarios
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1396
El fortalecimiento del ecosistema digital ecuatoriano exige políticas coordinadas entre el
Estado, las instituciones financieras y el sector privado. La interoperabilidad reduce los costos de
transacción y acelera la circulación del dinero; la protección digital incrementa la confianza de
los usuarios; y el crédito verde incentiva la formalización productiva. Estas medidas combinadas
no solo optimizan la liquidez agregada, sino que también promueven inclusión, sostenibilidad y
resiliencia ante choques externos. La implementación de métricas observables permitirá evaluar
de manera sistemática la reducción del efectivo óptimo y la expansión de los medios digitales,
alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 8 y 9).
DISCUSIÓN
Los resultados evidencian que la relación entre la digitalización financiera y la demanda de
dinero en Ecuador responde a un proceso de sustitución progresiva más que de eliminación del
efectivo. Este hallazgo es coherente con la teoría de los costos de transacción planteada por
Baumol (1952) y Tobin (1956), quienes demostraron que los agentes buscan optimizar su liquidez
en función del equilibrio entre los costos de conversión y las oportunidades de rendimiento. En
entornos digitalizados, donde los costos de transacción tienden a cero, la tenencia de efectivo
pierde relevancia, lo cual ha sido confirmado por estudios recientes en países con alta penetración
tecnológica (Humphrey et al., 1996; Alvarez & Lippi, 2009; Bagnall et al., 2016).
La evidencia de los sectores ecuatorianos indica que los servicios, por su naturaleza
intensiva en información y transacciones recurrentes, han logrado adoptar medios digitales con
mayor rapidez que las actividades agrícolas. Este patrón reproduce la experiencia internacional
donde la urbanización y el nivel educativo son variables explicativas de la adopción tecnológica
(Carstensen, 2006; Dreger & Wolters, 2013; Suri & Jack, 2016). En este sentido, la teoría de la
sustitución parcial del efectivo se confirma: los usuarios con acceso a infraestructura y confianza
en los sistemas digitales reducen sus saldos líquidos, manteniendo sin embargo una reserva
precautoria ante contingencias o fallas de conectividad (Wang & Wolman, 2016; Klee, 2008).
En el caso ecuatoriano, la dolarización agrega una dimensión institucional relevante. Al
carecer de política monetaria propia, el país depende de la eficiencia del sistema de pagos para
sostener la liquidez general. De ahí que la innovación financiera se convierta en un instrumento
indirecto de estabilidad macroeconómica (Banco Central del Ecuador [BCE], 2023; Banco
Mundial, 2023). Investigaciones comparativas del Banco de Pagos Internacionales (BIS, 2021)
sostienen que la interoperabilidad y la reducción de comisiones son los factores más influyentes
para acelerar la adopción digital, mientras que la seguridad percibida y la experiencia de usuario
condicionan la retención de los sistemas electrónicos.
Asimismo, los resultados corroboran que la inclusión financiera y la educación digital son
determinantes en la distribución espacial de la demanda de dinero. En áreas rurales, la falta de
infraestructura bancaria y la informalidad reducen el uso de medios electrónicos, lo que concuerda
El fortalecimiento del ecosistema digital ecuatoriano exige políticas coordinadas entre el
Estado, las instituciones financieras y el sector privado. La interoperabilidad reduce los costos de
transacción y acelera la circulación del dinero; la protección digital incrementa la confianza de
los usuarios; y el crédito verde incentiva la formalización productiva. Estas medidas combinadas
no solo optimizan la liquidez agregada, sino que también promueven inclusión, sostenibilidad y
resiliencia ante choques externos. La implementación de métricas observables permitirá evaluar
de manera sistemática la reducción del efectivo óptimo y la expansión de los medios digitales,
alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 8 y 9).
DISCUSIÓN
Los resultados evidencian que la relación entre la digitalización financiera y la demanda de
dinero en Ecuador responde a un proceso de sustitución progresiva más que de eliminación del
efectivo. Este hallazgo es coherente con la teoría de los costos de transacción planteada por
Baumol (1952) y Tobin (1956), quienes demostraron que los agentes buscan optimizar su liquidez
en función del equilibrio entre los costos de conversión y las oportunidades de rendimiento. En
entornos digitalizados, donde los costos de transacción tienden a cero, la tenencia de efectivo
pierde relevancia, lo cual ha sido confirmado por estudios recientes en países con alta penetración
tecnológica (Humphrey et al., 1996; Alvarez & Lippi, 2009; Bagnall et al., 2016).
La evidencia de los sectores ecuatorianos indica que los servicios, por su naturaleza
intensiva en información y transacciones recurrentes, han logrado adoptar medios digitales con
mayor rapidez que las actividades agrícolas. Este patrón reproduce la experiencia internacional
donde la urbanización y el nivel educativo son variables explicativas de la adopción tecnológica
(Carstensen, 2006; Dreger & Wolters, 2013; Suri & Jack, 2016). En este sentido, la teoría de la
sustitución parcial del efectivo se confirma: los usuarios con acceso a infraestructura y confianza
en los sistemas digitales reducen sus saldos líquidos, manteniendo sin embargo una reserva
precautoria ante contingencias o fallas de conectividad (Wang & Wolman, 2016; Klee, 2008).
En el caso ecuatoriano, la dolarización agrega una dimensión institucional relevante. Al
carecer de política monetaria propia, el país depende de la eficiencia del sistema de pagos para
sostener la liquidez general. De ahí que la innovación financiera se convierta en un instrumento
indirecto de estabilidad macroeconómica (Banco Central del Ecuador [BCE], 2023; Banco
Mundial, 2023). Investigaciones comparativas del Banco de Pagos Internacionales (BIS, 2021)
sostienen que la interoperabilidad y la reducción de comisiones son los factores más influyentes
para acelerar la adopción digital, mientras que la seguridad percibida y la experiencia de usuario
condicionan la retención de los sistemas electrónicos.
Asimismo, los resultados corroboran que la inclusión financiera y la educación digital son
determinantes en la distribución espacial de la demanda de dinero. En áreas rurales, la falta de
infraestructura bancaria y la informalidad reducen el uso de medios electrónicos, lo que concuerda
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con los hallazgos de Beck et al. (2022) sobre economías en desarrollo, donde la desigualdad en el
acceso financiero amplía la brecha de eficiencia monetaria. En contraste, en zonas urbanas con
presencia de fintech, el uso de aplicaciones móviles y billeteras electrónicas se asocia con mayor
estabilidad transaccional y menor uso precautorio del efectivo (McKinsey & Company, 2024;
Visa, 2023; CGAP, 2020).
En términos de política pública, la sustitución del efectivo debe abordarse como un proceso
integral que combine incentivos regulatorios, educación financiera y mejora de la infraestructura.
Sahay et al. (2020) enfatizan que la digitalización financiera tiene efectos positivos sobre la
productividad y la inclusión, siempre que existan mecanismos de protección al usuario. En esta
línea, la evidencia sugiere que las políticas ecuatorianas orientadas a la interoperabilidad de
sistemas QR y a la expansión de créditos digitales agrícolas son pasos estratégicos para reducir la
dependencia del efectivo y promover la resiliencia económica (Asomif, 2023; RFD, 2023;
Primicias, 2024).
Finalmente, los resultados demuestran que la transformación digital no solo modifica los
mecanismos de pago, sino que redefine la estructura de costos de la economía. La disminución
del efectivo óptimo implica menor riesgo operativo, reducción de gastos de transporte y mayor
trazabilidad fiscal. Sin embargo, persisten desafíos asociados a la ciberseguridad y a la confianza
en la identidad digital, factores críticos para consolidar la estabilidad de la función de demanda
de dinero en el largo plazo (World Bank, 2023; BIS, 2021; Dreger & Wolters, 2013). La
consolidación de un sistema de pagos moderno y equitativo exige coordinación multisectorial,
indicadores de seguimiento claros y un enfoque de sostenibilidad que garantice inclusión,
eficiencia y seguridad.
CONCLUSIONES
La transición hacia pagos digitales redefine la función tradicional de la demanda de dinero
en Ecuador. El análisis basado en el modelo Baumol–Tobin demuestra que la digitalización
reduce los costos de transacción y promueve una gestión más eficiente de la liquidez. Los
resultados evidencian un cambio estructural: el efectivo mantiene relevancia precautoria, pero su
uso transaccional disminuye conforme aumentan la bancarización, la confianza digital y la
interoperabilidad. Esta evolución refuerza la necesidad de políticas públicas orientadas a la
educación financiera, la seguridad tecnológica y la inclusión rural. Asimismo, la cooperación
entre el Estado, el sistema financiero y el sector privado es esencial para garantizar un ecosistema
de pagos confiable, equitativo y sostenible. En conjunto, la digitalización del dinero no solo
incrementa la eficiencia económica, sino que también impulsa la transparencia, la formalización
y la estabilidad macroeconómica de largo plazo.
con los hallazgos de Beck et al. (2022) sobre economías en desarrollo, donde la desigualdad en el
acceso financiero amplía la brecha de eficiencia monetaria. En contraste, en zonas urbanas con
presencia de fintech, el uso de aplicaciones móviles y billeteras electrónicas se asocia con mayor
estabilidad transaccional y menor uso precautorio del efectivo (McKinsey & Company, 2024;
Visa, 2023; CGAP, 2020).
En términos de política pública, la sustitución del efectivo debe abordarse como un proceso
integral que combine incentivos regulatorios, educación financiera y mejora de la infraestructura.
Sahay et al. (2020) enfatizan que la digitalización financiera tiene efectos positivos sobre la
productividad y la inclusión, siempre que existan mecanismos de protección al usuario. En esta
línea, la evidencia sugiere que las políticas ecuatorianas orientadas a la interoperabilidad de
sistemas QR y a la expansión de créditos digitales agrícolas son pasos estratégicos para reducir la
dependencia del efectivo y promover la resiliencia económica (Asomif, 2023; RFD, 2023;
Primicias, 2024).
Finalmente, los resultados demuestran que la transformación digital no solo modifica los
mecanismos de pago, sino que redefine la estructura de costos de la economía. La disminución
del efectivo óptimo implica menor riesgo operativo, reducción de gastos de transporte y mayor
trazabilidad fiscal. Sin embargo, persisten desafíos asociados a la ciberseguridad y a la confianza
en la identidad digital, factores críticos para consolidar la estabilidad de la función de demanda
de dinero en el largo plazo (World Bank, 2023; BIS, 2021; Dreger & Wolters, 2013). La
consolidación de un sistema de pagos moderno y equitativo exige coordinación multisectorial,
indicadores de seguimiento claros y un enfoque de sostenibilidad que garantice inclusión,
eficiencia y seguridad.
CONCLUSIONES
La transición hacia pagos digitales redefine la función tradicional de la demanda de dinero
en Ecuador. El análisis basado en el modelo Baumol–Tobin demuestra que la digitalización
reduce los costos de transacción y promueve una gestión más eficiente de la liquidez. Los
resultados evidencian un cambio estructural: el efectivo mantiene relevancia precautoria, pero su
uso transaccional disminuye conforme aumentan la bancarización, la confianza digital y la
interoperabilidad. Esta evolución refuerza la necesidad de políticas públicas orientadas a la
educación financiera, la seguridad tecnológica y la inclusión rural. Asimismo, la cooperación
entre el Estado, el sistema financiero y el sector privado es esencial para garantizar un ecosistema
de pagos confiable, equitativo y sostenible. En conjunto, la digitalización del dinero no solo
incrementa la eficiencia económica, sino que también impulsa la transparencia, la formalización
y la estabilidad macroeconómica de largo plazo.
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