Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 1113
para saber que tan familiarizados se encuentran con los señalamientos, se les preguntó: ¿Ubicas
los puntos de reunión y rutas de evacuación en tu escuela? a lo cual el 87% de los encuestados
respondió afirmativamente, lo que indica que una mayoría tiene identificadas estas zonas. Sin
embargo, un 13% manifestó que, si las conoce, pero no totalmente, lo cual representa una
debilidad en los procesos de comunicación interna y señalización, elementos esenciales para una
evacuación segura, este hallazgo resalta la necesidad de reforzar la difusión y práctica de los
protocolos establecidos, así como de garantizar que todos los espacios cuenten con señalética
visible y comprensible.
De acuerdo con Protección Civil Escolar Coahuila de Zaragoza (2016), los puntos de
reunión, también conocidos como zonas de seguridad, son espacios ubicados dentro o fuera del
área del edificio donde las personas deben congregarse para disminuir su exposición al riesgo,
estos lugares se consideran los de menor peligro relativo, ya que en una situación de emergencia
no es posible garantizar una seguridad total. En este sentido, aunque la mayoría de los estudiantes
parece tener claridad sobre los espacios seguros, estos resultados evidencian la necesidad de
reforzar esta formación de manera constante y práctica, especialmente en los grupos que muestran
menor frecuencia de reconocimiento.
Por otra parte, la percepción sobre la preparación del personal docente también es un
componente crucial de la cultura de la prevención, ante la pregunta: ¿Confías en que tus maestros
sabrían qué hacer durante un sismo? el 73% de los estudiantes expresó confianza plena, mientras
que el 27% restante manifestó dudas al respecto, este resultado sugiere la importancia de
fortalecer la capacitación continua del profesorado en temas de protección civil y gestión del
riesgo, tal como lo recomiendan organismos internacionales como la UNESCO y la Oficina de
las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR).
A nivel global, diversos fenómenos naturales se presentan de manera cotidiana, siendo
uno de los más impredecibles los sismos, este tipo de eventos no solo generan afectaciones
materiales, sino que también impacta negativamente en la salud física y emocional de la
población, por tal motivo es fundamental que niñas, niños y adolescentes reciban formación
adecuada para saber cómo actuar correctamente ante estas eventualidades.
Para alcanzar este propósito, es necesario que docentes y sociedad en general estén
informados y capacitados sobre las acciones que deben llevarse a cabo antes, durante y después
de un movimiento sísmico de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (2018).
La confianza en los maestros puede estar vinculada no solo a la capacitación formal que
hayan recibido, sino también a la forma en que esta se transmite en los ejercicios prácticos y el
lenguaje cotidiano. Según Parra, Díaz, Acuña, & Aguayo (2022) en el contexto escolar, la
percepción que los estudiantes tienen sobre la preparación y competencia de las figuras de
autoridad, como docentes y directivos, incide de forma directa en su sensación de seguridad,
especialmente en situaciones de emergencia, esta percepción se construye a partir de elementos