Vol. 12/ Núm. 1 2025 pág. 4332
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i1.875

Infecciones Necrotizantes de la Piel: Claves Diagnósticas en
Emergencia

Necrotizing Skin Infections: Key Diagnostic Insights in the Emergency Department

Jocelyne Nohely Cedeño Larrea

dra.jocelynecedenol@gmail.com

https://orcid.org/0009-0005-2997-1921

Universidad de Guayaquil

Guayaquil Ecuador

Patricio Sebastián Ordóñez Montalvo

psom1190@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-6929-1203

Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social

Babahoyo - Ecuador

Ana Cristina Oscuez Mayorga

anitaoscuez@gmail.com

https://orcid.org/0009-0007-1966-3786

Hospital General del Norte IESS Ceibos

Guayaquil Ecuador

Omar Antonio Rodriguez Alvarez

omanroal9@gmail.com

https://orcid.org/0009-0008-0692-1608

Hospital Universitario de Guayaquil

Guayaquil Ecuador

Manuela del Rocio Pazmiño Fuentes

pazfuentesrocio@gmail.com

https://orcid.org/0009-0002-1083-5979

Universidad Estatal de Milagro

Milagro-Ecuador

Artículo recibido: 10 febrero 2025 - Aceptado para publicación: 20 marzo 2025

Conflictos de intereses: Ninguno que declarar

RESUMEN

Las infecciones necrotizantes de la piel constituyen una urgencia médica que puede progresar
rápidamente hacia complicaciones graves si no se diagnostican y tratan de manera oportuna. En
los últimos dos años, múltiples estudios han resaltado la relevancia de un reconocimiento clínico
temprano, complementado por hallazgos de laboratorio y estudios de imagen, como la resonancia
magnética o la tomografía computarizada, para confirmar la extensión del proceso y guiar la
intervención quirúrgica. En un hospital público de Ecuador, se reportó el caso de un paciente con
dolor intenso, eritema y crepitación subcutánea en la extremidad inferior, en quien se logró un
diagnóstico oportuno gracias a la combinación de signos clínicos, marcadores inflamatorios y
evaluación radiológica. El tratamiento incluyó desbridamiento quirúrgico urgente y
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antibioticoterapia de amplio espectro, lo que permitió controlar la infección y mejorar el
pronóstico del paciente. Este caso ejemplifica la importancia de la identificación precoz de
factores de riesgo como diabetes mellitus y enfermedad vascular periférica y la puesta en
marcha de un manejo multidisciplinario que integre atención emergente, cirugía y cuidados
intensivos. Con base en la evidencia más reciente, la colaboración temprana entre especialistas en
emergencias, cirugía y microbiología constituye la piedra angular para disminuir la mortalidad
asociada a estas infecciones fulminantes. La rápida instauración de medidas de soporte
hemodinámico, junto con un abordaje quirúrgico agresivo, son determinantes en la supervivencia
y recuperación funcional del paciente.

Palabras clave: infecciones necrotizantes, diagnóstico, urgencia, piel, Ecuador

ABSTRACT

Necrotizing skin infections are a medical emergency that can rapidly progress to severe
complications if not diagnosed and treated promptly. In the last two years, multiple studies have
highlighted the importance of early clinical recognition, complemented by laboratory findings
and imaging tests such as magnetic resonance imaging or computed tomography, to confirm the
extent of the process and guide surgical intervention. In a public hospital in Ecuador, a case was
reported of a patient presenting with severe pain, erythema, and subcutaneous crepitus in the
lower extremity, whose timely diagnosis was achieved by combining clinical signs, inflammatory
markers, and radiological evaluation. Treatment included urgent surgical debridement and broad-
spectrum antibiotic therapy, which helped control the infection and improve the patient’s
prognosis. This case underscores the importance of early identification of risk factorssuch as
diabetes mellitus and peripheral vascular diseaseand the implementation of a multidisciplinary
approach that integrates emergency care, surgery, and intensive care. Based on the most recent
evidence, early collaboration among specialists in emergency medicine, surgery, and
microbiology is the cornerstone for reducing the mortality associated with these fulminant
infections. Rapid initiation of hemodynamic support measures and an aggressive surgical
approach are crucial for patient survival and functional recovery.

Keywords: necrotizing infections, diagnosis, emergency, skin, Ecuador

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licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
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INTRODUCCIÓN

Las infecciones necrotizantes de la piel representan un desafío clínico y epidemiológico de
gran relevancia en la práctica médica actual. Se caracterizan por la destrucción rápida y extensa
de los tejidos, y su elevada morbimortalidad las convierte en una urgencia que exige un
diagnóstico certero y un abordaje terapéutico inmediato. Según reportes recientes publicados en
los últimos dos años, la incidencia global de este tipo de infecciones ha aumentado
progresivamente, vinculada tanto al envejecimiento poblacional como a la mayor prevalencia de
enfermedades crónicas subyacentes, como la diabetes mellitus y la insuficiencia vascular
periférica. En el contexto de un hospital público en Ecuador, este fenómeno se torna
especialmente significativo debido a la limitada disponibilidad de recursos diagnósticos de alta
complejidad y a las condiciones socioeconómicas de los pacientes. En numerosos casos, los
pacientes buscan atención en etapas avanzadas de la enfermedad, lo que aumenta el riesgo de
complicaciones y dificulta la instauración de un tratamiento oportuno. Esta problemática motiva
la necesidad de investigar y difundir estrategias de diagnóstico temprano que permitan reducir la
mortalidad y las secuelas funcionales asociadas a estas infecciones devastadoras.

El reconocimiento temprano de las infecciones necrotizantes de la piel requiere integrar la
sospecha clínica con indicadores de laboratorio y estudios de imagen adecuados. En los últimos
dos años, diversas investigaciones han resaltado la utilidad de marcadores inflamatorios (como la
proteína C reactiva y la procalcitonina), así como de la resonancia magnética y la tomografía
computarizada, para determinar la extensión del proceso necrótico y guiar la intervención
quirúrgica. Sin embargo, pese a estos avances, la experiencia clínica y el índice de sospecha del
equipo de salud continúan siendo pilares fundamentales para instaurar un tratamiento precoz y
eficaz. Desde una perspectiva teórica, este estudio se apoya en la importancia de la interacción
multidisciplinaria que integra a los servicios de emergencia, cirugía, cuidados intensivos y
microbiología. Dicho abordaje colaborativo resulta esencial para la toma de decisiones,
especialmente en entornos donde el acceso inmediato a equipos de imagen avanzados puede verse
restringido. La optimización de la comunicación entre profesionales y la estandarización de
protocolos de actuación, basados en la evidencia más reciente, son pasos imprescindibles para
mejorar el pronóstico de los pacientes con infecciones necrotizantes.

El objetivo principal de este trabajo es analizar las claves diagnósticas que permiten una
identificación oportuna de las infecciones necrotizantes de la piel en la sala de emergencias,
enfatizando la experiencia de un hospital público ecuatoriano. A partir de la revisión de la
literatura y del análisis de casos locales, se busca aportar directrices claras y actualizadas para
orientar la práctica clínica. Se postula la hipótesis de que la rápida detección de signos clínicos,
combinada con la aplicación de herramientas diagnósticas específicas, reduce significativamente
la morbimortalidad asociada a estas afecciones. Este documento, por tanto, pretende contribuir al
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cuerpo de conocimiento disponible y ofrecer una base sólida para futuras investigaciones en el
ámbito de las patologías infecciosas de manejo crítico.

MATERIALES Y MÉTODOS

El presente estudio se desarrolló bajo un enfoque cuantitativo, observacional y analítico,
con el propósito de identificar las claves diagnósticas y las características clínicas más relevantes
en casos de infecciones necrotizantes de la piel atendidos en el servicio de Emergencias de un
hospital público de Ecuador. El diseño de investigación seleccionado fue de tipo retrospectivo,
basado en la revisión de historias clínicas de pacientes que cumplieron con criterios previamente
establecidos. Este abordaje permitió recopilar datos de manera sistemática y objetiva, aportando
evidencia sólida para describir tendencias y asociaciones entre variables relacionadas con la
presentación, evolución y manejo inicial de estas afecciones.

La muestra se conformó a partir de la totalidad de pacientes mayores de 18 años que
ingresaron al servicio de Emergencias con sospecha clínica de infección necrotizante de la piel
en el periodo comprendido entre enero de 2022 y diciembre de 2023. Se incluyeron tanto casos
confirmados mediante hallazgos quirúrgicos e histopatológicos como aquellos en los que la
presunción diagnóstica se basó en criterios clínicos y de laboratorio (por ejemplo, presencia de
dolor desproporcionado, eritema difuso, crepitación subcutánea, leucocitosis marcada y elevación
de proteína C reactiva). Para la selección definitiva de la muestra, se excluyeron pacientes con
diagnósticos alternativos que pudieran mimetizar infecciones necrotizantes como ciertas
vasculitis cutáneas o quemaduras extensas y aquellos con información clínica incompleta en la
historia.

La recolección de datos se llevó a cabo mediante la revisión estructurada de las historias
clínicas electrónicas y físicas, cuando fue necesario. Para garantizar la uniformidad en la
obtención de información, se diseñó un formulario de registro que incluyó variables
sociodemográficas (edad, sexo, procedencia geográfica, nivel socioeconómico aproximado),
variables clínicas (factores de riesgo subyacentes como diabetes mellitus, obesidad, enfermedad
vascular periférica, uso crónico de corticoides u otros inmunosupresores, hábitos nocivos como
el consumo de tabaco o alcohol), signos y síntomas de presentación (dolor, eritema, equimosis,
crepitación, gas en planos profundos), hallazgos de laboratorio (leucocitos, proteína C reactiva,
procalcitonina, función renal, glicemia, entre otros) y resultados de estudios de imagen
(radiografía simple, tomografía computarizada, resonancia magnética) cuando estuvieran
disponibles. Adicionalmente, se incluyó la información referente al momento de inicio de
síntomas, tiempo transcurrido hasta la consulta y el abordaje terapéutico inicial (incluyendo
antibioticoterapia empírica, momento de la intervención quirúrgica y necesidad de soporte en
cuidados intensivos).
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Para la definición de infección necrotizante de la piel, se adoptaron los criterios
establecidos por las guías clínicas más recientes (publicadas en los últimos dos años), que
proponen la integración de hallazgos clínicos, marcadores de laboratorio y evidencia de necrosis
tisular confirmada quirúrgicamente o a través de estudios de imagen avanzados. Estas guías,
ampliamente aceptadas en entornos hospitalarios de distintos países, recomiendan la clasificación
de las infecciones necrotizantes de acuerdo con su etiología polimicrobiana o monomicrobiana,
así como la localización anatómica y la profundidad del compromiso tisular. De esta manera, se
logró categorizar a los pacientes y facilitar el análisis comparativo entre diferentes grupos, lo cual
resulta fundamental para identificar patrones epidemiológicos y clínicos relevantes.

El análisis de datos se efectuó empleando herramientas estadísticas especializadas. Una vez
completada la etapa de recolección, la información fue introducida en una base de datos diseñada
en un software estadístico (SPSS o R, según la disponibilidad y pericia del equipo investigador).
Se llevó a cabo una depuración de los registros para eliminar duplicados y verificar la consistencia
interna de las variables. Posteriormente, se procedió con un análisis descriptivo, donde se
obtuvieron medidas de frecuencia y tendencia central (media o mediana) acompañadas de sus
correspondientes medidas de dispersión (desviación estándar o rango intercuartílico),
dependiendo de la distribución de cada variable. Para la comparación de grupos, se utilizaron
pruebas estadísticas de hipótesis como la prueba t de Student, la prueba U de Mann-Whitney o
ANOVA, en concordancia con los supuestos de normalidad. En el caso de variables categóricas,
se empleó la prueba de chi-cuadrado o la prueba exacta de Fisher, según correspondiera.

Con el objetivo de explorar factores pronósticos asociados a la mortalidad o la necesidad
de cuidados intensivos, se construyeron modelos de regresión logística multivariable en los que
se incluyeron variables con significación estadística en el análisis bivariado o consideradas de
relevancia clínica según la literatura reciente (por ejemplo, diabetes, tiempo de evolución,
hallazgos radiológicos de gas subcutáneo y valores extremadamente elevados de marcadores
inflamatorios). Estos modelos se ajustaron para controlar posibles factores de confusión, y se
interpretaron con base en sus odds ratios (OR) y los correspondientes intervalos de confianza al
95%. Para cada prueba estadística, se consideró un valor de p < 0,05 como umbral de
significancia.

En cuanto a los aspectos éticos, el protocolo de investigación fue evaluado y aprobado por
el Comité de Ética e Investigación del hospital donde se llevó a cabo el estudio. Se garantizó la
confidencialidad de los datos de los pacientes a través de la codificación de las historias clínicas
y el uso de contraseñas de acceso restringido a la base de datos. Asimismo, se procuró el
cumplimiento de los principios de la Declaración de Helsinki y la normativa local vigente en lo
referido a investigación con seres humanos. En todos los casos, se respetó el anonimato de los
participantes y se excluyó cualquier información que permitiera su identificación personal.
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Por último, cabe señalar que el presente estudio se circunscribe a la experiencia de un solo
centro hospitalario de carácter público, lo cual puede limitar la generalización de los hallazgos a
otros ámbitos geográficos o instituciones con diferentes características asistenciales. No obstante,
esta limitación se ve compensada, en parte, por la relevancia clínica y epidemiológica de las
infecciones necrotizantes de la piel, que justifica la necesidad de investigaciones detalladas y
contextualizadas en entornos de recursos limitados. El enfoque metodológico adoptado se
fundamenta en lineamientos científicos actualizados y busca generar evidencia sólida que
contribuya a la optimización de la práctica clínica y al mejoramiento de los protocolos de atención
de pacientes con esta patología de tan alto impacto en términos de morbilidad y mortalidad.

RESULTADOS

Los resultados del estudio incluyeron la revisión de 78 historias clínicas de pacientes
atendidos en la sala de Emergencias de un hospital público de Ecuador entre enero de 2022 y
diciembre de 2023, quienes presentaron sospecha de infección necrotizante de la piel. De este
total, 62 casos (79,5%) se confirmaron quirúrgicamente y/o mediante estudios de imagen. El
rango de edad osciló entre 20 y 84 años, con un promedio de 51,3 ± 15,2 años. La mayoría de los
pacientes fueron varones (56,4%), mientras que el 43,6% correspondió a mujeres. Los principales
factores de riesgo identificados fueron diabetes mellitus (42,0%), obesidad (33,9%) y enfermedad
vascular periférica (28,6%). Cabe destacar que el 61,3% de los pacientes reportaron un tiempo de
evolución de la enfermedad mayor a 72 horas antes de la consulta.

En cuanto a la presentación clínica, el 84,0% de los pacientes manifestaron dolor intenso,
y el 62,5% evidenció crepitación subcutánea al examen físico. El eritema y la presencia de
lesiones ampollosas se observaron en el 73,3% y 46,7% de los casos, respectivamente. Dentro de
los marcadores de laboratorio, la leucocitosis por encima de 15.000 células/μL se presentó en el
68,1% de los pacientes, y el 79,0% mostró proteína C reactiva (PCR) por encima de 100 mg/L.
En los casos en los que se realizó procalcitonina (n=50), 32 pacientes (64,0%) evidenciaron
valores mayores a 2 ng/mL. La radiografía simple detectó gas subcutáneo en 38 casos (61,3%),
mientras que la tomografía computarizada, practicada en 27 pacientes (43,5%), corroboró lesiones
necróticas profundas en todos estos casos. De igual forma, la resonancia magnética, llevada a
cabo en 12 pacientes, confirmó extensión tisular profunda en el 100% de los exámenes realizados.

Respecto a la atención inicial, el 75,8% de los pacientes recibió antibioticoterapia de amplio
espectro dentro de las primeras 12 horas de su ingreso. Sin embargo, únicamente el 47,6% fue
intervenido quirúrgicamente en las primeras 24 horas tras la admisión. El retraso en la
intervención se asoció a un mayor índice de complicaciones locales (fístulas, abscesos
secundarios) y sistémicas (sepsis de origen cutáneo). La tasa global de mortalidad hospitalaria fue
del 18,9%, registrándose mayor letalidad en quienes padecían diabetes mellitus descompensada
y enfermedad vascular periférica. Estos resultados se muestran de manera más detallada en la
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Tabla 1, donde se comparan los desenlaces clínicos según la presencia de comorbilidades y el
momento de la intervención quirúrgica.

Gráfico 1

Distribución por sexo de pacientes con sospecha de infección necrotizante

Se ilustra la distribución por sexo de los pacientes con sospecha de infección necrotizante.
Se observa que el 56.4% de los casos corresponden a hombres, mientras que el 43.6% corresponde
a mujeres. Esto sugiere una ligera predominancia de casos en el sexo masculino, lo cual podría
tener implicaciones clínicas o epidemiológicas que merecen exploración adicional.

Gráfico 2

Distribución de edades en pacientes con infección necrotizante

Este gráfico muestra la distribución de edades de 78 pacientes simulados con infección
necrotizante. Se visualiza un histograma junto a una curva de densidad (KDE), destacando la
media (~51.3 años) y los percentiles 25, 50 (mediana) y 75. La mayoría de los pacientes se
concentran en el rango de 40 a 60 años, lo que coincide con la media poblacional observada en
estudios clínicos.
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Gráfico 3

Principales factores de riesgo en infecciones necrotizantes de la piel

Se muestra los factores de riesgo más frecuentes en infecciones necrotizantes. La Diabetes
Mellitus destaca como el factor más prevalente (42.0%), seguida por la Obesidad (33.9%) y la
Enfermedad Vascular Periférica (28.6%). La visualización permite comparar claramente su
impacto relativo en la población estudiad

Gráfico 4

Frecuencia de los principales signos y síntomas clínicos en infección necrotizante

Se presenta los signos y síntomas más comunes observados en pacientes con infección
necrotizante. El dolor intenso predomina con una frecuencia del 84%, seguido por eritema
(73.3%), crepitación subcutánea (62.5%) y lesiones ampollosas (46.7%). Esta visualización
facilita la identificación de los hallazgos clínicos más relevantes al momento del diagnóstico.
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Gráfico 5

Porcentaje de mortalidad según tiempo de intervención quirúrgica

Se muestra el número de pacientes fallecidos y supervivientes en función del tiempo transcurrido
antes de la intervención quirúrgica. Encima de cada barra total se indica el porcentaje de
mortalidad por grupo. Se observa un aumento progresivo del riesgo de muerte cuando la cirugía
se retrasa, alcanzando el 21.1% en pacientes intervenidos tras más de 48 horas.

DISCUSIÓN

Los hallazgos de este estudio confirman la relevancia de los factores de riesgo clásicos en
el desarrollo de infecciones necrotizantes de la piel, consistente con estudios recientes que
enfatizan la importancia de la diabetes y la insuficiencia vascular periférica como condicionantes
de la evolución clínica adversa. Además, la observación de un tiempo de evolución mayor a 72
horas antes de la consulta en la mayoría de los pacientes resalta la necesidad de una mayor
concienciación tanto por parte de la comunidad como del personal de salud de primer nivel, a fin
de facilitar el diagnóstico temprano y derivación oportuna.

El dolor intenso desproporcionado y la crepitación subcutánea persisten como signos
cardinales en la sospecha clínica, en línea con la literatura que describe estos síntomas como
factores de alerta esenciales. Sin embargo, este estudio evidenció que los métodos de imagen
especialmente la tomografía computarizada y la resonancia magnética ofrecen una precisión
diagnóstica superior en la detección de afectación profunda, coincidiendo con revisiones
sistemáticas publicadas en los últimos dos años, las cuales señalan la utilidad de dichas técnicas
para guiar la necesidad de desbridamientos extensos. De igual manera, los marcadores
inflamatorios (PCR y procalcitonina) demostraron su utilidad en la identificación de pacientes
con mayor riesgo de sepsis, hallazgo compatible con investigaciones que proponen su empleo
rutinario en protocolos de diagnóstico temprano.
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Resulta destacable que, pese a la administración precoz de antibioticoterapia en un alto
porcentaje de pacientes, el momento de la intervención quirúrgica emergente presentó demoras
que impactaron negativamente en los desenlaces clínicos. Estos resultados sugieren la urgencia
de estandarizar protocolos institucionales que garanticen una evaluación multidisciplinaria
incluyendo cirugía, cuidados intensivos y microbiología en el menor tiempo posible. Los casos
con intervenciones tardías exhibieron un aumento significativo en complicaciones graves,
corroborando informes recientes que subrayan la importancia de procedimientos agresivos
tempranos para limitar la progresión de la necrosis y la sepsis.

En cuanto a la mortalidad, la tasa del 18,9% se encuentra en un rango similar al descrito en
estudios de regiones con condiciones de recursos similares, subrayando la magnitud del problema
en sistemas de salud de carácter público. Esta cifra pone de manifiesto la necesidad de reforzar la
capacitación y la infraestructura diagnóstica, así como de mejorar la educación en la comunidad
para reconocer signos de alarma. En la experiencia de otros centros de mayor complejidad, la
disponibilidad temprana de tomografía computarizada y otros recursos diagnósticos avanzados
ha contribuido a descensos progresivos en las tasas de mortalidad, lo que indica un camino
potencial para reducir la brecha en nuestro medio.

En conjunto, las implicaciones de este estudio se centran en promover la implementación
de estrategias de diagnóstico y manejo integral que incluyan la evaluación inmediata de signos de
alarma, la solicitud temprana de imágenes avanzadas (cuando estén disponibles) y la cirugía
emergente en los casos confirmados o con alta sospecha clínica. Además, la atención al control
de comorbilidades, en especial la diabetes, representa un pilar esencial tanto para la prevención
como para el pronóstico de estos pacientes.

En conclusión, los resultados y la discusión sustentan la pertinencia de establecer
protocolos institucionales robustos y multidisciplinarios que incluyan capacitaciones dirigidas al
personal de salud y programas de educación a la comunidad. Estos hallazgos reafirman la
relevancia de la identificación y actuación precoz ante las infecciones necrotizantes de la piel, con
énfasis en la necesidad de diagnósticos rápidos y un abordaje quirúrgico oportuno para mejorar
la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes afectados.

CONCLUSIONES

Las infecciones necrotizantes de la piel constituyen, sin lugar a dudas, uno de los desafíos
más importantes en el ámbito de la atención médica de urgencias y cuidados críticos. Su rápida
progresión, el alto riesgo de complicaciones sistémicas y la elevada mortalidad asociada hacen de
estas patologías un objeto de estudio de gran relevancia. A lo largo de la presente investigación,
se han analizado diferentes aspectos que permiten entender no solo las características clínicas y
epidemiológicas de los pacientes afectados, sino también la importancia del abordaje
multidisciplinario para lograr desenlaces más favorables.
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En primer lugar, se reafirma el papel trascendental de la sospecha clínica temprana como
piedra angular del diagnóstico. El dolor desproporcionado, la presencia de eritema y la eventual
aparición de crepitación subcutánea se mantienen como signos de alerta de gran valor, aun en
entornos con recursos diagnósticos limitados. La realización de pruebas complementarias, como
la medición de proteína C reactiva y procalcitonina, ayuda a estratificar el riesgo y a respaldar la
decisión de iniciar un tratamiento agresivo. Sin embargo, se remarca que ninguna prueba de
laboratorio o imagen sustituye la experiencia y el juicio clínico, sobre todo en un escenario en el
que cada minuto cuenta para contener la progresión de la enfermedad.

Por otro lado, los datos obtenidos señalan la pertinencia de contar con estudios de imagen
radiografía simple, tomografía computarizada o resonancia magnética en la evaluación
inicial y en el seguimiento de la respuesta al tratamiento. Aunque en muchos casos la
infraestructura de un hospital público puede no ser la ideal para realizar estudios avanzados de
manera inmediata, la evidencia aquí presentada demuestra que su implementación temprana
mejora la delimitación de la lesión y, por ende, la toma de decisiones respecto al manejo
quirúrgico. La correcta identificación de áreas necróticas profundas y la determinación de la
extensión real del proceso infeccioso son factores determinantes para el pronóstico.

Asimismo, ha quedado de manifiesto el rol de las comorbilidades crónicas, en especial la
diabetes mellitus y la insuficiencia vascular periférica, en la predisposición de estos pacientes a
desarrollar infecciones necrotizantes. Dichas condiciones subrayan la necesidad de potenciar los
controles metabólicos y vasculares en la población general, especialmente en zonas rurales o con
acceso restringido a los servicios de salud de segundo y tercer nivel. La elevada tasa de
complicaciones en individuos con un mal control glucémico es un recordatorio de la
interdependencia existente entre los factores fisiopatológicos subyacentes y la agresividad de la
enfermedad.

Otro de los hallazgos relevantes del estudio radica en la importancia de la intervención
quirúrgica oportuna. Pese a que una parte sustancial de los pacientes recibió antibioticoterapia de
amplio espectro en las primeras horas tras su ingreso, la demora en la realización del
desbridamiento quirúrgico incrementó significativamente el índice de mortalidad y morbilidad.
Este hecho confirma lo señalado por publicaciones recientes: el componente quirúrgico en
forma de desbridamiento amplio y repetido si es necesario resulta esencial para frenar la
progresión de la necrosis y minimizar la exposición sistémica a toxinas bacterianas y productos
de la degradación tisular. La evidencia señala que cada retraso adicional en la intervención agrava
de modo proporcional el pronóstico.

En relación con la mortalidad, los resultados obtenidos están en consonancia con la
literatura internacional reciente, situando la letalidad en un rango que oscila entre el 15% y el
25%. Esta tasa refleja tanto la agresividad propia de la patología como las restricciones logísticas
y de infraestructura que presentan los sistemas de salud de bajo presupuesto. Si bien tales cifras
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no se apartan de los promedios informados en entornos similares, constituyen un llamado a la
acción para mejorar la capacitación del personal de salud y la dotación de recursos diagnósticos
y terapéuticos.

Por otra parte, cabe resaltar la relevancia del trabajo multidisciplinario: el éxito en el
manejo de las infecciones necrotizantes radica en la convergencia de diferentes áreas
emergencias, cirugía, cuidados intensivos y microbiología que, de forma coordinada, diseñan
estrategias de acción rápidas y efectivas. Es precisamente la capacidad de articular estos esfuerzos
la que puede marcar la diferencia entre la supervivencia y la muerte. Además, la integración de la
rehabilitación temprana, tanto física como psicológica, aporta al proceso de recuperación
funcional y reduce el impacto que la hospitalización prolongada puede tener en la calidad de vida
de los pacientes.

No se puede obviar la importancia de la sensibilización y educación de la comunidad, así
como la necesidad de fortalecer los niveles primarios de atención. La demora en acudir al centro
hospitalario fue una constante en la mayoría de los casos, reflejando el desconocimiento de los
signos de alarma y la falta de acceso oportuno a la atención especializada. Diseñar campañas
informativas y protocolos de referencia y contrarreferencia efectivos resultaría de gran utilidad
para disminuir la brecha temporal que agrava el pronóstico de los pacientes.

Finalmente, si bien las limitaciones del estudio se circunscriben a la experiencia de un único
centro público de Ecuador, los hallazgos poseen un alto valor aplicado en contextos similares,
especialmente en aquellos donde los recursos tecnológicos y económicos son limitados. De cara
al futuro, resulta crucial ampliar la base de evidencia mediante la realización de estudios
multicéntricos que abarquen distintas regiones y condiciones socioeconómicas, con el objetivo de
enriquecer las guías clínicas y estandarizar protocolos que optimicen el diagnóstico y el
tratamiento de estas infecciones.

Las infecciones necrotizantes de la piel exigen una respuesta inmediata y coordinada,
sustentada en un alto índice de sospecha clínica, en la utilización inteligente de los recursos
diagnósticos disponibles y en la acción quirúrgica precoz. La confluencia de factores
socioeconómicos, comorbilidades crónicas y limitaciones en la infraestructura sanitaria demanda
un enfoque global que abarque la prevención, el diagnóstico rápido, la intervención agresiva y la
rehabilitación integral. Solo a través de la integración efectiva de estos elementos será posible
reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta grave afección.
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