
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1855
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i4.1787
Oferta y demanda de empleo en el sector tecnológico
ecuatoriano
Supply and demand for employment in the Ecuadorian technology sector
Peralta Carpio Faviola Lissette
fperaltac@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-4060-8013
Universidad Estatal de Milagro
Ecuador - Milagro
Carol Ginger Núñez Rubio
cnunezr@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0009-0009-5228-5750
Universidad Estatal de Milagro
Ecuador – Milagro
José Luis Tenorio Almache
jtenorioa@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-9695-0785
Universidad Estatal de Milagro
Ecuador – Milagro
Artículo recibido: 10 octubre 2025 -Aceptado para publicación: 18 noviembre 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.
RESUMEN
Este artículo examina la relación entre la oferta y la demanda de empleo en el sector tecnológico
ecuatoriano, a partir de una síntesis de evidencia internacional y consideraciones de política
pública aplicables al contexto nacional. Se revisan marcos teóricos sobre cambio tecnológico,
automatización y contenido de habilidades, y se discuten brechas de capital humano, desajustes
formativos y señales del mercado laboral. Se propone un marco de acción con cuatro ejes:
actualización curricular ágil, formación dual, políticas de primer empleo y alianzas
público‑privadas orientadas a la productividad. Asimismo, se mapea la demanda de competencias
(programación, ciencia de datos, ciberseguridad y habilidades socioemocionales) y se analizan
riesgos asociados a la polarización ocupacional y la fuga de talento. El trabajo aporta tablas de
síntesis para la toma de decisiones y una discusión basada en literatura con DOI. Se concluye que
la coordinación entre Estado, academia y empresas es condición necesaria para cerrar brechas,
acelerar la inserción juvenil y retener talento en un ecosistema digital inclusivo y competitivo.
Palabras clave: Mercado laboral; competencias digitales; automatización; educación
superior; políticas de empleo

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ABSTRACT
This article examines the relationship between labour supply and demand in Ecuador's technology
sector, based on a synthesis of international evidence and public policy considerations applicable
to the national context. Theoretical frameworks on technological change, automation and skills
content are reviewed, and human capital gaps, training mismatches and labour market signals are
discussed. A four-pronged framework for action is proposed: agile curriculum updating, dual
training, first job policies, and productivity-oriented public-private partnerships. It also maps the
demand for skills (programming, data science, cybersecurity, and socio-emotional skills) and
analyses the risks associated with occupational polarisation and talent drain. The paper provides
summary tables for decision-making and a literature-based discussion with DOI. It concludes that
coordination between the state, academia and businesses is a necessary condition for closing gaps,
accelerating youth integration and retaining talent in an inclusive and competitive digital
ecosystem.
Keywords: Labour market; digital skills; automation; higher education; employment
policies
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INTRODUCCIÓN
El cambio tecnológico constituye uno de los principales determinantes de las
transformaciones contemporáneas en los mercados laborales y en la organización de la
producción. En las últimas décadas, la difusión acelerada de la automatización, la inteligencia
artificial y la digitalización ha reconfigurado la demanda de trabajo, alterando tanto la naturaleza
de las tareas como las trayectorias de los salarios y la productividad. La literatura económica
coincide en que estas transformaciones no implican únicamente la sustitución de empleos, sino
una reasignación profunda del contenido ocupacional. Las tareas rutinarias, fácilmente
codificables y susceptibles de ser automatizadas, tienden a reducir su peso relativo, mientras que
las actividades que requieren juicio, creatividad, resolución de problemas y habilidades
socioemocionales adquieren una importancia creciente (Acemoglu & Restrepo, 2018; Acemoglu
& Restrepo, 2019). Este fenómeno redefine los parámetros tradicionales de competitividad
laboral y obliga a repensar la formación profesional y la política pública desde una perspectiva de
adaptación continua.
Diversos estudios pioneros han evidenciado que el impacto tecnológico en el empleo es
estructuralmente heterogéneo. Autor, Levy y Murnane (2003) demostraron que el progreso
técnico sesgado por tareas impulsa la expansión del empleo en ocupaciones no rutinarias, tanto
cognitivas como interpersonales. A su vez, Deming (2017) destacó la relevancia de las
competencias socioemocionales como la comunicación, la cooperación y la empatía en un
contexto donde la interacción humano-máquina redefine los procesos de producción y servicio.
En la misma línea, Autor (2015) argumentó que las tecnologías de propósito general, como la
digitalización, no eliminan necesariamente el trabajo humano, sino que transforman su contenido,
desplazando algunas funciones mientras generan nuevas complementariedades. Brynjolfsson,
Rock y Syverson (2019) profundizaron esta idea al señalar que la adopción tecnológica suele
producir un período de ajuste, donde las ganancias de productividad se materializan de forma
gradual conforme las organizaciones rediseñan procesos y los trabajadores adquieren nuevas
capacidades.
La evidencia sectorial refuerza esta visión dinámica. Graetz y Michaels (2018) observaron
que la incorporación de robots en manufactura y software en servicios no genera un patrón
uniforme de sustitución, sino efectos dependientes del grado de capital humano disponible y de
las sinergias entre tecnología y organización laboral. Así, los sectores que logran combinar
inversión tecnológica con estrategias de aprendizaje continuo tienden a registrar incrementos
sostenidos de productividad y estabilidad en el empleo, mientras que aquellos con escasa
formación o alta informalidad exhiben mayor vulnerabilidad ante la automatización.
En las economías emergentes, estas tendencias adquieren características específicas. Los
organismos multilaterales, como el Banco Mundial (2019) y la OCDE (2019), subrayan que la

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capacidad de un país para beneficiarse del cambio tecnológico depende de tres pilares
interrelacionados: el desarrollo de habilidades digitales y cognitivas avanzadas, la existencia de
sistemas de protección social adaptativos y la regulación efectiva de mercados laborales y de
plataformas digitales. La ausencia de estos componentes puede amplificar las desigualdades
existentes y limitar el potencial transformador de la innovación. En América Latina, la expansión
del trabajo remoto y de los servicios basados en conocimiento durante la última década abrió
nuevas oportunidades de inserción internacional, particularmente en áreas como programación,
análisis de datos y soporte técnico. No obstante, la región continúa enfrentando limitaciones
estructurales en infraestructura digital, dominio de idiomas, calidad educativa y articulación entre
oferta académica y demanda empresarial.
En este contexto, Ecuador representa un caso relevante para el análisis. El país ha
reconocido en su marco de política industrial y educativa la necesidad de fortalecer su capital
humano digital y técnico como vía para diversificar la matriz productiva. El sector tecnológico,
aún incipiente en términos de participación del PIB, se proyecta como un vector de transformación
estructural, con un potencial creciente en ramas como el desarrollo de software, la ciencia de
datos, la ciberseguridad y la computación en la nube. Sin embargo, persisten brechas
significativas entre la oferta de egresados universitarios y los perfiles que demandan las empresas.
Estas discrepancias se manifiestan en desajustes entre competencias técnicas y blandas, en la baja
proporción de mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y en
marcadas asimetrías territoriales entre centros urbanos y provincias periféricas. Tales brechas
limitan la capacidad del país para absorber la innovación tecnológica y traducirla en aumentos
sostenibles de productividad e inclusión laboral.
Desde el enfoque de la economía del trabajo, el equilibrio del mercado depende
crucialmente de los mecanismos de información e incentivos que conectan a empleadores y
trabajadores. Cuando los salarios no reflejan el valor marginal de la productividad, o cuando
existen rigideces institucionales (como regulaciones ineficientes, informalidad o escasa movilidad
laboral), surgen fenómenos de desempleo estructural y subempleo profesional. En este escenario,
la falta de señales de mercado claras o la limitada coordinación entre universidades, empresas y
el Estado obstaculizan la adaptación del sistema educativo a las necesidades reales de la economía
digital. La evidencia empírica muestra que las políticas de formación dual, las certificaciones
técnicas cortas y los programas de vinculación empresa-universidad favorecen un mejor ajuste
entre oferta y demanda de trabajo, elevan la empleabilidad juvenil y reducen las tasas de
informalidad (Autor, 2015; Banco Mundial, 2019). Asimismo, los clusters y hubs tecnológicos
contribuyen a generar derrames de conocimiento y redes de innovación que potencian la
competitividad regional.
En consecuencia, la transición hacia un ecosistema laboral digital inclusivo requiere
políticas coordinadas que integren formación, innovación y protección social. La evidencia

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internacional demuestra que los países que logran articular políticas de capital humano con
estrategias de desarrollo productivo tienden a mitigar los efectos disruptivos del cambio
tecnológico. Estas estrategias incluyen la creación de observatorios de habilidades emergentes, la
actualización periódica de currículos académicos, la promoción de alianzas público-privadas para
la capacitación, y la implementación de mecanismos de certificación de competencias que
reconozcan el aprendizaje a lo largo de la vida. De igual modo, la digitalización del empleo
impone el desafío de adaptar los sistemas de seguridad social a formas de trabajo más flexibles,
incluyendo el trabajo por plataformas y la economía freelance, donde la cobertura tradicional
suele ser insuficiente.
En el caso ecuatoriano, la integración de estos componentes es especialmente relevante
frente a los retos de la transformación productiva post-pandemia, el crecimiento del teletrabajo y
la necesidad de retener talento altamente calificado que, de otro modo, migra hacia mercados
externos más competitivos. Las universidades, los centros de investigación y las empresas
tecnológicas deben desempeñar un papel articulador, impulsando un modelo de formación
orientado a la resolución de problemas, la innovación aplicada y la cooperación interdisciplinaria.
A su vez, la política pública debe priorizar la inversión en infraestructura digital, la mejora de la
conectividad en zonas rurales y la promoción de programas de inclusión de género en ciencia y
tecnología.
Este artículo se inscribe en dicho marco analítico y propone una síntesis aplicada al
contexto ecuatoriano, combinando perspectivas de la economía del trabajo, la política tecnológica
y la educación superior. A partir de la revisión de la literatura y de la evidencia comparada, se
busca identificar los principales desajustes entre la oferta formativa y la demanda laboral digital,
así como delinear estrategias que permitan acelerar la inserción laboral y retener talento en
sectores de alto valor agregado. El propósito es ofrecer herramientas de diagnóstico y
recomendaciones de política que orienten las decisiones de los actores públicos y privados en
torno a la formación de capital humano, la promoción de empleo calificado y la consolidación de
un ecosistema digital productivo e inclusivo. En última instancia, el estudio pretende contribuir a
la formulación de una agenda nacional de transformación tecnológica que articule el crecimiento
económico con la equidad social, aprovechando el potencial de la innovación para generar un
desarrollo más sostenible y competitivo.
METODOLOGÍA
Se desarrolló una revisión narrativa con enfoque analítico-sintético, adecuada para integrar
evidencia heterogénea y derivar implicaciones de política a partir de marcos conceptuales y
hallazgos empíricos (Snyder, 2019; Booth, Sutton, & Papaioannou, 2016). El alcance temporal se
fijó en 2003–2024 para capturar la expansión de la digitalización y la automatización. La
búsqueda se ejecutó en Scopus, Web of Science y EconLit, complementada con informes de

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organismos internacionales, utilizando combinaciones booleanas de descriptores en español e
inglés (p. ej., technological change, task content, automation, digital skills, labor market policy).
Se priorizaron estudios con DOI, revisión por pares y evidencia comparada.
Los criterios de inclusión consideraron: (i) claridad metodológica y operacionalización de
variables; (ii) relevancia para mercados laborales y capital humano; y (iii) transferibilidad a
economías emergentes. Se excluyeron piezas puramente opinativas sin soporte empírico o sin
trazabilidad metodológica. El cribado se realizó en dos fases (título-resumen y texto completo),
resolviendo discrepancias por consenso; se propuso estimar la concordancia interevaluador
mediante κ de Cohen (umbral ≥ 0,70) para robustecer la fiabilidad (Tranfield, Denyer, & Smart,
2003).
La extracción registró autoría, país, diseño, unidad de análisis, métricas de
empleo/productividad, y efectos sobre demanda de habilidades. La calidad de los estudios se
valoró con un enfoque de Weight of Evidence para juzgar validez interna/externa y utilidad para
la pregunta de síntesis (Gough, Oliver, & Thomas, 2017). La síntesis se organizó por ejes
demanda de competencias, ajuste educativo, efectos en empleo y salarios, e instrumentos de
política evitando meta-análisis formal por heterogeneidad de diseños y medidas, y privilegiando
síntesis temática y triangulación. Se siguieron principios de transparencia y trazabilidad
inspirados en guías de reporte para revisiones (Page et al., 2021), y se documentó el protocolo de
búsqueda y la tabla de extracción para su replicabilidad.
RESULTADOS
Tabla 1
Mapa de demanda de competencias en el sector tecnológico
Familia de
competencias
Ejemplos de
habilidades Uso típico Implicación para
formación
Programación y
software
Python, Java,
frameworks web
Desarrollo de
productos y servicios
Currículos modulares
y bootcamps
Datos y analítica SQL, modelado, ML
básico
Inteligencia de
negocios y ciencia de
datos
Proyectos con datos
reales y ética
Ciberseguridad Hardening, SIEM,
auditoría
Protección de activos
y cumplimiento
Certificaciones y
laboratorios
Cloud y DevOps Contenedores,
CI/CD, IaC
Escalabilidad y
resiliencia
Aprendizaje basado
en práctica
Habilidades
socioemocionales
Comunicación,
trabajo en equipo
Gestión de proyectos
y servicio
Integración
transversal en cursos
Nota. La demanda combina competencias técnicas y socioemocionales; la formación debe ser mixta y orientada a
proyectos.
La demanda efectiva integra competencias técnicas con habilidades socioemocionales, lo
que sugiere modelos pedagógicos mixtos y experiencias prácticas tempranas.

Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1861
Tabla 2
Brechas de ajuste entre oferta educativa y necesidades empresariales
Dimensión Situación típica Causa raíz Acción sugerida
Actualización
curricular
Planes desalineados
con herramientas
vigentes
Ciclos largos de
reforma
Mallas flexibles y
micro‑credenciales
Práctica y proyectos Poca exposición a
casos reales
Vínculos limitados
con empresas
Formación dual y
pasantías
Docencia
especializada
Escasez de
instructores con
práctica
Brecha salarial vs.
industria
Incentivos y cátedra
compartida
Idiomas y soft skills Déficits en inglés y
comunicación
Enfoque técnico
estrecho
Transversalizar
socioemocionales
Nota. Las brechas obedecen a rigideces institucionales y baja vinculación con el sector productivo.
El cuello de botella no es solo técnico; incluye coordinación interinstitucional y diseño de
incentivos docentes.
Tabla 3
Riesgos laborales asociados al cambio tecnológico y salvaguardas
Riesgo Manifestación Población afectada Salvaguarda de
política
Polarización
ocupacional
Expansión en extremos
de la distribución salarial
Trabajadores de tareas
rutinarias
Recualificación y
movilidad
Fuga de talento Migración hacia hubs
globales
Egresados de alto
desempeño
Carreras, salarios
y proyectos
desafiantes
Brechas de género Subrepresentación en
STEM Mujeres jóvenes Becas, mentoría y
conciliación
Subempleo
profesional Títulos sin uso pleno Egresados recientes
Orientación
laboral y
certificación corta
Nota. El enfoque debe ser preventivo y basado en trayectorias laborales, no solo en puestos.

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Las salvaguardas requieren una combinación de formación continua y señales claras de
demanda sectorial.
Tabla 4
Agenda de acción para Ecuador (horizonte 3 años)
Eje Medida prioritaria Actor líder Indicador de
éxito
Currículo ágil Micro‑credenciales
en cloud, datos, ciber Senescyt/IES Tasa de
certificación anual
Formación dual
Pasantías
obligatorias en
carreras TIC
IES/Empresas Tasa de inserción a
6 meses
Primer empleo Incentivo temporal a
contratación juvenil Gobierno/Empresas Contratos formales
creados
Ecosistema
Hubs y retos
públicos de
innovación
Gob./Gremios Startups y
proyectos piloto
Nota. La gobernanza compartida reduce fallas de coordinación y acelera el ajuste oferta‑demanda.
La agenda combina instrumentos de capital humano con políticas de ecosistema para
sostener la demanda.
DISCUSIÓN
La evidencia internacional sugiere que tecnologías sesgadas a tareas reconfiguran el
empleo más por sustitución de tareas que por destrucción neta de ocupaciones (Autor et al., 2003;
Autor, 2015). La automatización avanzada desplaza funciones rutinarias, pero crea tareas nuevas
que requieren coordinación humana‑máquina (Acemoglu & Restrepo, 2018, 2019). En sectores
intensivos en software y datos, la productividad se materializa con rezagos, dada la necesidad de
inversión organizacional y capacitación (Brynjolfsson et al., 2019). Estimaciones basadas en
robots encuentran efectos heterogéneos en empleo y salarios, condicionados por
complementariedades de capital humano (Graetz & Michaels, 2018) y por la reasignación
sectorial. Proyecciones prudentes sobre riesgo de automatización enfatizan la adaptabilidad
ocupacional y el rediseño de tareas (Arntz, Gregory, & Zierahn, 2016; Frey & Osborne, 2017).
La política pública debe reforzar la formación basada en proyectos y certificaciones cortas,
especialmente en datos, cloud y ciberseguridad (Banco Mundial, 2019; OCDE, 2019). Para
economías pequeñas y abiertas, la retención de talento requiere trayectorias profesionales y
salarios competitivos, mientras que clusters y vínculos universidad‑empresa facilitan difusión
tecnológica (Bloom, Sadun, & Van Reenen, 2012; Javorcik, 2004). En Ecuador, estas lecciones
implican coordinar reforma curricular con incentivos al primer empleo y contratos de aprendizaje,
así como políticas de equidad de género en STEM. Este enfoque reduce la polarización y potencia
la productividad, evitando pérdidas por subempleo profesional y fuga de cerebros.

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CONCLUSIÓN
El equilibrio entre la oferta y la demanda de empleo tecnológico en Ecuador requiere una
estrategia integral y sostenida, basada en la articulación efectiva entre el desarrollo del capital
humano, la innovación productiva y la planificación institucional. La evidencia empírica
demuestra que la automatización y la digitalización no eliminan el empleo, sino que transforman
la estructura de las tareas y generan una mayor valorización de las competencias digitales,
analíticas y socioemocionales. En este contexto, resulta indispensable que las instituciones de
educación superior adopten currículos dinámicos y flexibles, orientados a las necesidades reales
del mercado laboral, y que fortalezcan los vínculos con el sector productivo a través de programas
de formación dual, pasantías y certificaciones técnicas. Asimismo, la creación de hubs de
innovación y ecosistemas tecnológicos regionales permitirá fomentar el emprendimiento, la
transferencia de conocimiento y la colaboración entre universidades, empresas y el Estado. La
política pública, por su parte, debe incorporar incentivos al primer empleo, promover la igualdad
de oportunidades y reducir las brechas de acceso a carreras STEM, especialmente en zonas
periféricas y entre grupos vulnerables. En conjunto, la consolidación de un sistema de gobernanza
colaborativo y la evaluación continua mediante indicadores de empleabilidad y productividad
constituirán los pilares para garantizar un desarrollo tecnológico inclusivo y sostenible.

Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 1864
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