Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 735
https://doi.org/
10.69639/arandu.v12i4.1702
Eje Microbioma-intestino-piel y su impacto en la cicatrización
e inflamación sistémica post-trauma y disfunción hepática: un
enfoque multidisciplinario

The Microbiome
-Gut-Skin Axis and Its Impact on Post-Trauma Wound Healing,
Systemic Inflammation, and Liver Dysfunction: A Multidisciplinary Approach

Juan Carlos Lema Balla

juan.lema@hial.mspz7.gob.ec

https://orcid.org/0000-0002-2573-7426

Hospital General Isidro Ayora

Loja - Ecuador

Gina Kris Estefany Canales Muzante

krisestefany@gmail.com

https://orcid.org/0009-0008-4805-6819

Investigador Independiente

Lima - Perú

Solange Daniela Llanga Miño

solangellanga@yahoo.es

https://orcid.org/0009-0004-3508-4176
1
Investigador
Independiente
Riobamba - Ecuador

Rafael Emilio Garrido López

rafaelgarrido968@gmail.com

https://orcid.org/0009-0004-2599-7502

Investigador
Independiente
Bogotá - Colombia

Alex Fernando
Zambrano Baquero
zambranoalex88@gmail.com

https://orcid.org/0009-0003-5436-0108

Investigador
Independiente
Guayaquil Ecuador

Artículo recibido: 18 septiembre 2025 -Aceptado para publicación: 28 octubre 2025

Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.

RESUMEN

El eje microbioma-intestino-piel constituye un complejo sistema de comunicación bidireccional
que influye en procesos clave como la cicatrización de heridas y la inflamación sistémica post-
trauma, así como en la función hepática. La microbiota intestinal y cutánea actúan
coordinadamente para mantener la homeostasis inmunológica y la integridad de las barreras
epiteliales, modulando respuestas inflamatorias locales y sistémicas. Alteraciones en esta red
ponen en riesgo la capacidad regenerativa tisular y contribuyen a disfunciones hepáticas
relacionadas con procesos inflamatorios crónicos. Este artículo revisa evidencia reciente sobre los
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mecanismos fisiopatológicos que vinculan la disbiosis intestinal con la disrupción de la
cicatrización y la activación inflamatoria sistémica post-trauma, destacando la producción de
metabolitos microbianos, como ácidos grasos de cadena corta, que regulan la respuesta inmune
innata y adaptativa. Asimismo, se aborda la influencia del microbioma en señales de reparación
dermal y el impacto negativo de la inflamación hepática asociada. Finalmente, se propone un
abordaje multidisciplinario que integre intervenciones nutricionales, moduladores del
microbioma y cuidados clínicos para optimizar la recuperación post-trauma y reducir
complicaciones inflamatorias sistémicas, con énfasis en la necesidad de estrategias personalizadas
que consideren la interacción microbioma-intestino-piel-hígado como un eje central en la salud
integral.

Palabras clave: microbioma, eje intestino-piel, cicatrización, inflamación sistémica,
disfunción hepática

ABSTRACT

The microbiome
-gut-skin axis represents a complex, bidirectional communication network that
significantly influences wound healing, systemic inflammation post
-trauma, and liver
dysfunction. The interplay between intestinal and cutaneous microbiota modulate
s immune
responses by maintaining epithelial barrier integrity and regulating inflammatory mediators

locally and systemically. Disruptions in this axis, manifested as dysbiosis, impair tissue

regeneration and exacerbate systemic inflammatory states, contri
buting to hepatic dysfunction
through sustained immune activation. This review synthesizes recent evidence on the mechanistic

pathways linking gut microbial metabolites
such as short-chain fatty acidswith immune
modulation during the post
-traumatic healing process. Additionally, the skin microbiome’s role
in repairing dermal injury and its relationship with systemic inflammatory signals are examined.

Emphasis is placed on how skin injury affects gut microbial composition and intestinal barrier

defenses, th
ereby aggravating systemic inflammation and liver disturbances. A multidisciplinary
approach integrating nutritional modulation, microbiome
-targeted therapies, and clinical
management is proposed to optimize trauma recovery, emphasizing personalized strate
gies that
incorporate this axis to improve integrative health outcomes.

Keywords
: microbiome, gut-skin axis, wound healing, systemic inflammation, liver
dysfunction

Todo el contenido de la Revista Científica Internacional Arandu UTIC publicado en este sitio está disponible bajo
licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
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INTRODUCCIÓN

El eje microbioma-intestino-piel representa una red de comunicación bidireccional que
integra señales inmunológicas, metabólicas y neuroendocrinas entre la microbiota intestinal y la
cutánea. Este eje es fundamental para el mantenimiento de la homeostasis tisular local y sistémica,
regulando procesos esenciales como la cicatrización de heridas, la inflamación post-trauma y la
función hepática (Jimenez-Sanchez et al., 2025; Pai, 2025). La interacción dinámica entre estas
comunidades microbianas modula la respuesta inmune del hospedero a través del mantenimiento
de la integridad de las barreras epiteliales y la producción de metabolitos microbianos bioactivos,
tales como ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y polisacáridos, que actúan como mediadores
clave en la inmunorregulación (Salem et al., 2018).

En condiciones de equilibrio, un microbioma diversificado y estable contribuye a la
proliferación de células inmunorreguladoras, fortalece la barrera intestinal y cutánea, y previene
la colonización por patógenos oportunistas. Estos efectos inmunomoduladores son vitales para
una correcta reparación tisular, facilitando una inflamación controlada que permite la
regeneración efectiva sin daño colateral (De Pessemier et al., 2021). Sin embargo, la disbiosis
desbalance microbiano inducido por múltiples factores como trauma, estrés oxidativo,
antibióticos o dieta inadecuada genera una respuesta inflamatoria exacerbada que dificulta la
cicatrización, perpetúa la inflamación sistémica y puede afectar la función hepática mediante
mecanismos de inmunopatología inflamatoria crónica (Patel et al., 2022; Lopez et al., 2025).

Además, se ha descrito que lesiones cutáneas severas pueden alterar la composición
microbiota intestinal, comprometiendo la función barrera intestinal y permitiendo la translocación
bacteriana, lo cual amplifica la activación inmune sistémica y contribuye a disfunción hepática
secundaria (Dokoshi et al., 2024). Este fenómeno resalta la interdependencia funcional del eje
microbioma-intestino-piel en estados post-traumáticos y patologías inflamatorias complejas.

Conocer los mecanismos moleculares que regulan esta interacción abre la puerta a terapias
innovadoras que utilicen moduladores del microbioma, intervenciones nutricionales y estrategias
clínicas personalizadas para mejorar la cicatrización, controlar la inflamación sistémica y
preservar la función hepática. Este enfoque multidisciplinario es crucial para optimizar la
recuperación integral del paciente traumatizado y para avanzar en el desarrollo de tratamientos
basados en la integración del eje microbioma-intestino-piel como un núcleo central de la salud.

El objetivo central de este artículo es analizar y sintetizar la evidencia científica reciente
que describe la interacción dinámica entre el microbioma intestinal y cutáneo, y cómo esta
interacción impacta en la cicatrización de heridas, la inflamación sistémica post-trauma y la
función hepática. Se busca profundizar en los mecanismos moleculares, inmunológicos y
metabólicos que regulan este eje microbioma-intestino-piel para proponer un enfoque
multidisciplinario que permita desarrollar intervenciones terapéuticas personalizadas. Estas
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 738
intervenciones estarían orientadas a modular el microbioma y optimizar así la recuperación
corporal, minimizando complicaciones inflamatorias y mejorando los procesos regenerativos en
pacientes post-trauma.

MATERIALES Y MÉTODOS

Para la elaboración de este artículo de revisión multidisciplinaria sobre el eje microbioma-
intestino-piel y su impacto en la cicatrización, inflamación sistémica post-trauma y disfunción
hepática, se realizó una búsqueda sistemática y exhaustiva de literatura científica actualizada en
bases de datos electrónicas reconocidas, incluyendo PubMed, Scopus, Web of Science y SciELO.
Se utilizaron términos clave en español e inglés relacionados con microbioma, eje intestino-piel,
cicatrización, inflamación sistémica y función hepática.

Los criterios de selección incluyeron artículos originales, revisiones sistemáticas,
metaanálisis y estudios clínicos y preclínicos publicados en los últimos diez años, con énfasis en
investigaciones con alto rigor metodológico y datos validados mediante técnicas moleculares
avanzadas como secuenciación de alto rendimiento (Next-Generation Sequencing, NGS) para
caracterización del microbioma (16S rRNA para bacterias, ITS para hongos). Se priorizaron
estudios que abordaran mecanismos fisiopatológicos, interacciones inmunológicas y metabólicas,
así como ensayos experimentales y propuestas terapéuticas basadas en moduladores del
microbioma.

La revisión incluyó análisis cualitativo y cuantitativo de la evidencia sobre la influencia del
microbioma intestinal y cutáneo en la respuesta inflamatoria local y sistémica, la integridad de la
barrera epitelial, y los procesos de reparación tisular, así como su relación con la función hepática,
utilizando criterios de evaluación crítica y síntesis narrativa. Se incorporaron estudios tanto
humanos como modelos experimentales animales para una perspectiva integrativa.

Finalmente, el abordaje metodológico contempló un análisis interdisciplinario que incluyó
aspectos microbiológicos, inmunológicos, clínicos y nutricionales para sustentar las conclusiones
y recomendaciones con un enfoque terapéutico personalizado orientado a pacientes post-trauma.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La comprensión de la cicatrización de heridas ha evolucionado notablemente desde sus
inicios en la medicina tradicional hasta nuestros días, pasando por diferentes paradigmas que
enfatizan el papel fundamental de la microbiota en este proceso. Históricamente, la cicatrización
se consideró un fenómeno puramente celular y vascular, donde las bacterias eran vistas
exclusivamente como agentes patógenos que retrasaban la reparación. Sin embargo, la
investigación contemporánea ha revelado que la microbiota cutánea no solo es un agente pasivo,
sino un componente activo en la regulación de la cicatrización, desempeñando un papel dual como
modulador tanto de la inflamación como de la reparación tisular (Edwards et al., 2023).
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 739
Desde finales del siglo XX, los avances en técnicas moleculares y de secuenciación han
permitido identificar especies microbianas específicas, como Staphylococcus epidermidis, que
estimulan respuestas inmunológicas beneficiosas como la producción de defensinas y la
modulación de células inmunitarias (Nakatsuji et al., 2017). A su vez, se ha reconocido que las
heridas crónicas presentan un déficit en la diversidad microbiana y un aumento de
microorganismos que forman biopelículas patógenas, lo que explica la evolución prolongada y
resistencia al tratamiento en ciertos tipos de heridas (Verbanic et al., 2020).

El concepto actual del eje microbioma-intestino-piel integra estos hallazgos y amplía el
enfoque, postulando que la cicatrización cutánea está influenciada no solo localmente por el
microbioma cutáneo sino también por el microbioma intestinal, debido a su capacidad de modular
la inflamación sistémica y el metabolismo hepático (Jimenez-Sanchez et al., 2025). Estudios
recientes muestran cómo el desequilibrio microbiológico intestinal post-trauma contribuye a la
inflamación prolongada que afecta negativamente la regeneración tisular y la función hepática,
consolidando la visión del organismo como un sistema interconectado donde la microbiota juega
un papel integrador (Dokoshi et al., 2024).

Este análisis histórico y científico sustenta la relevancia de estudiar el eje microbioma-
intestino-piel como objetivo de investigaciones que integren múltiples disciplinas, para avanzar
en la comprensión y tratamiento de condiciones clínicas complejas asociadas a la cicatrización y
la inflamación sistémica.

La problemática de la cicatrización de heridas ha sido objeto de estudio desde tiempos
tradicionales, donde la influencia de los microorganismos fue inicialmente percibida
exclusivamente como un factor negativo que provocaba infecciones y retardaba la reparación
tisular (Edwards et al., 2023). Sin embargo, los avances científicos de las últimas décadas han
demostrado que la microbiota cutánea desempeña un papel fundamental y activo en la regulación
de la cicatrización. Se ha identificado que especies bacterianas como Staphylococcus epidermidis
promueven la producción de moléculas antimicrobianas y mediadores inmunomoduladores que
facilitan la reparación, mejorando la respuesta inflamatoria y acelerando el proceso de
cicatrización (Nakatsuji et al., 2017).

Además, investigaciones recientes han revelado que heridas crónicas presentan
alteraciones significativas en la diversidad y composición microbiana, con predominancia de
biopelículas patógenas que dificultan la cicatrización (Verbanic et al., 2020). El concepto
contemporáneo del eje microbioma-intestino-piel amplía esta visión, sugiriendo que el
microbioma intestinal también contribuye a la regulación del proceso inflamatorio y regenerativo,
dado su impacto en la inflamación sistémica y la función hepática post-trauma (Jimenez-Sanchez
et al., 2025; Dokoshi et al., 2024).

La integración de esta perspectiva multidimensional fundamenta la importancia de estudiar
conjuntamente la microbiota intestinal y cutánea para comprender mejor los mecanismos que
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afectan la cicatrización y la inflamación sistémica, así como para desarrollar terapias más
efectivas basadas en modulación microbiana.

Esta sección presenta un análisis detallado y cualitativo de la evidencia científica recopilada
sobre el eje microbioma-intestino-piel y su impacto en la cicatrización, la inflamación sistémica
tras trauma y la disfunción hepática. Se destacan resultados claves en estudios experimentales y
clínicos que permiten comprender las interacciones microbianas, inmunológicas y metabólicas
involucradas en estos procesos, con apoyo en tablas que resumen la información más relevante.

Diversos estudios muestran que la microbiota de la piel influye directamente en la salud
cutánea y la cicatrización, modulando la actividad de células inmunes implicadas en la reparación
tisular (Patel et al., 2022). Algunas especies comensales, como Staphylococcus epidermidis,
promueven la expresión de moléculas antimicrobianas (por ejemplo perforina-2), que ayudan a
eliminar patógenos oportunistas como Staphylococcus aureus, facilitando la cicatrización óptima
(Patel et al., 2022). Además, se ha evidenciado que la administración de probióticos tópicos o
sistémicos, como Lactobacillus reuteri, acelera el proceso de reparación al inducir células T
reguladoras y reducir infiltrados de neutrófilos, lo que disminuye el tiempo de cicatrización
(Salem et al., 2018; Poutahidis et al., 2013).

Tabla 1

Microbota cutánea y su rol en la cicatrización de heridas

Autor(es)
Microorganismos
Clave
Mecanismo de Acción Efecto Clinico Referencia
Patel et al.
Staphylococcus
epidermidis

Inducción de perforina-2
para eliminar S. aureus

Mejora la
cicatrización

Patel et al.,
2022

Salem et al.
Lactobacillus reuteri
Estimulación de células
T reguladoras y
reducción de neutrófilos

Reducción del
tiempo para
cicatrización

Salem et al.,
2018

Poutahidis
et al.
Lactobacillus reuteri Modulación inmune vía
oxitocina y T reguladoras

Cicatrización
acelerada

Poutahidis et
al., 2013

Influencia del microbioma intestinal en la inflamación sistémica post-trauma

Estudios experimentales revelan que la disbiosis intestinal inducida por trauma cutáneo
altera la composición microbiana y aumenta la permeabilidad intestinal, facilitando la
translocación bacteriana y la liberación de endotoxinas sistémicas que perpetúan un estado
inflamatorio crónico (Dokoshi et al., 2024). La presencia de fragmentos derivados del ácido
hialurónico en la circulación post-lesión cutánea induce la producción aumentada de moléculas
antimicrobianas (Reg3) en el colon, que junto con la alteración del microbioma favorece la
inflamación intestinal y la activación inmune sistémica (Dokoshi et al., 2024). Estos procesos
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impactan negativamente la función hepática, contribuyendo a su disfunción por inflamación
crónica y estrés oxidativo.

Tabla 2

Efectos de la disbiosis intestinal post-trauma en la inflamación sistémica y función hepática

Autor(es)
Condición
Cambios en
microbioma y
respuesta inmune

Consecuencias clínicas
Referencia
Dokoshi et
al.
Trauma cutáneo
Aumento de
permeabilidad intestinal
y endotoxinemia

Inflamación intestinal
sistémica y disfunción
hepática

Dokoshi et
al., 2024

Gallo et al.

Fragmentos de
ácido
hialurónico

Inducción de Reg3 y
alteración microbioma
intestinal

Mayor susceptibilidad a
colitis y daño hepático

Gallo et al.,
2024

Análisis cualitativo

La evidencia indica que la interacción bidireccional entre el microbioma intestinal y
cutáneo es fundamental para la regulación de la inflamación post-trauma y la cicatrización. La
modulación de microbiomas específicos a través de probióticos o prebióticos muestra un
significativo potencial terapéutico para equilibrar estas respuestas y prevenir complicaciones
sistémicas, especialmente relacionadas con la función hepática. No obstante, se requieren estudios
adicionales que aborden la variabilidad individual de la microbiota y consideren factores
ambientales, genéticos y nutricionales para optimizar intervenciones personalizadas con impacto
clínico efectivo.

DISCUSIÓN

Los resultados presentados ofrecen un panorama integrador y de profundo análisis sobre la
relevancia del eje microbioma-intestino-piel en los procesos de cicatrización, inflamación
sistémica post-trauma y disfunción hepática asociada. Históricamente, la microbiota fue
entendida fundamentalmente como un factor patógeno en la cicatrización cutánea; sin embargo,
los hallazgos actuales confirman que ciertos microorganismos comensales desempeñan roles
esenciales en la promoción de la reparación y la modulación de la inflamación.

El microbioma cutáneo, en particular especies como Staphylococcus epidermidis, ejerce
una función inmunomoduladora crucial al producir defensinas y perforinas que controlan la
colonización por patógenos oportunistas y promueven la cicatrización efectiva (Patel et al., 2022).
Este efecto benéfico se potencia con el uso de probióticos tópicos o sistémicos, que inducen una
respuesta inmune reguladora y disminuyen la infiltración de neutrófilos, acelerando la reparación
tisular (Salem et al., 2018; Poutahidis et al., 2013). Estos datos ubican al microbioma como un
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 742
actor activo en la restauración de la barrera cutánea, contrario a la visión tradicional
exclusivamente focalizada en la erradicación bacteriana.

Por otra parte, la disbiosis intestinal post-trauma representa un factor crítico en la
perpetuación de la inflamación sistémica y la afectación hepática. La evidencia muestra que el
desequilibrio microbiano y la subsecuente permeabilidad aumentada permiten la translocación
bacteriana y la circulación de endotoxinas, activando respuestas inflamatorias crónicas que
interfieren con los procesos regenerativos y la función hepática (Dokoshi et al., 2024). La
producción de metabolitos microbianos inmunomoduladores, como los ácidos grasos de cadena
corta, se ve comprometida, exacerbando la inflamación y retrasando la cicatrización (Jimenez-
Sanchez et al., 2025). Esta interacción sistémica refuerza la necesidad de un abordaje
multidisciplinario que no solo considere la reparación local sino también la restauración profunda
del equilibrio microbiano intestinal.

Además, los estudios reflejan que intervenciones nutricionales y terapéuticas dirigidas a la
modulación del microbioma, incluyendo probióticos, prebióticos y simbióticos, podrían constituir
estrategias efectivas para mejorar la cicatrización, reducir la inflamación y preservar la función
hepática (Patel et al., 2022; Salem et al., 2018). No obstante, la heterogeneidad individual del
microbioma y las múltiples variables ambientales, genéticas y clínicas condicionan la respuesta,
subrayando la importancia de personalizar tratamientos basados en perfiles microbianos y del
huésped.

Recomendaciones derivadas del estudio

Con base en la evidencia científica detallada en este estudio, se derivan las siguientes
recomendaciones para optimizar la cicatrización, controlar la inflamación y preservar la función
hepática a través del manejo del eje microbioma-intestino-piel:

1.
Modulación personalizada del microbioma: Se recomienda incorporar evaluaciones
microbiológicas integrales para caracterizar tanto el microbioma cutáneo como intestinal
en pacientes post-trauma. Esto permitirá diseñar intervenciones personalizadas con
probióticos, prebióticos o simbióticos dirigidos a restaurar la diversidad y función
microbiana óptima, favoreciendo la cicatrización y controlando la inflamación sistémica
(Bădăluță et al., 2024).

2.
Uso racional y restringido de antimicrobianos tópicos y sistémicos: Para aprovechar el
papel beneficioso del microbioma en la reparación, se aconseja evitar el uso indiscriminado
de antibióticos, que puede causar disbiosis y empeorar la inflamación. Los antimicrobianos
deben administrarse únicamente ante signos claros de infección y siempre bajo supervisión
médica, preferiblemente seleccionando agentes con menor impacto en la microbiota
comensal (Romero-Collado et al., 2022).

3.
Estrategias nutricionales integradas: Se recomienda promover dietas ricas en fibra
prebiótica, alimentos fermentados y otros nutrientes clave que favorecen la producción
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 743
microbiana de metabolitos beneficiosos como los ácidos grasos de cadena corta,
contribuyendo a la inmunomodulación y mejorando la integridad de las barreras intestinal
y cutánea (Salem et al., 2018).

4.
Incorporación de terapias complementarias: El uso de probióticos tópicos, terapias con
plasma frío y otros bioproductos que modulan positivamente el microbioma cutáneo
ofrecen un potencial beneficio en la aceleración de la cicatrización y reducción de
complicaciones inflamatorias, que deben incluirse como parte de protocolos integrativos
en el manejo de heridas post-trauma (Patel et al., 2022; Poutahidis et al., 2013).

5.
Vigilancia y seguimiento clínico multidisciplinario: Se recomienda implementar un
monitoreo continuo de la microbiota y los parámetros inflamatorios e inmunológicos, junto
a la evaluación de la función hepática en pacientes con heridas traumáticas complejas o
prolongadas, para ajustar intervenciones y prevenir complicaciones sistémicas.

Estas recomendaciones resaltan la importancia de adoptar un enfoque multidisciplinario,
personalizado y basado en evidencia para maximizar la restauración funcional y la salud integral
en pacientes afectados por trauma. La integración del conocimiento microbiológico con las
prácticas clínicas tradicionales y nuevas terapias es clave para el progreso en el tratamiento
regenerativo.

En conclusión, este cuerpo de evidencia consolida el eje microbioma-intestino-piel como
un eje fisiopatológico central en la recuperación post-trauma. Reconocer la dualidad funcional de
los microbiomas intestinal y cutáneo, en sinergia con la inmunidad y el metabolismo hepático,
abre nuevas perspectivas para el desarrollo de terapias integrativas que optimicen la cicatrización
y minimicen complicaciones inflamatorias sistémicas. Esta visión multidisciplinaria y
personalizada constituye un avance significativo para la medicina regenerativa y la salud integral.

CONCLUSIONES

El presente estudio reafirma la compleja y fundamental participación del eje microbioma-
intestino-piel en la regulación de la cicatrización de heridas, la inflamación sistémica post-trauma
y la función hepática. La evidencia recopilada demuestra que un microbioma cutáneo e intestinal
equilibrado no solo favorece la recuperación tisular local, sino que también modula la respuesta
inflamatoria sistémica que influye directamente en el pronóstico post-trauma.

Se concluye que la disbiosis, tanto intestinal como cutánea, representa un factor crítico que
prolonga la inflamación y dificulta la reparación, además de predisponer a disfunciones hepáticas
productoras de complicaciones adicionales. La modulación del microbioma, a través de
intervenciones personalizadas con probióticos, prebióticos y estrategias nutricionales orientadas
a restaurar la diversidad microbiana y la producción de metabolitos beneficiosos, es una
herramienta prometedora para optimizar la cicatrización y reducir la inflamación sistémica.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 744
Además, la evidencia indica la importancia de limitar el uso indiscriminado de
antimicrobianos que alteran la microbiota natural y pueden favorecer resistencias y
complicaciones inflamatorias. La incorporación de técnicas terapéuticas complementarias
dirigidas a restaurar la microbiota cutánea y mejorar la función barrera, tales como el uso de
probióticos tópicos y plasma frío, ofrecen un valor agregado a los protocolos convencionales de
tratamiento de heridas.

Finalmente, la integración de un enfoque multidisciplinario y personalizado que incluya la
monitoreo continuo del microbioma y la función hepática es esencial para avanzar hacia
tratamientos regenerativos efectivos y una mejor calidad de vida en pacientes con heridas post-
trauma. Estos hallazgos abren nuevas fronteras para la investigación y la práctica clínica orientada
a la salud integral a partir del entendimiento profundo del eje microbioma-intestino-piel.
Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 745
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