Vol. 12/ Núm. 4 2025 pág. 350
https://doi.org/
10.69639/arandu.v12i4.1676
Entre la teoría y la práctica: estudio sobre la percepción y
aplicación de metodologías docentes en la Facultad de
Ciencias Contables, Administrativas y Económicas de la
Universidad Nacional de Pilar, año 2025

Between Theory and Practice: A Study on the Perception and Application of Teaching

Methodologies at the Faculty of Accounting, Administrative and Economic Sciences of

the National University of Pilar, 2025

María Lucía Jara Aguilar

luciajaraa91@gmail.com

https://orcid.org/0009-0005-8031-5671

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Paraguay- Pilar

Artículo recibido: 18 septiembre 2025 - Aceptado para publicación: 28 octubre 2025

Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.

RESUMEN

La presente investigación tuvo como objetivo principal evaluar la percepción y aplicación de
metodologías docentes en la carrera de Contaduría Pública de la Facultad de Ciencias Contables,
Administrativas y Económicas de la Universidad Nacional de Pilar, Aula San Juan Misiones, en
el año 2025. Se empleó un enfoque metodológico mixto, de tipo no experimental y descriptivo,
para analizar tanto la visión de estudiantes y docentes. Los resultados evidencian una brecha entre
la percepción de los docentes, que se sienten muy satisfechos con sus métodos y creen que
contribuyen significativamente al rendimiento académico, y la experiencia de los estudiantes,
cuya satisfacción general con las metodologías aplicadas es insuficiente. Se observó que, si bien
la docencia magistral es valorada, existe una incorporación limitada o intermitente de
metodologías activas y tecnológicas. Se concluye que, para mejorar la experiencia formativa, es
esencial fortalecer las estrategias pedagógicas que promuevan un equilibrio más integrado entre
teoría y práctica, así como una participación estudiantil más dinámica.

Palabras clave: aprendizaje activo, educación superior, metodologías docentes,
percepción estudiantil

ABSTRACT

The main objective of this research was to evaluate the perception and application of teaching

methodologies in the Public Accounting program of the Faculty of Accounting, Administrative

and Economic Sciences at the National University of Pilar, San Juan M
isiones Campus, in 2025.
A mixed methodological approach, non
experimental and descriptive in nature, was employed to
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analyze both the perspectives of students and faculty, as well as the institutional strategies in

place. The results reveal a significant gap between faculty perceptions
who report being highly
satisfied with their methods and believe they contribute substantially to academic performance

and the students’ experiences, whose overall satisfaction with the methodologies applied is

insufficient. While lecture
-based teaching is valued, the incorporation of active and technological
methodologies is found to be li
mited or intermittent. The study concludes that, to enhance the
educational experience, it is essential to strengthen pedagogical strategies that promote a more

integrated balance between theory and practice, as well as more dynamic student participation.

Keywords
: university dropout, active learning, higher education, teaching methodologies,
student perception

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licencia Creative Commons Atribution 4.0 International.
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INTRODUCCIÓN

El panorama actual de la educación superior demanda una constante reevaluación de las
estrategias pedagógicas para asegurar la calidad y efectividad de la enseñanza. La forma en que
los docentes aplican las metodologías y cómo estas son percibidas por los estudiantes es un factor
determinante en el proceso de aprendizaje. A pesar de la vasta literatura que aborda la importancia
de la innovación en el aula, existe una necesidad de comprender cómo se manifiestan estas
dinámicas en contextos específicos, como la carrera de Contaduría Pública en la Sede de San Juan
Misiones.

El presente trabajo de investigación se justifica por la necesidad de analizar en
profundidad la aplicación y la percepción de las metodologías docentes en este contexto
académico particular. Este artículo se centrará en el núcleo de la investigación: la interacción
entre la teoría y la práctica en el aula. La relevancia de este estudio radica en que sus hallazgos
pueden servir como base para el diseño de políticas y programas académicos más efectivos, que
fortalezcan la experiencia formativa.

Teóricamente, este estudio se enmarca en la discusión sobre la calidad del ejercicio
docente y su impacto en el aprendizaje. Se apoya en conceptos desarrollados por autores como
Cejas León et al. (2016) sobre el rol del docente de calidad, y en la investigación de García Aretio
(2020) sobre la necesidad de metodologías activas y el uso de la tecnología para el aprendizaje en
la era digital. Estos antecedentes y marcos teóricos son esenciales para comprender que la calidad
educativa está intrínsecamente ligada a la experiencia pedagógica que se ofrece en el aula.

El objetivo general de esta investigación es analizar la aplicación y percepción de las
metodologías docentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la carrera de Contaduría
Pública del Aula de San Juan Misiones, con el fin de identificar fortalezas y oportunidades de
mejora en la experiencia formativa. Para lograrlo, se establecieron los siguientes objetivos
específicos: Identificar la percepción de los estudiantes sobre metodologías que aplican los
docentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje y Conocer qué metodologías aplican los
docentes en el proceso.

La presente investigación se fundamenta en un marco teórico que concibe la calidad de
la educación superior como un sistema complejo, en el que la percepción del estudiante y la
aplicación de metodologías docentes son factores interdependientes y cruciales para el éxito
académico y la permanencia. En este contexto, el estudio se apoya en los siguientes postulados:

El rol del docente de calidad y la satisfacción estudiantil: Según Cejas León et al.
(2016), un docente de calidad es más que un simple transmisor de conocimiento. Su rol
abarca la aplicación de competencias pedagógicas, didácticas, tecnológicas y humanas. La
forma en que el docente implementa sus metodologías influye directamente en la
percepción de valor que el estudiante le asigna al proceso educativo. Una metodología bien
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planificada, que estimula el interés y la participación, genera un ambiente de aprendizaje
positivo y, consecuentemente, aumenta la satisfacción del estudiante. Cuando los alumnos
se sienten satisfechos, se fortalece su compromiso y su vinculación con la institución, lo
que reduce el riesgo de desinterés y posterior deserción.

El desempeño docente está influenciado por el contexto socio institucional en el que se
desarrolla, incluyendo factores sociales, financieros, culturales, tecnológicos y políticos de la
región y la institución. Además, la planificación académica parte de metas y objetivos
institucionales que requieren compromisos alineados con dichos fines. La planificación específica
de cada disciplina también incide en la práctica educativa, con el objetivo de que los estudiantes
logren aprendizajes valiosos y altos niveles de satisfacción (García Aretio, 2020).

Los estudiantes que enfrentan dificultades o se encuentran insatisfechos optan por
abandonar el sistema educativo. A nivel global, la deserción afecta a instituciones de educación
superior en distintos países, y Paraguay no es la excepción. Su impacto no solo es académico,
sino también social y económico, ya que el Estado invierte recursos en la educación pública y,
cuando un estudiante abandona la universidad, se genera una pérdida tanto financiera como de
capital humano (Smulders Chaparro, 2018).

Desde la perspectiva de Fernández Hileman y otros, (2014) la capacidad para diseñar y
adaptar las políticas de retención al contexto específico de cada institución, así como la habilidad
para identificar programas y prácticas que promuevan la permanencia, son aspectos
fundamentales para lograr el éxito de sus estudiantes. Esto implica que las universidades no solo
deben preocuparse por el rendimiento académico de los estudiantes, sino que también deben
investigar y comprender el impacto de sus propias acciones y políticas en la retención. estudiantil.

Teoría de la Carga Cognitiva y el Aprendizaje Multimedia

John Sweller desarrolló la Teoría de la Carga Cognitiva en la década de 1980, con el
propósito de explicar los límites de la memoria de trabajo en el procesamiento de información.
Esta teoría sostiene que la capacidad cognitiva humana es limitada y que, cuando la cantidad de
información supera dicho límite, el aprendizaje se ve afectado negativamente, ya que el cerebro
no puede procesar ni almacenar eficazmente los nuevos contenidos. Durante esa misma década,
la teoría fue sometida a diversas comprobaciones empíricas en contextos educativos, lo que
permitió identificar varios efectos asociados al aprendizaje, tales como el efecto de la finalización
de problemas, el efecto de modalidad, el efecto de división de la atención, el efecto de ejemplo
trabajado y el efecto de reversión de la experiencia. Estos hallazgos demostraron que la
organización y presentación de la información influyen directamente en la eficiencia del
aprendizaje y en la carga mental que experimenta el estudiante (Sweller, 1988, citado por
rdenas Pernett, (2018).

Andrade-Lotero, (2012) señala que la Teoría de la Carga Cognitiva (Sweller, 1994) y la
Teoría Cognitiva del Aprendizaje Multimedia (Mayer, 2005) plantean que el diseño de los
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materiales educativos debe corresponderse con el funcionamiento de la Arquitectura Cognitiva
Humana (ACH). Ambas teorías sostienen que la memoria de trabajo posee una capacidad limitada
para procesar nueva información, por lo que una sobrecarga de estímulos puede dificultar el
aprendizaje. Según estos enfoques, la información se procesa a través de canales sensoriales
diferenciados auditivo y visual, lo que permite optimizar la comprensión si los materiales
didácticos distribuyen adecuadamente la información entre ambos canales, evitando la saturación
de uno solo. Asimismo, el aprendizaje efectivo ocurre cuando el estudiante logra vincular la nueva
información con los esquemas previos almacenados en su memoria de largo plazo, integrándola
de manera significativa.

La promoción de metodologías activas y el aprendizaje profundo

La teoría de García Aretio (2020) subraya que la educación superior, en la era digital,
debe trascender el modelo tradicional de exposición magistral. Las metodologías activas, como
el aprendizaje basado en problemas, proyectos y casos de estudio promueven que el estudiante
construya su propio conocimiento en lugar de solo recibirlo. La percepción de que estas
metodologías se utilizan de manera limitada o intermitente como lo reflejan los resultados de la
encuesta, indica una brecha entre la práctica docente y el ideal pedagógico que busca un
aprendizaje más profundo y significativo. La implementación de estas estrategias no solo mejora
la comprensión conceptual, sino que también desarrolla habilidades de pensamiento crítico y
resolución de problemas, esenciales para el futuro profesional.

Teoría del Aprendizaje Profundo y Habilidades

La discusión sobre los métodos pedagógicos utilizados por los docentes en las aulas
universitarias ha tomado un lugar importante en los últimos años. En especial, los denominados
métodos activos, es decir, aquellos que promueven la actividad de los estudiantes en clase, en
contraposición a una actitud pasiva, aparecen formando algo así como el discurso hegemónico en
casi todas las instituciones de Educación Superior
(Espejo Leupín, 2016).
En el ámbito de la pedagogía universitaria, Béchard (2008, p. 561) realizó un análisis del
núcleo referencial que configura el espacio intelectual de esta disciplina. Para ello, examinó las
referencias bibliográficas más citadas en tres revistas académicas representativas del campo. A
partir de dicho estudio, el autor identificó tres programas de investigación, en el sentido planteado
por Lakatos: el primero, orientado al desarrollo personal de los actores educativos; el segundo,
centrado en la pedagogía de las competencias; y el tercero, enfocado en el cambio pedagógico
como proceso de transformación de las prácticas docentes y de los entornos de aprendizaje.

Según Adolphe Ferrière (2004, p. 52), uno de los principales difusores de este enfoque
pedagógico, lo fundamental radica en valorar la espontaneidad y la expresión creativa del niño.
Para lograrlo, es imprescindible considerar todas sus dimensiones: intelectual, afectiva y volitiva.
En palabras del autor, “la razón no lo es todo. Al lado de la inteligencia y de la intuición está el
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hombre, el sentimiento; está la voluntad, la vida bajo sus múltiples aspectos”, resaltando así la
integralidad del desarrollo infantil.

Otro referente clave del enfoque progresista en educación es el movimiento de la
Educación Progresista en Estados Unidos, especialmente el trabajo de John Dewey y su famoso
concepto de “aprender haciendo” (learning by doing). Aunque Dewey no fue el único en su
tiempo comprometido con la reforma escolar (Deledalle, 1995), su vasta producción escrita, su
labor en la Escuela Experimental de la Universidad de Chicago junto a su esposa y sus ideas
innovadoras lo consolidan como el máximo representante del movimiento progresista.

Según Piaget (1968, p. 282), el conocimiento surge de la acción del sujeto sobre los
objetos, ya que comprender implica transformarlos. Desde las acciones sensoriomotrices básicas
hasta las operaciones intelectuales más complejas, que se realizan internamente en el
pensamiento, todo proceso de aprendizaje está vinculado a operaciones o transformaciones que
permiten construir y reorganizar el conocimiento.

La autorregulación del aprendizaje como factor clave: Zimmerman (2000) destaca la
importancia del aprendizaje autorregulado, un proceso por el cual los estudiantes activan y
mantienen sus pensamientos, comportamientos y sentimientos para lograr sus objetivos. La
calidad de las metodologías docentes es un factor externo que puede fomentar o dificultar
esta autorregulación. Unas instrucciones claras, una retroalimentación constructiva y la
implementación de un equilibrio adecuado entre teoría y práctica, ayudan al estudiante a
gestionar su propio proceso de aprendizaje. Cuando el estudiante percibe que el apoyo
docente es "regular" o que las instrucciones son "confusas", su capacidad para
autorregularse se ve afectada, lo que puede llevar a la frustración y al bajo rendimiento,
como lo destaca la propia tesis.

La teoría de la integración social y académica: Vincent Tinto (1989) propone un modelo
que sostiene que el abandono estudiantil es un resultado de la falta de integración
académica y social. Desde la perspectiva académica, la percepción del estudiante sobre la
utilidad de las metodologías docentes y el apoyo institucional juega un papel crucial. Un
estudiante que se siente integrado y valorado por la institución, y que además encuentra las
metodologías de enseñanza pertinentes y efectivas, es menos propenso a abandonar sus
estudios. Los programas de apoyo, como las tutorías y las asesorías académicas, funcionan
como puentes que mejoran esta integración, mitigando los riesgos inherentes a las
dificultades académicas y personales.

La hipótesis de este trabajo plantea que existe una diferencia significativa entre la
percepción de los estudiantes y la autopercepción de los docentes en relación con la aplicación de
las metodologías de enseñanza-aprendizaje. Se espera que esta brecha evidencie oportunidades
de mejora para alinear las prácticas docentes con las expectativas y necesidades de los estudiantes,
fortaleciendo así la calidad de la experiencia formativa en la carrera de Contaduría Pública.
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La relevancia de esta investigación radica en la necesidad de analizar y comprender de
manera específica las dinámicas pedagógicas en el aula universitaria. La relevancia de este estudio
no es sobre la deserción, sino que radica en que sus hallazgos pueden servir como base para el
diseño de políticas y programas académicos más efectivos. Al identificar las fortalezas en las
metodologías existentes y señalar las áreas que requieren atención, el estudio proporciona
información valiosa para optimizar el proceso de enseñanza y enriquecer la experiencia de
aprendizaje de los estudiantes.

El principal aporte de esta investigación se centra en proporcionar una herramienta
diagnóstica y propositiva para la mejora continua de la calidad educativa. Aporta
recomendaciones concretas y dirigidas a la institución para fortalecer la aplicación de
metodologías activas y mejorar la comunicación entre docentes y estudiantes, lo que contribuirá
a una experiencia de aprendizaje más significativa y satisfactoria para la comunidad estudiantil.

MATERIALES Y MÉTODOS

Para llevar a cabo esta investigación, se inició con una revisión de artículos elaborados
por diversos autores que abordan el tema en cuestión. Los recursos utilizados para acceder a estos
documentos incluyeron plataformas como Google Académico y el portal CICCO de Conacyt
Paraguay. La búsqueda se realizó utilizando términos clave como "percepción y aplicación de
metodologías docentes", "rendimiento académico" y "deserción universitaria". Se identificaron
bibliografías, se elaboraron fichas bibliográficas que detallaban el año de publicación, el título y
el objetivo del trabajo. Posteriormente, se realizó un análisis de los textos para seleccionar
aquellos que eran pertinentes para la investigación, siguiendo las fuentes y referencias conforme
a las Normas de Estilo APA.

Posteriormente, se realizó el trabajo de campo siguiendo una metodología con un enfoque
cuantitativo y de tipo descriptivo. Se utilizó un diseño no experimental y transversal, que permite
observar los fenómenos en su entorno natural sin manipular deliberadamente las variables. La
población de estudio estuvo conformada por los estudiantes matriculados en los cursos 4to y 5to
de la carrera de Contaduría Pública en el Aula de San Juan Misiones, que totalizaron 16
estudiantes, así como por 19 docentes de la Facultad de Ciencias Contables, Administrativas y
Económicas del Aula de San Juan Bautista Misiones.

En cuanto a las técnicas de recolección de datos, se emplearon cuestionarios con
preguntas cerradas dirigidas a los estudiantes y docentes para recopilar información cuantitativa
sobre sus percepciones de las metodologías de enseñanza y su nivel de satisfacción. Para el
análisis de la información se recurrió a la estadística descriptiva, utilizando frecuencias y
porcentajes. Con relación a los criterios de inclusión, se consideraron a los estudiantes y docentes
que aceptaron participar en la investigación.
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RESULTADOS

Tabla 1

Resultados de la percepción estudiantil sobre metodologías docentes

Descripción de la Percepción
Frecuencia Porcentaje
Utilidad de clases magistrales

Útiles
12 72 %
Muy útiles
4 28 %
Frecuencia de uso de aprendizaje basado en proyectos
(ABP)

A veces
8 47 %
Rara vez
5 32 %
Nunca
3 21 %
Efectividad del uso de tecnologías

Efectivo
4 23 %
Ni efectivo ni inefectivo
6 38 %
Poco efectivo
5 29 %
Nada efectivo
1 10 %
Frecuencia de interacción y participación en clase

A menudo
6 41 %
A veces
6 35 %
Rara vez
4 24 %
Fomento de la participación general

Sí, siempre
7 43 %
A veces
7 44 %
Sí, a menudo
2 13 %
Utilidad de casos prácticos y simulaciones

En buena medida
8 51 %
En gran medida
4 22 %
En una medida moderada
4 27 %
Claridad de las instrucciones

Muy claras
5 31 %
Claras
3 18 %
Aceptables
4 21 %
Confusas
4 30 %
Equilibrio entre teoría y práctica

Es adecuado, pero podría mejorar
7 42 %
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No, hay demasiada práctica
7 44 %
No, hay demasiada teoría
2 14 %
Apoyo docente ante dudas

Regular
7 47 %
Muy bueno
5 31 %
Bueno
4 22 %
Satisfacción general con las metodologías

Poco satisfecho/a
7 41 %
Nada satisfecho/a
5 31 %
Neutral
4 28 %
En la tabla se puede apreciar que las clases magistrales son altamente valoradas por los
estudiantes, ya que el 100 % de ellos las considera útiles o muy útiles. Esto refleja que, a pesar de
ser una metodología tradicional, sigue teniendo un papel relevante como recurso para organizar
y transmitir conocimientos de manera estructurada.

Por otra parte, el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) se aplica poco, dado que un
53% de los estudiantes afirma que se utiliza rara vez o nunca. Este dato pone en evidencia la
limitada incorporación de metodologías activas, lo que podría limitar el desarrollo de
competencias prácticas y de trabajo autónomo.

En cuanto al uso de tecnologías educativas, la percepción resulta ambivalente:
únicamente un 23% de los encuestados considera que son efectivas, lo que indica que su
integración pedagógica es débil y no logra traducirse en experiencias de aprendizaje
significativas.

Asimismo, la interacción y participación en clase es limitada, pues la mayoría de los
estudiantes declara participar solo “a veces” o “rara vez”. Esto refleja la necesidad de generar
espacios más dinámicos y colaborativos que promuevan el diálogo y la construcción conjunta del
conocimiento.

En contraste, los casos prácticos y simulaciones son bien valorados, ya que un 73 % de
los estudiantes los considera útiles en buena o gran medida. Este hallazgo confirma la importancia
de las metodologías que vinculan teoría y práctica, favoreciendo aprendizajes aplicables a
situaciones reales.

En relación con la claridad de las instrucciones, los resultados son mixtos: mientras
algunos las perciben claras, un 30 % las considera confusas. Este aspecto es crítico, pues la falta
de claridad puede afectar la comprensión de las tareas y generar inseguridad en los estudiantes.

Respecto al equilibrio entre teoría y práctica, las opiniones están divididas. Si bien un
grupo considera que existe un balance adecuado, la mayoría percibe un exceso de práctica o de
teoría, lo que evidencia la dificultad de encontrar un punto de equilibrio que satisfaga a todos los
estudiantes.
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De igual modo, el apoyo docente ante las dudas es evaluado como regular, ya que solo
un 31% lo califica como muy bueno. Esto sugiere que, si bien existe acompañamiento, se
requieren mayores esfuerzos para fortalecer la orientación personalizada.

La satisfacción general con las metodologías resulta crítica: un 72 % de los estudiantes
declara estar poco o nada satisfecho. Este dato evidencia la necesidad urgente de replantear las
estrategias pedagógicas, incorporando mayor variedad, claridad e interacción que respondan
mejor a las expectativas y necesidades del estudiantado.

Tabla 2

Resultados sobre la aplicación de metodologías docentes

Categoría
Frecuencia Porcentaje
Tiempo de exposición oral o magistral

0-25%
8 41 %
26-50%
11 59 %
Frecuencia de métodos interactivos

Siempre
6 31 %
Frecuentemente
7 38 %
A veces
6 31 %
Balance entre clases expositivas e interactivas

Ligeramente más expositivo que interactivo
7 37 %
Equilibrado
8 41 %
Ligeramente más interactivo que expositivo
3 12 %
Predominantemente interactivo
1 10 %
Integración de tecnología en la enseñanza

Siempre
15 81 %
Frecuentemente
4 19 %
Uso de software especializado

Contabilidad
7 39 %
Análisis de datos
5 27 %
No utilizo software especializado
7 34 %
Frecuencia de Proyectos/Casos prácticos en la
evaluación

Siempre
14 74 %
Frecuentemente
5 26 %
Fomento de la participación activa

Sí, en gran medida
12 62 %
Sí, en buena medida
7 38 %
Satisfacción con metodologías aplicadas
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Satisfecho/a
14 76 %
Muy satisfecho/a
5 24 %
Contribución al rendimiento académico

Sí, definitivamente
10 54 %
Sí, probablemente
6 34 %
No estoy seguro/a
3 12 %
Dominio de metodologías interactivas y tecnológicas

Moderado
8 41 %
Bueno
7 38 %
Excelente
4 21 %
En relación con el tiempo de exposición oral o magistral, los datos muestran que la
mayoría de los docentes emplea entre un 26 y 50 % de la clase en este formato (59 %), mientras
que un 41 % lo limita al 0-25 %. Esto indica que, aunque la clase expositiva sigue teniendo
presencia, se busca equilibrarla con otras metodologías más activas.

En cuanto a la frecuencia de métodos interactivos, los resultados son positivos: un 69%
de los estudiantes percibe que se aplican siempre o frecuentemente, y un 31 % señala que al menos
a veces están presentes. Esta tendencia sugiere que los docentes están incorporando espacios de
diálogo, participación y dinámicas colaborativas de forma regular.

Respecto al balance entre clases expositivas e interactivas, un 41 % considera que existe
equilibrio, mientras que un 37 % observa un ligero predominio de lo expositivo. Solo un 22 %
identifica mayor peso en lo interactivo. Esto refleja que, si bien se avanza hacia un balance más
participativo, la exposición oral aún tiene un lugar predominante.

Sobre la integración de tecnología en la enseñanza, los resultados son contundentes: un
81% afirma que siempre se utilizan herramientas tecnológicas y un 19 % que se emplean
frecuentemente. Esto muestra un compromiso docente con la innovación digital y con la
adaptación a las exigencias actuales de la educación superior.

En lo referente al uso de software especializado, un 39 % menciona programas de
contabilidad y un 27 % de análisis de datos, mientras que un 34 % indica no utilizar ninguno. Este
hallazgo sugiere que, aunque existe un esfuerzo por acercar a los estudiantes a herramientas
profesionales, aún se requiere mayor homogeneidad en su aplicación para garantizar
competencias digitales avanzadas.

La inclusión de proyectos y casos prácticos en la evaluación es muy significativa, ya que
un 74 % señala que siempre se utilizan y un 26 % que frecuentemente. Esto confirma que la
evaluación se orienta a la aplicación práctica del conocimiento y no únicamente a la
memorización de contenidos.
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En cuanto al fomento de la participación activa, un 62 % de los estudiantes considera que
se promueve en gran medida y un 38 % en buena medida. Este resultado refleja un entorno de
enseñanza en el que la voz del estudiante y su rol activo son reconocidos como parte central del
aprendizaje.

Respecto a la satisfacción general con las metodologías aplicadas, los datos son altamente
positivos: el 100 % de los estudiantes declara estar satisfecho o muy satisfecho. Esto contrasta
con resultados más críticos de otras mediciones y sugiere que, en este contexto, las estrategias
metodológicas responden a las expectativas estudiantiles.

Por último, en lo referente a la contribución al rendimiento académico, un 88 % de los
encuestados considera que las metodologías sí influyen de manera definitiva o probable en su
desempeño. De forma complementaria, el dominio docente en metodologías interactivas y
tecnológicas es percibido como moderado o bueno por un 79 % de los estudiantes, y como
excelente por un 21 %. Esto indica un nivel de competencia aceptable, aunque con margen de
mejora hacia la excelencia pedagógica.

DISCUSIÓN

Al analizar la comparación entre la percepción estudiantil y la manifestación de los
docentes, se identifican desafíos importantes para la mejora de las metodologías aplicadas en la
enseñanza. Primero, la discrepancia en la satisfacción general evidencia que, aunque los docentes
consideran que sus estrategias son adecuadas, los estudiantes no perciben plenamente su
efectividad. Esto se alinea con la teoría de la discrepancia perceptual propuesta por autores como
Zabalza (2018 citado en García Aretio, 2020), quien sugiere que la visión del docente, a menudo
basada en la intención, no siempre coincide con la experiencia real del estudiante. Por lo tanto,
esta divergencia indica la necesidad de revisar la pertinencia y la forma de implementación de las
actividades, asegurando que impacten positivamente en la experiencia de aprendizaje del alumno.

Asimismo, la limitada percepción de los estudiantes sobre el uso de metodologías activas
y participativas revela un área de oportunidad para fortalecer la incorporación del Aprendizaje
Basado en Proyectos, el trabajo colaborativo y las dinámicas que fomenten la autonomía y la
resolución de problemas. Esto refuerza los principios del aprendizaje centrado en el estudiante,
donde, según Campuzano López y otros, (2021) el aprendizaje significativo se produce cuando el
alumno se siente parte activa del proceso. De igual modo, la integración de la tecnología, aunque
frecuente según los docentes, requiere una mayor calidad pedagógica. Como señalan Álvarez-
Aguado, (2021) la verdadera efectividad de la tecnología no reside en su simple presencia, sino
en cómo se utiliza para promover metodologías activas y un aprendizaje más profundo.

Otro aspecto crítico es el equilibrio entre teoría y práctica. Las percepciones divergentes
sugieren la necesidad de diseñar estrategias más flexibles que consideren los distintos estilos de
aprendizaje, conectando los contenidos teóricos con experiencias prácticas relevantes. La
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participación estudiantil, por su parte, debe ser activamente estimulada mediante espacios de
interacción real y protagonismo, más allá de la intención declarada por los docentes. Esto resalta
la importancia de fomentar una reflexión constante sobre las metodologías aplicadas,
incorporando retroalimentación directa de los estudiantes, monitoreo del impacto en el
aprendizaje y ajustes continuos que garanticen claridad, motivación y pertinencia.

Autores como Campuzano López y otros, (2021) sostienen que no basta con aplicar una
metodología; es crucial que el estudiante perciba un rol activo y significativo. La falta de
retroalimentación directa, puede ser la causa principal de este desfase.

En síntesis, las principales oportunidades de mejora se centran en fortalecer la interacción,
la efectividad de las tecnologías, la integración de metodologías activas y la alineación entre la
percepción docente y la experiencia estudiantil, con el objetivo de construir un proceso de
enseñanza más inclusivo, participativo y satisfactorio para todos los actores del aula.

CONCLUSIONES

Los hallazgos de este estudio revelan una dicotomía fundamental entre la percepción de
los estudiantes y la autoevaluación de los docentes en lo que respecta a las metodologías de
enseñanza. Por un lado, la mayoría de los estudiantes manifestó una insatisfacción considerable,
calificando su experiencia con las metodologías aplicadas como "poco satisfecha" o "nada
satisfecha". A pesar de que valoran positivamente la utilidad de las clases magistrales y el rol de
los casos prácticos, perciben una aplicación limitada o intermitente de metodologías activas y
tecnológicas, así como un equilibrio imperfecto entre teoría y práctica. La claridad de las
instrucciones para trabajos y la interacción en el aula también mostraron un nivel de
heterogeneidad que refleja oportunidades de mejora.

Por otro lado, los docentes perciben que sus propias metodologías son altamente
efectivas, manifestando un elevado nivel de satisfacción con sus prácticas y sintiendo que
contribuyen de manera significativa al rendimiento académico. En este sentido, los datos
evidencian que los docentes aplican un enfoque equilibrado, combinando la exposición oral con
métodos interactivos y el uso frecuente de tecnología. De hecho, la asignación de proyectos y
casos prácticos como herramientas de evaluación es una práctica consolidada y sistemática en su
enfoque. Esta discrepancia entre la percepción de los estudiantes y la de los docentes subraya la
necesidad de una reevaluación objetiva de las estrategias pedagógicas para alinear las expectativas
de los alumnos con la práctica en el aula.

En suma, para cerrar la brecha entre la percepción estudiantil y docente y, al mismo
tiempo, mejorar la calidad formativa de la carrera, se requieren acciones integrales. Para ello, se
propone fortalecer la capacitación docente en metodologías activas y tecnológicas que generen
una participación más constante y homogénea. Del mismo modo, es crucial buscar un rediseño
curricular que garantice una articulación más coherente entre la teoría y la práctica en todas las
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asignaturas. Finalmente, es imperativo que la institución amplíe y mejore los programas de apoyo
existentes, tales como tutorías y asesorías académicas, y considere la implementación de
programas de mentoría entre pares para fomentar una comunidad de apoyo más sólida. Todas
estas medidas, en conjunto, contribuirán a una experiencia educativa más efectiva, motivadora y
alineada con las demandas del contexto profesional actual.
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REFERENCIAS

Álvarez-Aguado, I. (2021). Metodologías de aprendizaje activo: cómo usarlas en el aula. En H.
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