
Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 2792
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i3.1514
Angiogénesis ocular y dérmica: análisis comparativo del perfil
VEGF en DMAE y enfermedades dermatológicas vasculares
bajo tratamiento con Aflibercept
Ocular and Dermal Angiogenesis: Comparative Analysis of VEGF Profile in AMD and
Vascular Dermatological Diseases Under Aflibercept Treatment
Juan Carlos Lema Balla
juan.lema@hial.mspz7.gob.ec
https://orcid.org/0000-0002-2573-7426
Hospital General Isidro Ayora
Loja, Ecuador
Karen Jazmin Yanez Chicaiza
karenyanez98@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-7786-2784
Investigadora Independiente
Quito, Ecuador
Alex Sebastian Granja Mendoza
sebasgranm@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-6092-335X
Universidad de las Américas
Sangolquí, Ecuador
Dania Paulette Espinosa Pontón
daniep_99@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0005-3342-1615
Universidad Católica Santiago de Guayaquil
Guayaquil, Ecuador
Yina Estella Espitia Roman
yinaespitia1@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-4105-488X
Centro Médico Colsanitas Barranquilla
Barranquilla - Colombia
Artículo recibido: 18 julio 2025 - Aceptado para publicación: 28 agosto 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.
RESUMEN
La angiogénesis patológica constituye un eje fundamental en numerosos procesos morbosos, tanto
en el ámbito ocular como cutáneo. Entre las patologías más representativas se encuentran la
degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en su forma neovascular y diversas
enfermedades dermatológicas vasculares como hemangiomas y vasculitis. Un elemento medular
en la génesis de estos trastornos es la sobreexpresión del factor de crecimiento endotelial vascular
(VEGF), molécula angiogénica clave cuya inhibición terapéutica ha revolucionado el pronóstico
de estas enfermedades. El presente estudio observacional y comparativo tiene como objetivo
principal analizar las diferencias y similitudes en el perfil de VEGF en pacientes con DMAE

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neovascular y en aquellos con enfermedades dermatológicas vasculares, valorando además los
efectos del tratamiento con aflibercept, un potente inhibidor de VEGF. Se evaluaron los niveles
de VEGF pretratamiento y tras 4 semanas de terapia, midiendo la respuesta clínica, la magnitud
de reducción angiogénica y la incidencia de eventos adversos. Los resultados señalan una
sobreexpresión basal más marcada de VEGF en muestras oculares respecto a las cutáneas, así
como una respuesta inhibitoria más pronunciada en el compartimiento ocular a tratamiento anti-
VEGF. Estos hallazgos sugieren que, si bien existen mecanismos angiogénicos compartidos, las
diferencias tisulares y el microambiente resultan determinantes en la respuesta terapéutica. Se
concluye que la caracterización estructurada del perfil angiogénico es clave para optimizar la
medicina personalizada en enfermedades neovasculares de distinto origen.
Palabras clave: angiogénesis, VEGF, DMAE, enfermedades dermatológicas vasculares,
aflibercept, terapia anti-VEGF
ABSTRACT
Pathological angiogenesis serves as a pivotal mechanism in multiple morbid processes,
particularly within ophthalmological and dermatological domains. Representative conditions
such as age-related macular degeneration (AMD) in its neovascular form, and various vascular
dermatological diseases including hemangiomas and vasculitis, share the overexpression of
vascular endothelial growth factor (VEGF) as a common pathogenic denominator. This
observational comparative study primarily aims to delineate the VEGF profile disparities and
similarities in patients with neovascular AMD and those with vascular dermatological disorders,
further evaluating the impact of aflibercept, a potent VEGF inhibitor. Pre-treatment and post-
treatment (at four weeks) VEGF levels were analyzed, alongside clinical response rates, degree
of angiogenic inhibition, and adverse event frequencies. The results reveal a higher basal
overexpression of VEGF in ocular specimens compared to cutaneous tissues, as well as a more
robust VEGF suppression in the ocular compartment following anti-VEGF therapy. These
findings indicate that, despite a shared foundation of angiogenic mechanisms, tissue-specific
characteristics and local microenvironment significantly influence therapeutic outcomes. It is
concluded that a structured characterization of angiogenic profiles is essential for optimizing
personalized therapy in neovascular diseases of diverse etiologies.
Keywords: angiogenesis, VEGF, AMD, dermatological vascular diseases, aflibercept,
anti-VEGF therapy
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INTRODUCCIÓN
La angiogénesis, entendida como el proceso biológico mediante el cual se forman nuevos
vasos sanguíneos a partir de la vasculatura preexistente, es esencial tanto en el desarrollo
embrionario como en la reparación tisular y la respuesta inflamatoria. Sin embargo, su
desregulación adquiere un papel central en la fisiopatología de múltiples enfermedades crónicas
y degenerativas, entre las que destacan la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en
su variante neovascular y ciertas patologías dermatológicas vasculares, como los hemangiomas,
la psoriasis y las vasculitis cutáneas (Carmeliet & Jain, 2011; Maj et al., 2020).
En el ámbito oftalmológico, la DMAE constituye la principal causa de ceguera irreversible
en adultos mayores en países desarrollados. Su progresión neovascular se atribuye, en gran parte,
a la sobreexpresión del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), una molécula que
promueve la proliferación, migración y supervivencia endotelial, facilitando la formación de
neovasos frágiles y permeables en la mácula, responsables del deterioro visual progresivo (Ferris
et al., 2013; Ferrara & Adamis, 2016). De manera paralela, numerosos trastornos dermatológicos
de componente vascular comparten la sobreexpresión de VEGF como mecanismo patogénico
común, lo que favorece tanto la expansión capilar intralesional como la perpetuación de la
inflamación y el daño tisular (Sabaté-López et al., 2022).
El advenimiento de terapias biotecnológicas, como el aflibercept, ha supuesto un antes y
un después en la medicina dirigida antiangiogénica. Este fármaco, diseñado originalmente para
uso intraocular, actúa como una "trampa molecular" neutralizando VEGF-A, VEGF-B y el factor
placentario de crecimiento (PlGF), bloqueando eficazmente los estímulos angiogénicos en
diferentes lechos tisulares (Holash et al., 2002; Stewart, 2012).
No obstante, las diferencias anatómicas, celulares y microambientales entre el tejido ocular
y el cutáneo implican no solo un perfil diferencial en la expresión y regulación de VEGF, sino
también variaciones sustanciales en la respuesta a los antagonistas de la angiogénesis.
Comprender a fondo estas particularidades resulta indispensable para optimizar estrategias
terapéuticas personalizadas y minimizar efectos adversos.
El presente análisis comparativo surge de la necesidad de profundizar en las similitudes y
divergencias del perfil angiogénico ocular y dérmico, así como en el impacto clínico y molecular
del bloqueo de VEGF con aflibercept. Esta investigación se orienta a fortalecer el vínculo entre
el conocimiento básico y la aplicación clínica, contribuyendo a la medicina traslacional y
ofreciendo perspectivas para el desarrollo de nuevas intervenciones terapéuticas adaptadas a las
características singulares de cada tejido (Ferrara et al., 2003; Nussenblatt & Ferris, 2007)234.
El presente artículo tiene como objetivo principal realizar un análisis comparativo profundo
del perfil de expresión del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) en dos contextos
fisiopatológicos distintos pero con mecanismos angiogénicos convergentes: la degeneración

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macular asociada a la edad neovascular (DMAE) y las enfermedades dermatológicas vasculares,
evaluando, además, el impacto del tratamiento con aflibercept en ambas localizaciones.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se diseñó un estudio observacional, comparativo y prospectivo dirigido a analizar el perfil
de expresión de VEGF y la respuesta clínica al aflibercept en pacientes con degeneración macular
asociada a la edad neovascular (DMAE) y pacientes con enfermedades dermatológicas
vasculares. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación de la institución,
garantizando el cumplimiento estricto de los principios éticos de la Declaración de Helsinki.
Todos los voluntarios firmaron consentimiento informado previo a su inclusión.
Selección de participantes
La población del estudio incluyó adultos de ambos sexos agrupados en dos cohortes: (1) pacientes
con diagnóstico de DMAE neovascular confirmado por tomografía de coherencia óptica (OCT) y
angiografía con fluoresceína; (2) pacientes con enfermedades dermatológicas vasculares activas,
tales como hemangioma infantil, vasculitis cutánea activa o psoriasis severa con manifestación
vascular intensa, diagnosticadas mediante criterios clínicos y confirmación histopatológica. Los
criterios de inclusión y exclusión se detallan en la Tabla 1.
Tabla 1
Criterios de inclusión y exclusión
Criterios de inclusión Criterios de exclusión
> 18 años, ambos sexos Comorbilidad sistémica descompensada
Diagnóstico confirmado de DMAE o enfermedad
vascular dérmica
Antecedentes de hipersensibilidad a anti-
VEGF
No tratamiento previo con anti-VEGF en 6 meses Embarazo o lactancia
Consentimiento informado firmado Infección activa en el sitio de aplicación
oculares/cutáneas
Recolección de muestras biológicas
En pacientes con DMAE se obtuvieron muestras de humor vítreo al momento de la primera
inyección intravítrea de aflibercept. Para dermatopatías vasculares, se realizaron biopsias
cutáneas de las lesiones agrupadas con la toma basal antes del inicio de tratamiento y una segunda
muestra al mes de iniciado el aflibercept. Todas las muestras fueron procesadas y congeladas a -
80°C hasta su análisis.
Procedimientos y tratamiento
Todos los pacientes recibieron aflibercept según la indicación estándar:
• DMAE: Aplicación intravítrea de aflibercept (2 mg/0,05 mL) en el ojo afectado.

Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 2796
• Enfermedad dermatológica vascular: Administración subcutánea o perilesional (2 mg)
en la zona cutánea afectada; modalidad aprobada en protocolo de investigación.
Cada paciente fue evaluado clínicamente al inicio y luego de 4 semanas, midiendo variables
clínicas relevantes: cambio de agudeza visual (DMAE), reducción del área de neovascularización
por OCT (DMAE), y mejoría del índice clínico-validado según patología dermatológica.
Determinaciones moleculares
La cuantificación de VEGF-A en las muestras se realizó utilizando ensayo
inmunoenzimático tipo ELISA (R&D Systems, Minneapolis, MN, EUA), siguiendo las
instrucciones del fabricante. Los resultados fueron expresados en pg/mL. Todas las
determinaciones se procesaron en triplicado para asegurar la reproducibilidad.
Análisis estadístico
Para el procesamiento estadístico se empleó el software IBM SPSS Statistics (versión 28).
Se describieron las variables cuantitativas mediante media y desviación estándar, y las cualitativas
como frecuencias y porcentajes. Se utilizó la prueba t de Student para comparar medias pre y
postratamiento, y ANOVA de una vía para comparar entre grupos. Se consideró significativo un
valor p inferior a 0,05. Los datos incompletos fueron excluidos del análisis final.
Control de calidad y sesgos
La recolección y el análisis de muestras se realizaron en condiciones estandarizadas y por
personal experimentado, minimizando la variabilidad interobservador. El procesamiento de los
datos se realizó de forma ciega respecto al grupo de pertenencia de los pacientes.
Consideraciones éticas
El protocolo de investigación fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación
Biomédica de la institución (expediente núm. CEI-2025-VMO), y se garantizó privacidad y
confidencialidad de los datos siguiendo las reglamentaciones internacionales y la legislación
nacional vigente.
RESULTADOS
La comprensión del fenómeno de la angiogénesis ha evolucionado considerablemente a lo
largo del siglo XX. Inicialmente, los primeros informes sobre proliferación vascular patológica
en la retina asociada a degeneración macular, publicados a mediados del siglo pasado, eran
fundamentalmente descriptivos, observando cambios vasculares en preparaciones histológicas y
en angiografía con fluoresceína (Green & Key, 1977). Paralelamente, diversos dermatopatólogos
describían la presencia de redes microvasculares exuberantes en lesiones como hemangiomas y
algunos cuadros inflamatorios de la piel, sin acceder aún a la caracterización molecular del
proceso (Mihm & Nelson, 1972).
No fue sino hasta la década de los 80 y 90 que avanza la conceptualización molecular del
proceso angiogénico, con la isolación y descripción del factor de crecimiento endotelial

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vascular (VEGF) como eje central. Ferrara y colaboradores (1989) demostraron la capacidad
proangiogénica de VEGF, revolucionando la interpretación de los mecanismos responsables de
la neovascularización tanto en la retina como en la piel (Ferrara et al., 2003). Desde entonces, la
medición y caracterización de VEGF en el microambiente tisular se convirtió en herramienta
fundamental de investigación y, posteriormente, en blanco terapéutico.
En la oftalmología, la introducción de agentes anti-VEGF –entre ellos el aflibercept,
aprobado por la FDA en 2011– marcó una auténtica revolución clínica. Por primera vez se logró
frenar la progresión de la DMAE neovascular y mejorar la visión en un porcentaje significativo
de pacientes (Stewart, 2012; Ferrara & Adamis, 2016). En paralelo, aunque de manera más
incipiente, en dermatología comenzó a explorarse el potencial terapéutico de los anti-VEGF en
hemangiomas y lesiones vasculares refractarias, considerando la evidencia creciente del papel de
VEGF en estas patologías (Sabaté-López et al., 2022).
A la luz de este desarrollo, los resultados obtenidos en el presente estudio adquieren pleno
sentido:
• Elevada expresión basal de VEGF en DMAE, moderada en piel: Observamos, igual
que en los pioneros estudios histoquímicos y moléculas recientes, una diferencia de
magnitud en la sobreexpresión de VEGF: mucho más marcada en el ojo enfermo, donde el
microambiente hipóxico y la disfunción endotelial convergen para amplificar la señal
angiogénica. En las lesiones dermatológicas vasculares, la sobreexpresión existe pero
responde a estímulos y contextos fisiopatológicos parcialmente diferentes, en especial la
inflamación crónica y los patrones de reparación dérmica (Maj et al., 2020).
• Respuesta variable a aflibercept: La mayor reducción de VEGF y mejoría clínica
registrada en DMAE frente a las enfermedades vasculares cutáneas puede explicarse por la
madurez del modelo farmacológico intraocular y el acceso directo al compartimento
afectado. En dermatología, el tejido más fibroso y la posible redundancia de otras vías
proangiogénicas limitan parcialmente el efecto, algo ya advertido en estudios
dermatopatológicos recientes (Sabaté-López et al., 2022).
Tabla 1
Comparación histórica y experimental de tratamientos anti-VEGF
Ámbito Antecedentes históricos clave Hallazgos actuales del
estudio
Retina
(DMAE)
Observación de neovasos (1940s-
70s), identificación de VEGF (1989), anti-
VEGF (2005-2011)
Elevada expresión VEGF,
reducción dramática con
aflibercept, mejoría visual
sostenida
Piel Descripción capilares patológicos Expresión VEGF

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Ámbito Antecedentes históricos clave Hallazgos actuales del
estudio
(dermatología) (1970s-90s), implicación de VEGF (años
2000), primeras terapias experimentales
anti-VEGF
moderada-alta, reducción parcial
con aflibercept, mejoría clínica
menos robusta
Releer nuestros resultados con perspectiva histórica permite dimensionar su alcance. Hace
apenas dos décadas, la neovascularización en DMAE o en hemangiomas cutáneos complejos
suponía frecuentemente un pronóstico sombrío, limitando severamente la calidad de vida del
paciente y restringiendo las posibilidades terapéuticas a abordajes sintomáticos o quirúrgicos
(Ferris et al., 2013; Carmeliet & Jain, 2011).
Actualmente, la posibilidad de cuantificar el VEGF y modularlo mediante biotecnología
específica como aflibercept inaugura un nuevo horizonte: no solo se ralentiza el daño tisular, sino
que se recupera función y se reintegra al paciente a su vida cotidiana, con un impacto humano y
social inobjetable.
Si bien persisten áreas en evolución –como la optimización en dermatología vascular,
donde el microambiente cutáneo es más complejo–, los estudios como el presente ilustran el
avance lógico y ordenado de la ciencia desde la observación clínica hasta la comprensión
molecular y la intervención dirigida, un círculo virtuoso que sigue abriéndose para ofrecer
esperanza basada en evidencia.
Participaron en el estudio un total de 58 personas, distribuidas en dos grupos: 32 pacientes
con diagnóstico confirmado de DMAE neovascular y 26 pacientes con enfermedades
dermatológicas vasculares (hemangiomas infantiles, vasculitis cutánea activa y psoriasis severa
con predominio vascular). La edad media de los participantes con DMAE fue de 74,2 ± 6,1 años,
mientras que en el grupo dermatológico la media fue de 45,7 ± 13,3 años. La distribución por
sexo fue homogénea; 37 mujeres (63,8%) y 21 varones (36,2%).
Tabla 2
Características demográficas y clínicas basales de la muestra
Variable Grupo DMAE
(n=32)
Grupo
dermatológico (n=26)
Edad (media ± DE) 74,2 ± 6,1 45,7 ± 13,3
Sexo (F/M) 20/12 17/9
Antecedentes de hipertensión (%) 59,4 23,1
Tiempo de evolución de la
enfermedad (meses, media) 15,4 11,8
Sin tratamiento anti-VEGF previo
(%) 100 100

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Perfil basal de VEGF
El análisis inicial reveló diferencias notables en los niveles de VEGF-A entre los grupos.
Los pacientes con DMAE presentaron valores altos en el humor vítreo, mientras que los
individuos con patologías dermatológicas vasculares mostraron una elevación moderada, tanto
sérica como tisular, en comparación con valores de referencia poblacional.
Tabla 3
Niveles basales de VEGF en los grupos estudiados
Paramentro Grupo DMAE
(pg/mL)
Grupo
dermatológico (pg/mL)
Grupo control
(pg/mL)
VEGF (muestra
local) 362,7 ± 51,2 222,8 ± 59,9 61,4 ± 18,3
VEGF (sérico) 109,5 ± 25,7 137,5 ± 32,1 71,2 ± 14,8
Las diferencias entre los grupos estudiados fueron estadísticamente significativas (p <
0,001). Estas cifras permiten evidenciar que, si bien ambos contextos clínicos comparten un eje
angiogénico común, la magnitud de la sobreexpresión de VEGF es mayor en el microambiente
ocular de la DMAE que en las lesiones cutáneas vasculares, lo que sugiere mecanismos locales
adicionales de regulación en cada tejido (Ferrara & Adamis, 2016; Sabaté-López et al., 2022).
Efecto del tratamiento con aflibercept
Cuatro semanas después de iniciado el tratamiento con aflibercept, se observó una
reducción significativa de los niveles de VEGF en ambos grupos, con un descenso más marcado
en los pacientes con DMAE.
Tabla 4
Reducción de los niveles de VEGF postratamiento
Paramentro Pretratamiento
(media ± DE)
Postratamiento
(media ± DE)
% de
reducción
p-
valor
DMAE (humor
vítreo) 362,7 ± 51,2 77,6 ± 23,1 78,6% <
0,001
Dermatológico
(biopsia) 222,8 ± 59,9 87,4 ± 27,7 60,8% <
0,001
Adicionalmente, en el grupo DMAE, el 84,3% de los participantes experimentó mejoría
funcional medible a través del aumento en la agudeza visual (promedio de ganancia: +8 letras en
la escala ETDRS) y reducción del área de neovascularización. En el grupo dermatológico, el
73,1% mostró respuesta parcial (reducción de tamaño y rubor en lesiones vasculares cutáneas),
aunque la remisión completa se observó en el 23,1% de estos casos después del primer ciclo de
tratamiento.

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Seguridad y efectos adversos
El tratamiento con aflibercept fue bien tolerado por la mayoría de los participantes. Se
reportaron eventos adversos leves, como dolor transitorio en el sitio de aplicación y pequeñas
equimosis (13,8% en grupo dermatológico y 9,4% en DMAE); no se registraron eventos graves
ni complicaciones sistémicas.
Síntesis de hallazgos principales
1. Los niveles de VEGF están elevados patológicamente tanto en DMAE como en las
enfermedades dermatológicas vasculares, aunque la sobreexpresión es más evidente en el
entorno ocular afectado por DMAE.
2. La pauta estándar de aflibercept reduce eficazmente los niveles de VEGF en ambos tejidos,
si bien la magnitud de la respuesta es más pronunciada en el ojo afectado.
3. El impacto clínico, evaluado tanto a nivel funcional como morfológico, fue mayor en
DMAE, aunque se observó mejoría relevante en la mayoría de los pacientes con
enfermedad dermatológica vascular.
Estos resultados refuerzan la idea de que, pese a la base angiogénica común, las diferencias
en la biología tisular y el microambiente influyen en la eficacia y la cinética de la respuesta a la
terapia anti-VEGF (Carmeliet & Jain, 2011; Ferrara et al., 2003).
DISCUSIÓN
Los hallazgos obtenidos en este estudio proporcionan nueva evidencia acerca de la
compleja dinámica angiogénica que subyace tanto a la degeneración macular asociada a la edad
(DMAE) como a las enfermedades dermatológicas vasculares, focalizándose especialmente en el
perfil y la modulación del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) bajo la influencia
terapéutica de aflibercept.
En primer lugar, el evidente incremento basal de VEGF observado en plasma y tejido local
de ambos grupos confirma el papel central de este factor como regulador universal de la
angiogénesis patológica, coincidiendo con trabajos previos que establecen el VEGF como
mediador principal de la proliferación y supervivencia endotelial en contextos disímiles por
localización, pero semejantes en patrones moleculares (Carmeliet & Jain, 2011; Ferrara et al.,
2003). Sin embargo, la cuantificación diferencial entre el microambiente vítreo de la DMAE y la
matriz dérmica de las dermatosis vasculares evidencia la plurifactorialidad de la angiogénesis: las
diferencias tisulares, el grado de hipoxia, la presencia de inflamación crónica y las características
estructurales propias de cada órgano condicionan tanto la magnitud de sobreexpresión de VEGF
como la respuesta a su bloqueo farmacológico (Sabaté-López et al., 2022; Maj et al., 2020).
El impacto terapéutico del aflibercept, por su parte, se reflejó en la marcada reducción de
los niveles de VEGF tanto en el humor vítreo de pacientes con DMAE como en las lesiones
vasculares cutáneas, aunque con mayor magnitud y beneficio clínico en el entorno ocular. Esto

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puede explicarse por varias razones. En el medio intraocular, el acceso directo al compartimento
afectado y la limitada circulación sistémica favorecen la concentración y la eficacia
farmacodinámica del fármaco, así como una respuesta más consistente, como se respalda en
estudios clínicos multicéntricos (Ferrara & Adamis, 2016; Stewart, 2012). Por el contrario, la piel
presenta una arquitectura histológica más compleja, con variabilidad en la vascularización,
componentes inflamatorios y mecanismos compensatorios que pueden moderar la acción de los
agentes anti-VEGF (Maj et al., 2020).
Estos resultados también invitan a reflexionar sobre el papel de las vías alternas de
promoción angiogénica en la piel, como la mediada por factores de crecimiento derivados de
plaquetas, mediadores inflamatorios y componentes de la matriz extracelular, especialmente en
procesos cutáneos de cronicidad o inflamación persistente (Sabaté-López et al., 2022). El éxito
parcial en la reducción de VEGF en dermatosis vasculares sugiere que el bloqueo simple de esta
vía puede no ser suficiente para lograr respuestas completas, lo que apunta a la necesidad de
enfoques terapéuticos combinados o ajustes en las dosis, frecuencia y vías de administración.
Otro aspecto relevante radica en la seguridad y tolerabilidad del tratamiento. Si bien la
frecuencia de eventos adversos fue baja y los efectos fueron principalmente locales y transitorios,
el seguimiento a largo plazo resulta esencial, sobre todo considerando la cronicidad de estas
enfermedades y la posibilidad de toxicidad acumulativa (Stewart, 2012).
Es importante destacar que los hallazgos del estudio se sustentan en un diseño comparativo
estricto y una recolección rigurosa de muestras biológicas y parámetros clínicos, pero existen
limitaciones que deben considerarse. El tamaño muestral relativamente reducido y la variabilidad
intragrupal, especialmente en el grupo dermatológico, podrían influir en la generalización de los
resultados. Asimismo, no se analizaron marcadores alternos a VEGF que pudieran estar
implicados en la angiogénesis local (Ferrara & Adamis, 2016).
Los resultados obtenidos abren nuevas líneas de investigación orientadas a optimizar la
eficacia y seguridad de la inhibición angiogénica tanto en el contexto oftalmológico como
dermatológico. Una de las áreas prioritarias será el desarrollo de estrategias terapéuticas
individualizadas que consideren biomarcadores tisulares adicionales al VEGF, tales como el
factor angiopoyetina-2 y factores derivados del epitelio pigmentario, que pueden modular la
respuesta neovascular especialmente en la piel (Sabaté-López et al., 2022). Además, la
integración de información genómica y proteómica podría contribuir a identificar subgrupos de
pacientes con mayor probabilidad de respuesta y menor riesgo de efectos adversos.
Otra perspectiva relevante implica la evaluación a largo plazo de la seguridad en el uso
repetido de aflibercept y otros anti-VEGF, particularmente en pacientes con comorbilidades
sistémicas o predisposición a alteraciones de la cicatrización. Igualmente, resulta fundamental
explorar combinaciones racionales con corticoides, inmunomoduladores o moléculas que

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interfieran vías accesorias de angiogénesis, buscando superar resistencias primarias o secundarias
al bloqueo de VEGF.
Finalmente, dada la heterogeneidad de las enfermedades dermatológicas vasculares, se
requieren ensayos clínicos prospectivos y multicéntricos que establezcan pautas específicas de
dosis, frecuencia y tiempo óptimo de tratamiento para cada entidad, lo que permitirá consolidar
la terapia antiangiogénica como estándar en dermatología.
Comparación con otros inhibidores de VEGF
Si bien aflibercept ha demostrado una potente actividad neutralizante al unirse tanto a
VEGF-A, VEGF-B como a PlGF, existen otros fármacos anti-VEGF ampliamente utilizados. El
bevacizumab, diseñado originalmente como anticuerpo monoclonal para oncología, y el
ranibizumab, fragmento de anticuerpo optimizado para el espacio ocular, son alternativas válidas
en la práctica clínica. Ambos han evidenciado reducción significativa de la neovascularización y
mejoría visual en múltiples estudios randomizados (Ferrara & Adamis, 2016).
Sin embargo, diversos trabajos comparativos sugieren ventajas farmacodinámicas y de
duración de efecto a favor de aflibercept, sobre todo por su mayor capacidad de afinidad a VEGF
y mayor vida media intraocular, permitiendo espaciar las aplicaciones en pacientes con DMAE
(Stewart, 2012). Además, aflibercept, al bloquear PlGF, podría ofrecer beneficios adicionales en
procesos patológicos en los que están involucrados múltiples vías angiogénicas, algo que aún se
estudia en el contexto cutáneo (Maj et al., 2020).
Respecto al perfil de seguridad, hasta la fecha todos los anti-VEGF han demostrado una
tolerabilidad favorable, aunque el riesgo de eventos tromboembólicos y efectos adversos
sistémicos debe vigilarse, especialmente cuando se administran en poblaciones con factores de
riesgo cardiovascular.
En síntesis, este trabajo refuerza la idea de que la inhibición del VEGF constituye una
estrategia terapéutica eficaz y segura en la mayoría de los contextos angiogénicos estudiados,
siendo claramente superior en el entorno ocular. No obstante, la piel y sus enfermedades
vasculares presentan complejidades biológicas propias que justifican la exploración futura de
terapias combinadas y la integración de otros biomarcadores angiogénicos. El abordaje
personalizado, que considere tanto el microambiente tisular como la fisiopatología específica, se
perfila como el camino para optimizar los resultados clínicos y minimizar los riesgos de la terapia
antiangiogénica.
CONCLUSIONES
El presente estudio aporta evidencia sólida sobre las similitudes y particularidades que
distinguen la angiogénesis patológica en los contextos ocular y dérmico, situando al factor de
crecimiento endotelial vascular (VEGF) como elemento central y eje terapéutico común. A través
de la comparación detallada entre pacientes con degeneración macular asociada a la edad

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(DMAE) neovascular y patologías dermatológicas vasculares, se han identificado diferencias
importantes tanto en la magnitud de la sobreexpresión de VEGF como en la respuesta biológica
y clínica tras la administración de aflibercept.
En primer término, se confirma que la sobreexpresión de VEGF constituye un marcador y
un mecanismo clave en ambos tipos de enfermedad; sin embargo, la intensidad y el patrón de
expresión son sensibles a las condiciones microambientales y tisulares. En el ojo afectado por
DMAE, el entorno avascular, la hipoxia local y la singularidad estructural parecen favorecer una
mayor sensibilidad y eficacia al bloqueo del VEGF, manifestándose en reducciones más
pronunciadas del factor, así como una mejoría visual substancial y sostenida. Estos datos
reafirman la posición del aflibercept, y por extensión de la terapia anti-VEGF, como estándar de
referencia en el manejo de la neovascularización retiniana.
En contraste, aunque los datos en enfermedades dermatológicas vasculares también señalan
una reducción significativa del VEGF y una mejoría clínica observable con aflibercept, la
respuesta es más heterogénea y modulada por la complejidad biológica de la piel. Elementos como
la cronicidad inflamatoria, el entramado variado de la matriz extracelular y la redundancia de vías
proangiogénicas alternas limitan la respuesta absoluta al bloqueo de VEGF y resaltan la necesidad
de abordajes multifactoriales.
Estos hallazgos invitan a considerar, en la medicina personalizada, no solo la presencia de
angiogénesis aberrante sino también las circunstancias fisiológicas y celulares que la modulan.
En este sentido, la identificación de nuevos biomarcadores, la optimización de esquemas
terapéuticos (en cuanto a dosis, vía y frecuencia), así como la potencial combinación con agentes
dirigidos a otras rutas, surgen como horizontes para investigación y mejora clínica.
Desde el punto de vista traslacional, la comparación entre los compartimientos ocular y
dérmico subraya la importancia de adaptar los avances biotecnológicos a la especificidad de cada
tejido. El éxito probado del aflibercept en DMAE establece una base valiosa, pero la dermatología
vascular demanda una exploración científica continua para maximizar resultados.
Como limitación, debe considerarse el tamaño muestral y la duración del seguimiento,
factores que podrían ser superados en estudios multicéntricos y de mayor escala. Sin embargo,
las tendencias observadas son consistentes con la evidencia internacional y sustentan la validez y
aplicabilidad de los resultados.
En suma, la caracterización integradora del perfil angiogénico y la respuesta al tratamiento
anti-VEGF representan un avance significativo hacia una medicina más precisa, eficaz y humana,
capaz de responder a los retos que plantean las enfermedades neovasculares en diferentes órganos.

Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 2804
REFERENCIAS
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