
Vol. / Núm. 2025 pág. 2538
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i3.1479
Incidencia de trastornos de ansiedad, depresión y estrés en
pacientes que asisten a consulta psicológica
Incidence of anxiety disorders, depression, and stress in patients attending
psychological consultations
Carla Lorena Bustamante Galarza
cbustamanteg@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0009-0007-3604-6472
Universidad Estatal de Milagro
Milagro – Ecuador
Xiomara Betzabeth Barros Riera
xbarrosr@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0009-0003-8123-5978
Universidad Estatal de Milagro
Milagro – Ecuador
Washington Rafael Miranda Vera
wmirandav@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-9526-9552
Universidad Estatal de Milagro
Milagro – Ecuador
Artículo recibido: 18 julio 2025 - Aceptado para publicación: 28 agosto 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.
RESUMEN
La salud mental representa un pilar esencial del bienestar general, trastornos como la ansiedad, la
depresión y el estrés afectan significativamente la calidad de vida de muchas personas. Este
estudio se centra en analizar la incidencia de los trastornos de ansiedad, depresión y estrés en
pacientes atendidos en la Unidad de Salud y Desarrollo Humano de la Universidad Estatal de
Milagro, en año 2025. Se empleó un enfoque cuantitativo, con diseño no experimental, transversal
y correlacional, en 70 pacientes. Los resultados mostraron correlaciones positivas y
estadísticamente significativas entre las tres variables: depresión y ansiedad (r = 0.661), depresión
y estrés (r = 0.808), y ansiedad y estrés (r = 0.734), todas con un valor de p < 0.001. La mayor
asociación se encontró entre depresión y estrés. Se concluye que existe una fuerte relación entre
depresión, ansiedad y estrés, especialmente entre depresión y estrés, esto destaca la necesidad de
un abordaje terapéutico integral en los pacientes evaluados.
Palabras clave: ansiedad, depresión, estrés, salud mental, consulta psicológica

Vol. / Núm. 2025 pág. 2539
ABSTRACT
Mental health represents an essential pillar of general well-being; disorders such as anxiety,
depression, and stress significantly affect the quality of life of many people. This study focuses
on analyzing the incidence of anxiety, depression, and stress disorders in patients treated at the
Health and Human Development Unit of the Milagro State University, in the year 2025. A
quantitative approach was used, with a non-experimental, cross-sectional, and correlational
design, in 70 patients. The results showed positive and statistically significant correlations
between the three variables: depression and anxiety (r = 0.661), depression and stress (r = 0.808),
and anxiety and stress (r = 0.734), all with a p value < 0.001. The strongest association was found
between depression and stress. It is concluded that there is a strong relationship between
depression, anxiety, and stress, especially between depression and stress, this highlights the need
for a comprehensive therapeutic approach in the patients evaluated.
Keywords: anxiety, depression, stress, mental health, psychological consultation
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Vol. / Núm. 2025 pág. 2540
INTRODUCCIÓN
La salud mental es un componente fundamental del bienestar general, y la creciente
prevalencia de trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión y el estrés, representa un
desafío significativo en la sociedad actual. Estos trastornos pueden afectar profundamente la
calidad de vida de los individuos, impactando sus relaciones personales, rendimiento académico
o laboral, y su funcionamiento diario (OMS, 2022). En este contexto, la consulta psicológica se
erige como un espacio crucial para la detección, diagnóstico y manejo de estas condiciones.
Los trastornos mentales se definen como alteraciones clínicamente significativas en la
cognición, la regulación emocional o el comportamiento de una persona. Estas alteraciones suelen
estar asociadas con malestar subjetivo o dificultades en el funcionamiento social, laboral u otras
áreas importantes de la vida. Existen diversos tipos de trastornos mentales, los cuales forman parte
del espectro más amplio de los problemas de salud mental. Este último concepto incluye también
las discapacidades psicosociales y otros estados mentales que generan sufrimiento considerable,
limitaciones funcionales o riesgo de conductas autolesivas. Esta descripción se basa en la
Clasificación Internacional de Enfermedades en su undécima revisión (CIE-11) elaborada por la
Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022).
Los trastornos de salud mental aumentan significativamente el riesgo de desarrollar otras
enfermedades y están asociados tanto a lesiones intencionales como no intencionales (OMS,
2022). Se ha evidenciado que el estado de salud mental influye directamente en la aparición de
enfermedades físicas; mientras más deteriorado se encuentre el bienestar psicológico, mayores
serán las secuelas fisiológicas. Por ejemplo, una persona que padece depresión puede presentar
síntomas como anhedonia, disforia, insomnio o hipersomnia, anergia, disminución del deseo
sexual, entre otros. Estos trastornos afectan el funcionamiento general del organismo, ya que
inciden en el comportamiento, la regulación del sueño, el apetito y otros sistemas corporales
fundamentales.
En 2019, aproximadamente 280 millones de personas padecían depresión, incluidos 23
millones de niños y adolescentes. La depresión se diferencia de las fluctuaciones normales del
estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves ante los problemas cotidianos (OMS,
2022). Diversos estudios científicos destacan que los factores familiares (como conflictos
constantes o abandono), personales (como baja autoestima y dificultades en la autorregulación
emocional), sociales (relaciones tóxicas, discriminación), económicos (desempleo, pobreza),
académicos y laborales (estrés por sobrecarga de tareas o acoso), psicosociales (trastornos no
tratados, consumo de sustancias) y ambientales (desastres naturales, pandemias) representan
elementos de riesgo significativos que pueden detonar crisis emocionales (Ángeles Trigueros,
2015).

Vol. / Núm. 2025 pág. 2541
El miedo es una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o imaginaria, mientras
que la ansiedad es una respuesta anticipatoria a una amenaza futura. Es evidente que ambas
respuestas se solapan, aunque también se pueden diferenciar, estando el miedo
frecuentemente asociado a accesos de activación autonómica necesarios para la defensa o
la fuga, pensamientos de peligro inminente y conductas de huida, y la ansiedad está más a
menudo asociada con tensión muscular, vigilancia en relación a un peligro futuro y
comportamientos cautelosos o evitativos. A veces, el nivel de miedo o ansiedad se ve
reducido por conductas generalizadas. (American Psychiatric Association, 2014, p. 189)
Al afrontar el estrés, se nos derivan distintos trastornos muy relevantes en el cual ya no se
convierte en una lucha interna, si no que se convierte una lucha externa. El estrés tal como lo
describe el DSM-V, es un factor central en el desarrollo de una variedad de trastornos psicológico.
Estos trastornos categorizados “Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés”,
comparten unas características fundamentales, en el cual es donde se exponen un evento
traumático o estresante.
Según la Organización Mundial de la Salud (2024), “se estima que un 3,9 % de la población
mundial ha tenido trastorno de estrés postraumático (TEPT) en algún momento de la vida” (OMS,
2024). El TEPT es una condición que afecta a una parte significativa de la población mundial.
Aunque esta cifra puede parecer baja, representa a millones de personas cuyas vidas han sido
profundamente impactadas por experiencias traumáticas.
Durante la pandemia del COVID-19 se vivió una crisis bastante fuerte en distintos factores,
como económicos, sociales, políticos, ambientales, tecnológicos, culturales, entre otros; Donde el
estrés, la ansiedad y depresión se reflejó bastante entre las personas, ya que no sabían que hacer
en cómo cambiar su estilo de vida, si vivir encerrados por temor a morir, o arriesgarse salir de sus
casas y buscar el sustento del hogar, los alimentos se volvieron escasos, la económica bajo,
familiares fallecieron, no sabían cómo asimilar. Los primeros días fueron complicados ya que las
personas no sabían que estaba pasando, los medios de comunicación colapsados de información.
Las condiciones relacionadas con la salud mental incluyen tanto los trastornos mentales
como las discapacidades psicosociales, además de otros estados que implican un alto nivel de
sufrimiento emocional, dificultades para desenvolverse en la vida cotidiana o riesgo de conductas
autolesivas. Aunque quienes presentan estas afecciones suelen experimentar un menor bienestar
psicológico, esto no ocurre en todos los casos (OMS, 2025).
Diversos estudios científicos destacan que los factores familiares (como conflictos
constantes o abandono), personales (como baja autoestima y dificultades de autorregulación
emocional), sociales (relaciones tóxicas, discriminación), económicos (desempleo, pobreza),
académicos y laborales (estrés por sobrecarga de tareas o acoso laboral), psicosociales (trastornos
no tratados, consumo de sustancias) y ambientales (desastres naturales, pandemias) representan
elementos de riesgo significativos que pueden detonar crisis emocionales. Cada uno de estos

Vol. / Núm. 2025 pág. 2542
factores forman parte de la evaluación inicial del paciente sin embargo dentro de este estudio se
hará una recolección de datos basados en la experiencia del usuario tal como lo dicen fuentes de
carácter científico que establece la incidencia de trastornos de ansiedad, depresión y estrés.
(Ángeles Trigueros, 2015).
A partir de este contexto, surgen las siguientes preguntas de investigación: ¿Existe relación
entre los trastornos de depresión, ansiedad y estrés, en pacientes que acuden a la unidad de Salud
y Desarrollo Humano de la Universidad estatal de Milagro, de año 2025?, ¿Cuáles son los niveles
de depresión, ansiedad y estrés que presentan los pacientes que asisten a consulta
psicológica?¿Cuál es la relación entre edad, sexo, nivel de escolaridad y nivel de gravedad en
depresión, ansiedad y estrés encontradas? ¿Cuál en la correlación existente entre depresión,
ansiedad y estrés y los datos sociodemográficos encontrados?
Esta investigación busca determinar la frecuencia con la que se presentan dichos trastornos,
describir las características sociodemográficas y clínicas en los pacientes afectados, y evaluar la
asociación entre la presencia de síntomas. Al ir explorando las dimensiones, se pretende dar
respuesta a las tasas de porcentajes de pacientes que han sido afectados y qué relación tienen con
la Universidad Estatal de Milagro en el actual año 2025.Considerando este panorama, el objetivo
general del estudio es analizar la incidencia de los trastornos de ansiedad, depresión y estrés en
pacientes que asisten a consulta psicológica, con el fin de comprender la prevalencia,
características clínicas y factores asociados. Para lograr este propósito, se plantean como objetivos
específicos: Examinar la asociación entre las características sociodemográficas y clínicas y la
presencia de síntomas de ansiedad, depresión y estrés en los pacientes que acuden a consulta
psicológica, describir los niveles de ansiedad, depresión y estrés que presentan los pacientes en
atención psicológica y evaluar la relación entre los síntomas de ansiedad, depresión y estrés en
los pacientes, utilizando el coeficiente de correlación de Pearson. Estos objetivos surgen ante la
necesidad de evaluar desde un enfoque empírico, la incidencia de estos trastornos. La presente
investigación se enmarca en un enfoque cuantitativo no experimental, de corte transversal y
correlacional. Los mismos que se presentan en tablas en el apartado de resultados.
MATERIALES Y MÉTODOS
Tipo de estudio
Este estudio se enmarca dentro de una investigación cuantitativa, no experimental,
transversal y de tipo descriptivo-correlacional, debido a que busca analizar la relación entre
variables psicológicas (depresión, ansiedad y estrés) y sociodemográficas (edad, sexo,
nacionalidad, entre otras), en un momento específico del tiempo, sin manipular las variables.
Participantes
La muestra estuvo conformada por pacientes que asistieron a consulta psicológica en la
Unidad de Salud y Desarrollo Humano de la Universidad Estatal de Milagro durante el año 2025.

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Se trató de una muestra no probabilística por conveniencia, compuesta por 70 participantes,
quienes completaron voluntariamente el cuestionario DASS-21 y proporcionaron información
sociodemográfica. Los criterios de inclusión fueron: Ser mayor de edad, haber asistido a consulta
psicológica en el periodo de estudio y consentir la participación de manera voluntaria.
Instrumento
Para la medición de los niveles de depresión, ansiedad y estrés se utilizó la escala DASS-
21 (Depression Anxiety Stress Scales), una herramienta autoaplicada compuesta por 21 ítems
distribuidos en tres subescalas (7 ítems por cada dimensión). Las respuestas se califican en una
escala Likert de 4 puntos (0 a 3), y los puntajes fueron recodificados en cinco niveles: sin
sintomatología, leve, moderada, severa y extremadamente severa, siguiendo los criterios
establecidos por Lovibond y Lovibond (1995). Además, se aplicó una ficha sociodemográfica que
recolectó información sobre variables como edad, sexo, nacionalidad, nivel educativo, región,
estado civil y nivel económico.
Procedimiento
Los datos fueron recolectados mediante la aplicación directa del instrumento en formato
físico o digital, dependiendo de la disponibilidad del participante. La información fue procesada
en hojas de cálculo y posteriormente analizada en el software estadístico R.
Análisis de datos
Los datos fueron analizados mediante técnicas estadísticas descriptivas e inferenciales, de
acuerdo con los objetivos del estudio: Para la descripción de niveles de depresión, ansiedad y
estrés, se utilizaron frecuencias absolutas y porcentajes para explorar la relación entre las tres
variables psicológicas, para identificar la asociación entre variables psicológicas y
sociodemográficas, se utilizó la prueba de Chi-cuadrado de independencia. En casos donde no se
cumplieron los supuestos (frecuencias esperadas muy bajas), se consideraron limitaciones
metodológicas y se sugirió el uso de pruebas exactas o reagrupación de categorías y los niveles
de significancia se interpretaron con un umbral de p < 0.05. Y, se aplicaron pruebas de correlación
de Pearson, evaluando los niveles de asociación y significancia estadística.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El análisis de los datos sociodemográficos es importante en éste artículo, ya que permite
identificar aspectos como la edad, el sexo, el nivel de instrucción y el estado civil están
relacionados con la incidencia, presencia y evolución de trastornos como la ansiedad, la depresión
y el estrés. Dichos datos nos ofrecen una perspectiva más amplia acerca de las particularidades
de los pacientes, lo que orienta a la detección de sujetos que pueden presentar el riesgo, a diseñar
un plan terapéutico orientado a las necesidades de los asistentes a consulta, además de promover
acciones de salud mental efectivas. éste análisis aporta mayor claridad en la interpretación de los
resultados diagnósticos.

Vol. / Núm. 2025 pág. 2544
Tabla 1
Variables sociodemográficas.
VARIABLES CATEGORÍAS F %
Rango de edad
<= 15 4 5,7
16 - 26 53 75,7
27 - 37 10 14,3
38+ 3 4,3
Género
Femenino 53 75,7
Masculino 17 24,3
Nivel educativo
Secundaria 5 7,1
Superior 65 92,9
Estado civil
Soltero/a 63 90,0
Casado/a 7 10,0
Se utilizó una muestra de 70 participantes, obteniendo como resultado o siguiente: el rango
etario fue el grupo más representativo, entre 16 a 26 años (75,7%), seguido por el grupo de 27 a
37 años (14,3%). Los participantes de 15 años o menos representaron el 5,7%, mientras que los
de 38 años o más correspondieron al 4,3%. En relación al género, el 75,7% fueron mujeres y el
24,3% hombres. Respecto al nivel educativo, el 92,9% tenía formación superior, mientras que el
7,1% había culminado los estudios secundarios. En cuanto al estado civil, el 90% de los
encuestados se identificó como soltero/a y el 10% casado/a.
Relación entre edad, sexo y nivel educativo con los niveles de gravedad en depresión,
ansiedad y estrés
Con el objetivo de examinar la asociación posible relación entre variables
sociodemográficas (edad, sexo y nivel educativo) y los síntomas de depresión, ansiedad y estrés,
se aplicó la prueba de independencia de Chi-cuadrado de Pearson a partir de tablas de
contingencia. A continuación, se presentan los hallazgos más relevantes:
• Edad y ansiedad: se observó una relación estadísticamente significativa entre el grupo
etario y los niveles de ansiedad (X^2 = 30.983, gl = 12, p = 0.0019), lo cual indica que la
edad influye significativamente en la severidad del trastorno de ansiedad en los pacientes
evaluados.
• Edad y depresión / estrés: no se encontró relación significativa entre la edad y los niveles
de depresión (X^2 = 15.445, p = 0.218) ni con el estrés (X^2 = 16.326, p = 0.1768), aunque
se aprecian tendencias que podrían explorarse con una muestra más grande.

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• Sexo y niveles emocionales: no se encontraron asociaciones estadísticamente
significativas entre el sexo y los niveles de depresión (X^2 = 7.63, p = 0.106), ansiedad
(X^2 = 5.56, p = 0.235) ni estrés (X^2 = 1.90, p = 0.754).
Tabla 2
Resultados del test de Chi-cuadrado de independencia
Variables cruzadas X^2 gl p-valor Relación significativa
Depresión × Edad 15.445 12 0.218 No
Ansiedad × Edad 30.983 12 0.0019 Sí
Estrés × Edad 16.326 12 0.177 No
Depresión × Sexo 7.631 4 0.106 No
Ansiedad × Sexo 5.559 4 0.235 No
Estrés × Sexo 1.902 4 0.754 No
Para explorar la relación entre los niveles de depresión, ansiedad y estrés con las variables
sociodemográficas reportadas por los pacientes, se aplicó la prueba de Chi-cuadrado de
independencia.
Niveles de ansiedad, depresión y estrés que presentan los pacientes en atención psicológica.
A continuación, para conocer la prevalencia de los distintos niveles de depresión, ansiedad
y estrés en los pacientes que asisten a consulta psicológica en la Unidad de Salud y Desarrollo
Humano de la Universidad Estatal de Milagro, se realizó un análisis de frecuencias y porcentajes
sobre las categorías diagnósticas obtenidas a partir del instrumento DASS-21.
Los resultados revelan una alta prevalencia de sintomatología severa y extremadamente
severa, especialmente en la dimensión de ansiedad, donde más de la mitad de los participantes
(54.3 %) fueron clasificados en el nivel extremadamente severo, seguido de un 17.1 % en nivel
severo. Solo el 8.6 % no presentó síntomas de ansiedad.
Figura 1
Niveles de Ansiedad
En cuanto a la depresión, el 40 % presentó un nivel extremadamente severo, y un 24.3 %
moderado, mientras que apenas el 17.1 % no manifestó síntomas.

Vol. / Núm. 2025 pág. 2546
Figura 2
Nivel de Depresión
Respecto al estrés, los niveles más reportados fueron severo (38.6%) y moderado (18.6%),
mientras que el 18.6% de los encuestados no presentó estrés significativo.
Figura 3
Niveles de estrés
Estos datos evidencian un perfil clínico de alta carga emocional entre los pacientes
atendidos, con predominancia de trastornos afectivos en niveles clínicamente relevantes.
A continuación, se detallan los hallazgos más relevantes:
Relación entre los síntomas de ansiedad, depresión y estrés en los pacientes.
Con el objetivo de identificar la existencia de relaciones significativas entre los niveles de
depresión, ansiedad y estrés en pacientes que asisten a la Unidad de Salud y Desarrollo Humano
de la Universidad Estatal de Milagro, se aplicaron pruebas de correlación de Pearson entre las
variables depresión, ansiedad y estrés, medidas a través del cuestionario DASS-21, los resultados
indicaron correlaciones estadísticamente significativas y positivas entre todas las variables
evaluadas: La correlación entre depresión y ansiedad fue de r=0.661r = 0.661r=0.661, con un
intervalo de confianza del 95% entre 0.504 y 0.775, y un valor de p < 0.001, lo que indica una
asociación moderadamente fuerte entre ambas variables, la correlación entre depresión y estrés
fue de r=0.808r = 0.808r=0.808, con un intervalo de confianza del 95% entre 0.707 y 0.876 (p <

Vol. / Núm. 2025 pág. 2547
0.001), lo cual representa una relación fuerte y significativa, finalmente, la correlación entre
ansiedad y estrés fue de r=0.734r = 0.734r=0.734, con un intervalo de confianza del 95% entre
0.603 y 0.826, también con un valor de p < 0.001, lo que sugiere una asociación fuerte entre estas
dos dimensiones. Estos resultados reflejan que los trastornos evaluados mediante el DASS-21
tienden a presentarse de forma interrelacionada en los pacientes evaluados, siendo la combinación
de depresión y estrés la que presenta el mayor grado de asociación.
Tabla 3
Correlaciones entre los puntajes de depresión, ansiedad y estrés (Pearson)
Variables correlacionadas Coef. de
correlación (r) IC 95% p-valor Interpretación
Depresión – Ansiedad
0.661
0.808
0.734
[0.504
–
0.775]
[0.707
–
0.876]
[0.603
–
0.826]
< 0.001
< 0.001
<0.001
Moderada-Fuerte
Fuerte
Fuerte
Depresión – Estrés
Ansiedad – Estrés
Interpretación general
Los resultados evidencian que la nacionalidad se comporta como un factor relevante
asociado al nivel de gravedad de los trastornos emocionales evaluados. En contraste, variables
como el estado civil, región y nivel económico no arrojaron resultados concluyentes debido a
limitaciones estadísticas relacionadas con el tamaño muestral o la distribución de las categorías.
DISCUSIÓN
Según los resultados obtenidos, refieren una elevada prevalencia de síntomas clínicamente
significativos de depresión, ansiedad y estrés en los pacientes que han asistido a la consulta. Estos
resultados coinciden con investigaciones previas sobre todo al evidenciar alta comorbilidad entre
los trastornos emocionales en los contextos clínicos y en la comunidad (Lovibond & Lovibond,
1995; Oei et al., 2008).
En cuanto a las correlaciones que fueron medidas de acuerdo a la prueba DASS-21 refieren
que los tres trastornos tienden a presentarse en los mismos individuos. La correlación más alta
observada entre depresión y estrés (r = 0.808), seguida de ansiedad y estrés (r = 0.734), y
finalmente depresión y ansiedad (r = 0.661). Estos resultados indican una fuerte relación entre los
estados afectivos negativos, lo que puede ser explicado desde la perspectiva de la teoría tripartita
de Clark y Watson (1991), que sostiene que la depresión y la ansiedad comparten una base común
de afecto negativo, al mismo tiempo que son diferentes en otros componentes específicos (como
hiperactivación fisiológica en la ansiedad y anhedonia en la depresión).

Vol. / Núm. 2025 pág. 2548
Se observa asimismo una gran proporción en casos con niveles severos o extremadamente
severos, especialmente en ansiedad (71.4%) y depresión (64.3%), lo cual refiere una alerta en
cuanto a la carga de sufrimiento emocional que presentan los pacientes que buscan ayuda
psicológica.
Entre los hallazgos sociodemográficos, el más significativo fue la asociación entre la edad
y los niveles de ansiedad (X² = 30.983, p = 0.0019). Este hallazgo indica que ciertos grupos etarios
se ven más expuestos a factores que agravan la sintomatología en cuanto a ansiedad. Lo que
indicaría por ejemplo la ansiedad en jóvenes adultos en cuanto al ingreso al mercado laboral, la
incertidumbre económica o la presión académica (Bayram & Bilgel, 2008).
Es importante tener en cuenta que no se identificaron diferencias significativas en los
niveles de trastornos emocionales según el sexo de los participantes, lo que se contrasta con la
mayoría de estudios epidemiológicos que refieren una mayor prevalencia en síntomas de ansiedad
y depresión en mujeres (World Health Organization [WHO], 2022; Van de Velde et al., 2010).
Tal diferencia puede deberse a varios factores, entre ellos factores culturales o sociales que pueden
influir al referir los síntomas emocionales, sobretodo en contextos en los que aún persiste el
estigma y los mitos hacia la salud mental.
En cuanto a otras variables sociodemográficas, como el nivel educativo, estado civil y nivel
económico, no se encontraron asociaciones significativas, lo cual podría deberse a la
homogeneidad de la muestra, puesto que gran cantidad de la muestra pertenecían a un entorno
universitario. Patel et al. (2018) sostienen que la educación puede considerarse un factor de
protección en consideración a la depresión y ansiedad; sin embargo, su impacto puede variar
según el contexto social y económico.
Los resultados recalcan la evidencia acerca de la alta comorbilidad y severidad de los
trastornos emocionales en personas que buscan atención psicológica. Se destaca la relevancia en
la implementación de programas de evaluación temprana, intervención integral y seguimiento
continuo, especialmente en el contexto universitario que engloba muchos aspectos de la
ciudadanía en general. Es recomendable ampliar estudios con muestras más grandes y diversas
que fortalezcan comprensión del impacto de los factores sociodemográficos y contextuales en la
salud mental.
CONCLUSIONES
En cuanto a los resultados se ha evidenciado una alta prevalencia de síntomas clínicamente
significativos de ansiedad, depresión y estrés entre los pacientes que asisten a la consulta
psicológica en la Unidad de Salud y Desarrollo Humano de la Universidad Estatal de Milagro. Se
destaca además la prevalencia de ansiedad en niveles extremadamente severos (54.3 %) y
depresión en niveles severos y extremadamente severos (64.3 % en conjunto), éstos hallazgos

Vol. / Núm. 2025 pág. 2549
refieren una elevada carga emocional en esta población y sostiene la necesidad de una
intervención psicológica oportuna y continuada.
En cuanto al análisis de correlación se puede evidenciar que existen relaciones positivas y
estadísticamente significativas entre las tres dimensiones evaluadas por el DASS-21. En
particular, la relación entre depresión y estrés fue la más fuerte (r = 0.808), seguida por la relación
ansiedad-estrés (r = 0.734) y depresión-ansiedad (r = 0.661). Dichos hallazgos indican que los
trastornos emocionales suelen presentarse de forma interrelacionada y refuerzan la necesidad de
abordajes clínicos integrales que consideren la co-ocurrencia sintomática.
Con respecto a las variables sociodemográficas, se encontró una relación significativa entre
la “edad y los niveles de ansiedad” (p = 0.0019), lo que refiere que ciertos grupos etarios pudieren
ser más vulnerables a manifestaciones severas de ansiedad. En contraste, no se hallaron
asociaciones significativas con el sexo, el nivel educativo, ni con los niveles de depresión y estrés,
aunque existen ciertas tendencias que podrían confirmarse en estudios con muestras más amplias.
Asimismo, se sugiere considerar el contexto cultural o migratorio en la evaluación clínica.
La interrelación entre los tres trastornos emocionales, sumada a la alta prevalencia de casos
en niveles severos y extremos, sugiere la urgencia de establecer programas de prevención en
entornos universitarios y comunitarios. Además, la atención psicológica debe abarcar más allá de
la atención individual, adoptando estrategias psicoeducativas y de salud mental pública que
aborden de manera integral los factores asociados a estas problemáticas.
Recomendaciones para futuras investigaciones
Se recomienda ampliar el tamaño y la diversidad de la muestra en futuras investigaciones,
con la finalidad de una exploración más exhaustiva en cuanto a las variables sociodemográficas,
ya que no arrojaron relaciones significativas en este estudio. De igual forma, se puede ampliar el
estudio hacia la incorporación de metodologías mixtas, las cuales permitan analizar en
profundidad las experiencias subjetivas asociadas a los trastornos evaluados.

Vol. / Núm. 2025 pág. 2550
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