
Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 509
https://doi.org/10.69639/arandu.v12i3.1325
Cuidando a paciente con síndrome de Stevens Johnson: A
propósito de un caso
Caring for a patient with Stevens-Johnson syndrome: About a case
Tatiana Juleysi Gia Morocho
https://orcid.org/0009-0007-3382-0805
tatianagia6@gmail.com
Universidad Técnica de Machala
Machala-Ecuador
Flor Talia Chamba Suarez
https://orcid.org/0009-0001-2897-4208
thalia.chamba97@gmail.com
Universidad Técnica de Machala
Machala-Ecuador
Elida Yesica Reyes Rueda
ereyes@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-2466-2063
Universidad Técnica de Machala
Machala-Ecuador
Artículo recibido: 18 junio 2025 - Aceptado para publicación: 28 julio 2025
Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.
RESUMEN
El Síndrome de Stevens-Johnson (SSJ) enfermedad dermatológica grave caracterizada por
necrólisis epidérmica y afectación mucosa, generalmente inducida por fármacos o infecciones.
Objetivo: Aplicar cuidados de enfermería en un paciente con Síndrome de Steven Johnson con el
fin mejorar su condición de salud y recuperar la integridad cutánea causada por la enfermedad.
Metodología: estudio descriptivo, observacional y cualitativo; analizó el caso de un paciente de
28 años que ingresó al hospital con infección local de la piel, evolucionando a SSJ, lesiones
maculopapulares, erosiones en mucosas y compromiso ocular. Se implementó un manejo integral
hidratación intravenosa, analgesia, antibióticos, antivirales y cuidados dermatológicos,
obteniendo una evolución clínica favorable. Desde el enfoque de enfermería, se aplicaron planes
de cuidados en formato SOAPIE, priorizando el manejo del dolor y la prevención de infecciones.
Para estructurar las intervenciones, se utilizó la taxonomía NANDA-NIC-NOC, identificando dos
diagnósticos de enfermería clave: dolor agudo(NANDA 00282) y riesgo de infección (NANDA
00004). Se implementaron estrategias: administración de analgésicos, apósitos protectores,
técnicas de relajación, antibióticos y curaciones estériles, logrando reducir la percepción del dolor
de 8/10 a 4/10 y prevenir infecciones secundarias. La evolución hospitalaria demostró la
importancia del diagnóstico temprano, un abordaje multidisciplinario para minimizar

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complicaciones y mejorar el pronóstico. Se concluye que el síndrome de Stevens-Johnson,
requiere un tratamiento oportuno y coordinado, seguimiento ambulatorio para evitar secuelas a
largo plazo. Es esencial fortalecer la capacitación del personal de salud en el reconocimiento y
manejo de esta patología, así como optimizar los protocolos de atención basados en evidencia
científica.
Palabras clave: síndrome de stevens-johnson, cuidados de enfermería, manejo
hospitalario, diagnósticos de enfermería
ABSTRACT
Stevens-Johnson Syndrome (SJS) is a severe dermatological disease characterized by epidermal
necrolysis and mucosal involvement, usually induced by drugs or infections. Objective: To
provide nursing care to a patient with Stevens-Johnson Syndrome (SJS) in order to improve their
health and restore the skin integrity caused by the disease. Methodology: A descriptive,
observational, and qualitative study was conducted. It analyzed the case of a 28-year-old patient
who was admitted to the hospital with a local skin infection that progressed to SJS, maculopapular
lesions, mucosal erosions, and ocular involvement. Comprehensive management was
implemented, including intravenous hydration, analgesia, antibiotics, antivirals, and
dermatological care, resulting in a favorable clinical outcome. From a nursing perspective, care
plans were implemented in SOAPIE format, prioritizing pain management and infection
prevention. To structure the interventions, the NANDA-NIC-NOC taxonomy was used,
identifying two key nursing diagnoses: acute pain (NANDA 00282) and risk of infection
(NANDA 00004). Strategies implemented included administration of analgesics, protective
dressings, relaxation techniques, antibiotics, and sterile dressings, reducing pain perception from
8/10 to 4/10 and preventing secondary infections. Hospital outcomes demonstrated the
importance of early diagnosis and a multidisciplinary approach to minimize complications and
improve prognosis. It is concluded that Stevens-Johnson syndrome requires timely and
coordinated treatment and outpatient follow-up to avoid long-term sequelae. It is essential to
strengthen the training of healthcare personnel in the recognition and management of this
condition, as well as to optimize care protocols based on scientific evidence.
Keywords: stevens-johnson syndrome, nursing care, hospital management, nursing
diagnoses
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INTRODUCCIÓN
El síndrome de Stevens-Johnson (SSJ) es una emergencia dermatológica rara y
potencialmente mortal, caracterizada por necrólisis epidérmica, desprendimiento cutáneo y
erupciones maculopapulares orales y generalizadas, usualmente asociadas a fiebre. Su aparición
está vinculada, en la mayoría de los casos, a reacciones adversas a medicamentos, requiriendo
atención médica inmediata y personalizada debido a su alta complejidad y riesgo vital (Patel y
Schwartz, 2022).
A nivel mundial, la incidencia anual estimada del SSJ varía entre 1,2 y 6 casos por cada
millón de personas, con una tasa de mortalidad aproximada, además, ciertos grupos poblacionales,
como las personas con VIH, presentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar esta
patología; en este grupo, la incidencia es aproximadamente 100 veces mayor que en la población
general (Frantz et al., 2021).
En Reino Unido se estima 5,7 casos por cada millón de habitantes; Estados Unidos registra
alrededor de 9,2 afectados cada año, mientras que Corea promedia de 3, 96 a 5,03 casos
anualmente. Estudios epidemiológicos han reportado diferencias en la incidencia según la región
geográfica, en Europa, aproximadamente 1,9 casos por millón de habitantes, mientras que en Asia
se reporta una incidencia de 6,5 casos por millón (Arellano et al., 2020).
En Latinoamérica, el estudio de Fernández y Villa (2023) mencionan que el síndrome de
Stevens-Johnson continúa siendo patología dermatológica poco frecuente, pero de alta gravedad,
caracterizada por una elevada tasa de morbilidad y mortalidad. En México, entre los años 2010 y
2020, se registraron un total de 1.425 hospitalizaciones asociadas a SSJ, con una incidencia
estimada de 10,8 casos por cada millón de habitantes en dicho periodo. En Colombia, un estudio
retrospectivo llevado a cabo en el Hospital Universitario San Vicente Fundación identificó 29
casos en un lapso de 10 años, de los cuales la mayoría fueron atribuibles a reacciones adversas a
medicamentos, en particular a anticonvulsivantes y antibióticos del grupo sulfonamida.
En Ecuador, la información sobre la incidencia del síndrome de Stevens-Johnson (SSJ) es
escasa, ya que no existen datos específicos a nivel nacional ni en la provincia de El Oro. No
obstante, se han reportado casos clínicos que evidencian la presencia de esta patología, como el
descrito en un estudio de la Universidad de Cuenca, donde se analiza un caso de SSJ inducido por
medicamentos. Además, una revisión destaca que fármacos como anticonvulsivantes, alopurinol
y algunos antibióticos son los más implicados en reacciones cutáneas graves. Así mismo, resalta
la importancia de fortalecer la farmacovigilancia y promover el uso adecuado de medicamentos
en el país (Orellana et al., 2022).
El síndrome de Stevens-Johnson, produce como una respuesta al uso de determinados tipos
de medicamentos, principalmente antibióticos, antiinflamatorios, anticonvulsivos y fármacos para
el tratamiento de la gota (Arellano et al., 2020; Daza et al., 2022). Por otro lado, las infecciones

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asociadas a Mycoplasma o aquellas derivadas del virus del herpes simple también forman parte
de las principales causas del SSJ (Hasegawa y Abe, 2020).
La clínica suele comenzar similar a una gripe, como fiebre, cefalea, malestar general,
irritación ocular y dolor de garganta. Posteriormente, aparece dolor en la piel, erupciones rojizas
o violáceas y ampollas en la piel y mucosas, seguidas por un desprendimiento epidérmico. Entre
el tercer y cuarto día, las lesiones se distribuyen por cara, tronco, extremidades y mucosas,
adoptando formas en diana o purpúricas, con ampollas frágiles que pueden romperse fácilmente,
lo que eleva el riesgo de complicaciones. (Alcón, 2023; Oakley y Krishnamurthy, 2023; Chang
et al., 2022).
Una vez diagnosticado el síndrome de Stevens-Johnson (SSJ), es importante iniciar un
tratamiento inmediato y adecuado, supervisado por un equipo multidisciplinario realizando
intervenciones iniciales incluyen la suspensión del fármaco causante y la hospitalización del
paciente en una unidad de aislamiento o en un centro especializado en quemaduras, debido a la
similitud en el manejo de las lesiones cutáneas. El tratamiento se centra en eliminar la causa,
cuidar las heridas, controlar el dolor y minimizar las complicaciones a medida que la piel vuelve
a crecer (Guerrero Martínez et al., 2023).
El manejo del dolor requiere analgésicos adecuados, mientras que la reposición de líquidos
y electrolitos previene la deshidratación y mantiene la estabilidad hemodinámica. así mismo, la
evaluación nutricional es clave; si hay dificultades para alimentarse, se recomienda nutrición
enteral. Asimismo, se debe controlar la temperatura y prevenir infecciones secundarias para
reducir la inflamación ocular y de las mucosas, pueden emplearse esteroides tópicos (Saquicela
et al., 2021).
El uso de terapias inmunomoduladores como la ciclosporina ha evidenciado beneficios en
algunos estudios, aunque su efectividad aún está en evaluación (Espinosa et al., 2024). La
atención oftalmológica temprana resulta fundamental, ya que el síndrome de Stevens-Johnson
puede causar complicaciones oculares severas. Asimismo, el monitoreo clínico constante es
crucial para identificar a tiempo cualquier alteración sistémica y aplicar intervenciones oportunas
que favorezcan el pronóstico del paciente (Fernández y Villa, 2023).
El abordaje de enfermería en esta enfermedad es esencial para garantizar una recuperación
oportuna, individualizando el cuidado con un enfoque holístico basado principalmente en las
necesidades que requiera el paciente durante la estancia hospitalaria. El accionar enfermero
precisa diversas actividades como monitorización de signos vitales, administración de
medicamentos prescritos, además del cuidado de las lesiones cutáneas y la vigilancia de posibles
infecciones. Asimismo, enfermería facilita la comunicación entre el equipo de salud, coordina los
cuidados y ofrece apoyo educativo al paciente y a su familia sobre el manejo hospitalario. El
objetivo de la presente investigación es diseñar un plan de cuidados de enfermería en un paciente
con síndrome de Stevens-Johnson.

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METODOLOGÍA
El tipo de estudio fue descriptivo y observacional, con un diseño cualitativo, centrado en
el seguimiento y evolución de un paciente diagnosticado con Síndrome de Stevens-Johnson. La
fuente principal de información utilizada fue el análisis de la historia clínica, donde se recabo
datos sobre el tratamiento de la enfermedad, los cuales son importantes para desarrollar nuestro
estudio. Asimismo, se realizó una búsqueda exhaustiva de diferentes bases de datos como Google
scholar, Pubmed, Medigraphic, Scopus, Science Direct, Web of Science; la búsqueda inicial se
realizó aplicando criterios de inclusión: documentos publicados en los últimos cinco años en
idiomas inglés, español y portugués.
La investigación se llevó a cabo en el Hospital General Teófilo Dávila de la ciudad de
Machala, provincia de El Oro, durante la estancia hospitalaria en el área de Medicina Interna
durante el período septiembre-diciembre de 2024. Por otro lado, para garantizar el cumplimiento
de los principios éticos, se aplicó el consentimiento informado al paciente, asegurando su
aceptación y participación voluntaria en el estudio.
Descripción del caso
Se presenta el caso de un paciente masculino de 28 años, ingresa desde emergencia referido
de otra casa de salud por presentar cuadro clínico de aproximadamente 9 días de evolución
caracterizado por edema, eritema ocular y dermatitis, caracterizada por máculas, pápulas y
pústulas en el rostro, tórax y extremidades superiores e inferiores, en el transcurso de las horas,
la sintomatología se agravó, desarrollando lesiones dolorosas y purulentas en las áreas afectadas.
El paciente fue evaluado por un médico clínico, quien estableció un diagnóstico de
Síndrome de Stevens-Johnson y erupción cutánea generalizada inducida por fármacos. Entre los
antecedentes patológicos personales, se registró el consumo de sustancias psicotrópicas y una
hospitalización previa en un centro de rehabilitación, donde recibió tratamiento específico.
En el examen físico, se evidenciaron máculas y pápulas purpúricas, inflamación, dolor y
secreción seropurulenta en la zona afectada. Se controlo los signos vitales, obteniendo TA:
135/98, FC: 90 lpm, FR: 20 rpm T: 36.7°C, SaO2: 98%. En cuanto a su estancia hospitalaria, la
evolución clínica fue compatible con el Síndrome de Stevens-Johnson, manifestándose con
erupciones maculopapulares eritematosas en cara, tórax y extremidades, edema y erosión de la
mucosa oral y nasal, así como afectación ocular con visión borrosa en el ojo derecho.
En la exploración física, se evidencian mucosas orales secas, abdomen blando y depresible,
además de disminución del tono y fuerza muscular en las extremidades. Ante la sospecha de SSJ,
se inició un manejo integral con medidas de soporte, que incluyeron: hidratación intravenosa con
cloruro de sodio al 0.9%, control del dolor con analgésicos como tramadol y paracetamol,
antibióticos de amplio espectro (vancomicina), antivirales (aciclovir e isoprinosine),
glucocorticoide como la metilprednisolona para aliviar la inflamación generalizada en el paciente.

Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 514
Además, tratamiento dermatológico con óxido de zinc crema, sulfadiazina de plata; lagrimas
artificiales, moxifloxacino 0.5% para la infección a nivel ocular, además se brindó medicación
antifúngica como nistatina para tratar las mucosas orales.
Con el trascurso de la estancia hospitalaria, el paciente presento mejoría de manera
significativa en relación con las lesiones cutáneas generalizadas en cara, extremidades y tórax,
dolor y ansiedad. Los cuidados de enfermería se basaron de manera especial en la higiene de la
piel y mucosas, realizando curaciones periódicamente, así como la aplicación de fármacos tópicos
de forma rigurosa, manteniendo técnicas asépticas para prevenir el riesgo de infección. De igual
manera, el manejo eficaz del dolor mediante la administración oportuna de analgésicos prescritos
y la implementación de medidas no farmacológicas, lo que ayudó a mejorar el confort del paciente
y facilitó su colaboración en el tratamiento.
La educación constante brindada al paciente sobre su condición, el tratamiento y las
medidas de autocuidado contribuyó a reducir su ansiedad, empoderándolo para participar
activamente en su recuperación. Mediante la comunicación asertiva y un trato humanizado se
mitigó el impacto psicológico de la enfermedad, que suele generar angustia por las lesiones
visibles, llegando a deformar el rostro y ocasionar dolor severo.
Tras completar el manejo hospitalario y sin presentar nuevas complicaciones, se decidió su
egreso, proporcionando indicaciones para el seguimiento ambulatorio, cuidados de la piel e
higiene, así como controles médicos con dermatología y oftalmología.
DESARROLLO
Tabla 1
Estructuración de diagnósticos enfermeros
Etiqueta o
problema
Unión Factor
relacionado
Unión Características
definitorias
Priorización
Dominio: 12
Comodidad Clase 1:
Comodidad física
DOLOR AGUDO
R/C lesiones
cutáneas y
mucosas
M/P verbalización de
dolor y
expresión facial
de molestia.
1
Dominio: 11
Seguridad/protección
Clase: 2 Lesión
física
INTEGRIDAD DE
LA PIEL
DETERIORADA
R/C Infección local,
Traumatismo o
lesión en la piel,
Inflamación
aguda
M/P Eritema, dolor
localizado,
lesión visible.
2
Dominio: 9
Afrontamiento
/tolerancia al estrés
Clase: 2 Respuestas
de afrontamiento
ANSIEDAD
R/C Estrés físico o
emocional,
dolor, cambios
en el entorno.
M/P Inquietud o
agitación,
tensión
muscular,
sudoración
excesiva.
3

Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 515
Tabla 2
Plan de cuidados de enfermería dolor agudo
Diagnóstico de
enfermería
(NANDA)
Resultado
(NOC)
Indicadores Escala de Medición Puntuación Diana
Dominio 12:
Comodidad
Clase 1:
Comodidad
física
Etiqueta
diagnóstica:
00282 Dolor
agudo.
Formulación
del diagnóstico:
Dolor Agudo r/c
lesiones cutáneas
y mucosas m/p
verbalización de
dolor y expresión
facial de molestia
Dominio
NOC: V.
Salud
percibida
Clase NOC:
V.
Sintomatología
Resultado:
2102 Nivel del
dolor
210201
Dolor referido
210206 Expresiones
faciales de dolor
210226
Diaforesis
1. Grave
2. Sustancial
3. Moderado
4. Leve
5. Ninguno
MA
2
2
3
AA
4
5
4
EVAL
5
4
5
Dominio: I. Fisiológico básico Intervenciones
NIC: 1400 Manejo del dolor
Clase: E. Fomento de la actividad física
- Administrar analgésicos prescritos (Paracetamol 1g IV cada 6 horas y Tramadol 50 mg IV cada 8 horas)
según indicaciones médicas.
- Aplicar apósitos no adherentes en zonas con necrosis epidérmica para reducir el dolor y evitar infecciones
secundarias.
- Evaluar la intensidad del dolor regularmente utilizando la Escala Numérica del dolor (0-10).
- Monitorear signos vitales y respuestas fisiológicas al dolor (taquicardia, diaforesis, hipertensión)
- Fomentar el uso de técnicas de relajación y respiración profunda para disminuir la ansiedad asociada al
dolor.
MA. Mantener A, AA. Aumentar A, EVAL. Evaluación.
Tabla 3
Cuidados de enfermería deterioro de la integridad cutánea
Diagnóstico de
enfermería (NANDA)
Resultado (NOC) Indicadores Escala de Medición Puntuación Diana
Dominio 11:
Seguridad/Protección
Clase 2: Lesión física
Etiqueta diagnóstica:
00046 Integridad de la piel
deteriorada
Formulación del
diagnóstico: Integridad de
la piel deteriorada r/c
Infección local,
Traumatismo o lesión en
la piel, Inflamación aguda,
m/p Eritema, dolor
localizado, lesión visible.
Dominio NOC:
III. Salud
psicosocial
Clase NOC: M.
Bienestar
psicológico
Resultado:
Integridad tisular:
piel y membranas
mucosas.
110101
Temperatur
a de la piel
110102
Sensibilidad
110104
Hidratación
1. Grave
2. Sustancial
3. Moderado
4. Leve
5. Ninguno
MA
2
3
2
AA
4
4
4
EVAL
5
4
3

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Dominio: I. Fisiológico básico Intervenciones NIC:
Cuidados de la herida
Clase: E. Fomento de la actividad física
- Monitorizar las características de la herida, incluyendo drenaje, color, tamaño y olor.
- Limpiar con solución salina fisiológica o un limpiador no tóxico, según corresponda.
- Administrar cuidados de la úlcera cutánea.
- Aplicar una crema adecuada en la piel/lesión.
- Enseñar al paciente o a los familiares los procedimientos de cuidado de la herida.
- Enseñar al paciente y a la familia los signos y síntomas de infección.
- Documentar la localización, el tamaño y el aspecto de la herida.
MA. Mantener A, AA. Aumentar A, EVAL. Evaluación.
Tabla 4
Cuidados de enfermería ansiedad
Diagnóstico de
enfermería (NANDA)
Resultado (NOC) Indicadores Escala de Medición Puntuación Diana
Dominio 9:
Afrontamiento /tolerancia
al estrés
Clase 2: Respuestas de
afrontamiento Etiqueta
diagnóstica: 00146
Ansiedad
Formulación del
diagnóstico: Ansiedad r/c
Estrés físico o emocional,
dolor, cambios en el
entorno m/p Inquietud o
agitación, tensión
muscular, sudoración
excesiva.
Dominio NOC:
II. Salud
fisiológica
Clase NOC:
L. Integridad
tisular
Resultado:
Integridad tisular:
piel y membranas
mucosas.
121102
Impaciencia
121103
121104
Distrés
121105
Inquietud
121106
Tensión
muscular
1. Grave
2. Sustancial
3. Moderado
4. Leve
5. Ninguno
MA
3
2
2
2
AA
4
3
3
3
EVAL
4
4
4
4
Dominio: I. Fisiológico básico Intervenciones NIC:
5820 Disminución de la ansiedad
Clase: T. Fomento de la comodidad psicológica
- Utilizar un enfoque sereno que dé seguridad.
- Establecer claramente las expectativas del comportamiento del paciente
- Tratar de comprender la perspectiva del paciente sobre una situación estresante
- Animar a la familia a permanecer con el paciente, si es el caso.
- Proporcionar objetos que simbolicen seguridad.
MA. Mantener A, AA. Aumentar A, EVAL. Evaluación.
DISCUSIÓN
Paciente de sexo masculino 28 años, ingresa al hospital por presentar sintomatología de
aproximadamente 9 días de evolución caracterizado por edema, eritema ocular, lesiones
dermatológicas., maculas, pápulas y pústulas a nivel facial, tórax extremidades superiores e
inferiores por lo cual deciden su hospitalización en donde recibe tratamiento medicamentoso, pero
sintomatología incrementa.
El dolor agudo se presentó desde el inicio del cuadro clínico y persistió durante las
curaciones y los diversos procedimientos realizados durante la estancia hospitalaria. Ante esta
situación, la administración continua de analgésicos resultó fundamental para aliviar el malestar

Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 517
del paciente. Asimismo, se aplicaron técnicas de confort y se utilizaron apósitos no adherentes,
con el objetivo de proteger las áreas lesionadas y contribuir a mejorar su calidad de vida. El
manejo del dolor en pacientes con síndrome de Stevens-Johnson, es una prioridad debido a la
intensidad del malestar causado por las lesiones cutáneas y mucosas. Similar al estudio de Frantz
et al. (2021) donde destaca el uso de analgésicos potentes y cuidados continuos de enfermería
para aliviar el dolor y evitar complicaciones. Falconi et al. (2022) comparan este dolor con el de
quemaduras graves, sugiriendo un abordaje integral similar.
Segun estudio de Ingen-Housz-Oro et al. (2021) destacan que el manejo de estas lesiones
cutáneas requiere habilidades especializadas de enfermería, como la aplicación de apósitos no
adherentes y una vigilancia constante para prevenir infecciones. Por otra parte, según, el estudio
presentado, se observaron múltiples áreas de piel comprometidas, caracterizadas por máculas y
pápulas purpúricas con erosiones exudativas, el manejo se centró en la protección de la integridad
cutánea y la prevención de infecciones, además la intervención de enfermería fue fundamental,
enfocándose en una limpieza meticulosa de las lesiones, colocando compresas solución salina
0.9% por 30 minutos sobre los parpados cada 8 horas, la aplicación de enjuagues de nistatina,
baño diario más la aplicación de crema de zinc en todas las áreas afectadas después del baño.
Estas acciones se llevaron a cabo siguiendo protocolos de atención similares a los empleados en
unidades de pacientes quemados, lo cual resultó clave para controlar la evolución de las lesiones,
evitar complicaciones y favorecer el proceso de recuperación del paciente.
La ansiedad es una respuesta emocional común en pacientes diagnosticados con síndrome
de Stevens-Johnson, debido a la naturaleza repentina, dolorosa y potencialmente mortal de la
enfermedad. Estudios recientes, como el de Lee y Knox (2023), indican que los pacientes con SSJ
tienen una alta prevalencia de síntomas de ansiedad y estrés postraumático, especialmente durante
la fase aguda y el proceso de hospitalización. Estos síntomas estuvieron asociados al dolor
intenso, la pérdida de la integridad corporal y la incertidumbre sobre la evolución clínica, este
síntoma estuvo presente en el caso presentado, donde el paciente manifestó ansiedad con
insomnio, miedo constante y dificultad para relajarse. Frente a esta situación, el accionar de
enfermería fue fundamental, brindando apoyo emocional, educación continua sobre la
enfermedad y un ambiente terapéutico seguro. Además, se realizó interconsulta con Psicología, y
se promovieron técnicas de afrontamiento personalizadas, contribuyendo al bienestar emocional
y a una mejor adaptación al tratamiento.
La infección es una complicación común y potencialmente mortal en pacientes con
Stevens-Johnson, debido a la pérdida extensa de la barrera cutánea y la exposición a
microorganismos oportunistas. Estudios como el de Kim et al. (2022) destacan que las infecciones
secundarias, especialmente por bacterias como Staphylococcus aureus y Pseudomonas
aeruginosa, aumentan la morbilidad y pueden retrasar la cicatrización. En el caso presentado, el
paciente evidenció signos de infección en las lesiones tales como eritema intenso, edema

Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 518
localizado, secreción seropurulenta y mal olor, lo que motivó el inicio de tratamiento
farmacológico con antibióticos de amplio espectro como la vancomicina, ajustados
posteriormente según los resultados del cultivo y antibiograma, además el personal de enfermería
juega un papel importante en el cuidado meticuloso de heridas y la administración temprana de
antimicrobiano, asi mismo coadyuva en la prevención y control de infecciones, siguiendo
protocolos estrictos de asepsia, contribuyendo de manera significativa a la recuperación del
paciente.
CONCLUSIONES
El manejo del paciente diagnosticado con síndrome de Stevens-Johnson evidenció la
necesidad de una atención integral, oportuna y humanizada, donde el cuidado de enfermería
desempeñó un papel crucial en cada etapa de su evolución clínica. La complejidad de esta
patología, caracterizada por la afectación extensa de piel y mucosas, dolor severo, alto riesgo de
infección y alteraciones emocionales, exigió intervenciones basadas en la evidencia y adaptadas
a las condiciones particulares del paciente.
A través de cuidados continuos y específicos, el personal de enfermería contribuyó de
manera significativa al alivio del dolor, la preservación de la integridad cutánea, la prevención de
infecciones y el apoyo emocional. La administración adecuada de analgésicos, el uso de apósitos
estériles no adherentes, la aplicación de soluciones antisépticas, así como la vigilancia constante
de los signos vitales y el estado general del paciente, permitieron controlar las complicaciones y
favorecer el proceso de cicatrización.
Además, el acompañamiento psicológico y la creación de un entorno terapéutico seguro
fueron fundamentales para reducir la ansiedad, promoviendo así la adaptación del paciente a su
tratamiento. La derivación a Psicología, junto con técnicas de contención emocional
implementadas por el equipo de enfermería, fortalecieron la dimensión humana del cuidado.

Vol. 12/ Núm. 3 2025 pág. 519
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